La UCO desarrolla una metodología para evaluar la atención temprana en los trastornos del espectro autista
Investigación
La Universidad de Córdoba y la de Jaén diseñan un sistema enfocado a medir la intervención de los programas en la familia
Los casos de Trastornos del Espectro Autista (TEA) se sitúan en uno por cada cien nacimientos, según los datos que maneja la asociación internacional Autismo Europa. Actualmente, los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana son los organismos encargados de dar respuesta a las necesidades de esta población hasta la edad de los seis años. Estas entidades, además, también dirigen sus programas a las familias, cuyo papel es crucial para el propio progreso de los pacientes.
Desarrollar un sistema para evaluar la calidad de la atención temprana en los padres y madres de los pequeños con TEA ha sido precisamente el objetivo de un nuevo trabajo de investigación en el que han participado conjuntamente las Universidades de Córdoba (UCO) y Jaén (UJA).
"Las prácticas del profesional con los progenitores influyen en los procesos de aprendizaje y pueden mejorar el desarrollo de los hijos", explica David Sánchez, uno de los investigadores del Departamento de Psicología de la UCO que, junto con Auxiliadora Robles-Bello (UJA), ha realizado el estudio.
El equipo de investigación ha validado una metodología denominada Escala de Prácticas Centradas en la Familia, un método que evalúa la percepción de los padres y madres con respecto a la atención que reciben por parte del personal sanitario y que ahora ha sido adaptada a los progenitores de niños con Trastorno del Espectro Autista.
La escala ha sido elaborada a partir de entrevistas a profesionales de Centros de Atención Infantil Temprana de varias regiones de España y encuestas realizadas con casi medio millar de familias. Concretamente, evalúa una serie de variables relacionadas con la mejora de la atención terapéutica, la implicación de los padres y madres en el proceso de planificación o la empatía del personal especializado en los programas de atención.
Los resultados, apuntan desde el equipo de investigación, "aportan una fiabilidad que se sitúa por encima del 90%", aunque existen algunas diferencias en función del género.
Según los cuestionarios realizados, "los padres y madres perciben las prácticas centradas en la familia de forma diferente", explica la investigadora Auxiliadora Robles-Bello. De hecho, "las madres suelen ser más participativas en los procesos de atención temprana y conocen mejor a los profesionales, por ello, deberían plantearse escalas de evaluación diferentes para madres y padres", subraya.
En cualquier caso, este nuevo método podría ayudar a evaluar la atención recibida por parte de las familias y mejorar,de esta forma, la calidad de vida de los pequeños con TEA.
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