Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
La instalación de una pilona en la calle Alfonso XIII -que se ubicará a la altura del antiguo edificio del Rectorado- no será tan inminente como parecía. Su colocación se encuentra aparcada hasta que se lleven a cabo otras dos actuaciones, una por parte de la empresa municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa) y otra que corresponde a la Gerencia de Urbanismo. Así lo apuntaron ayer a El Día las fuentes consultadas del Ayuntamiento al abordar la restricción circulatoria de esta zona del centro de la ciudad. El Área de Tráfico, por tanto, depende de otras dependencias municipales para desarrollar una de las 170 intervenciones que se acogerán a las ayudas del Gobierno central, los denominados Fondos Estatales de Inversión Local (FEIL).
La pilona tendrá que esperar, en el mejor de los casos, hasta finales de año, ya que todavía no se ha iniciado ninguna de las dos intervenciones previas. La obra de Emacsa, también con cargo a los FEIL, servirá para renovar el sistema de abastatecimiento de agua en la calle. Esta actuación, que se encuentra integrada en un plan de mejora de parte del centro de la ciudad, comenzará al término de la Semana Santa para no interrumpir el tránsito de las procesiones por este punto y cuenta con un plazo superior a los dos meses, según refleja el expediente de la obra. La Gerencia, por su parte, se hará cargo de la remodelación del viario en su conjunto y el inicio de la intervención se solapará con el final de la obra de Emacsa, por lo que no comenzará hasta el próximo verano.
La restricción circulatoria en la calle Alfonso XIII, sin embargo, podría hacerse efectiva el mes que viene, ya que la actuación de Emacsa llevará consigo cortes de tráfico en esta vía. Sin embargo, la semipeatonalización no se llevará a cabo hasta la instalación de la pilona, un mecanismo que cuesta 100.000 euros junto a la que se instalará en Cruz Conde.
El teniente de alcalde de Urbanismo, Andrés Ocaña, explicó ayer que la reforma de la calle Alfonso XIII se realizará sobre la base de mantener todos sus usos actuales. Ello quiere decir, a grandes rasgos, que el Ayuntamiento está dispuesto a reparar la calle, a mejorar su situación, pero no a eliminar el tráfico que soporta. La calle se ha convertido, con el paso del tiempo, en una vía clave. El cierre de la circulación de distintas zonas del Centro la ha dejado como única vía de acceso a una amplia zona de la ciudad, que va desde la calle Claudio Marcelo a todo el entorno de la Corredera e incluso a parte de la zona de influencia de La Ribera.
Ocaña explicó que la reforma que realizará el Ayuntamiento no dispone todavía de proyecto pero que los problemas de la vía están claros: acerados totalmente inadecuados, mucho tráfico o la existencia de unos grandes contenedores de basura. A todo ello, dijo, se le "va a encontrar una solución". El esquema seguido en calles cercanas, como el Realejo o Alfaros, ha sido ampliar las aceras donde se ha podido a costa de eliminar el aparcamiento (que en Alfonso XIII se regula por zona azul) y soterrar contenedores, una técnica que se suele encontrar a menudo con problemas arqueológicos.
Los presupuestos de la Gerencia reservan 600.000 euros para realizar las obras. Recientemente, se ha culminado el trabajo de reparación de una vía cercana, la calle María Cristina, que se ha cerrado al tráfico después de que se reservase sólo para motocicletas.
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