UCOR presenta un modelo de gestión al margen de ideologías
El catedrático de Derecho Romano Juan Miguel Alburquerque asume la portavocía del grupo municipal ante una evidente marcha atrás del empresario Rafael Gómez, cabeza de la formación
El catedrático Juan Miguel Alburquerque será el portavoz de Unión Cordobesa (UCOR) en vez del cabeza de lista de esta formación, el empresario Rafael Gómez. Fue lo primero que dijo en su discurso de ayer al agradecer a sus compañeros la responsabilidad de esta designación. La línea de su intervención mantuvo -con otras palabras, eso sí- el discurso desarrollado por Gómez a lo largo de la campaña electoral e insistió en el apoyo a las empresas y a otra forma de gestionar desde el Ayuntamiento.
Explicó que "ya no son los ideales socialistas, de izquierdas o de derechas, los que prevalecen exclusivamente en los nuevos panoramas del solar hispano". A la vista de la experiencia acumulada a lo largo de estos últimos meses de contacto directo con la sociedad, esta formación ha comprobado que "muchos ciudadanos lo que quieren son buenos gestores públicos y sociales, buenos administradores". Sobre este punto, Alburquerque no se anduvo por las ramas y puso las cartas sobre la mesa desde un primer momento: "En nuestro equipo de gestión y política ha tenido prioridad la profesionalidad y la experiencia, y no la orientación, tendencia o color".
De este modo, UCOR se coloca al margen de las ideologías tradicionales, que en su opinión han tenido una contundente contestación por parte del electorado en los pasados comicios, porque "no es el motor político el que convence, exclusivamente, al ciudadano, como se ha podido comprobar recientemente". Alburquerque presentó al auditorio una radiografía de la sociedad -"En parte abatida, preocupada, desatendida, en extrema situación de indigencia, en situaciones realmente miserables"- que ha sido la que ha permitido que UCOR se hiciera con el 15,23% del electorado de la capital, lo que se tradujo en 24.805 votos y en ser la segunda fuerza más votada en la capital.
El portavoz de Unión Cordobesa detalló que su cometido en el Ayuntamiento durante los próximos cuatro años será el de prestar un "servicio público". "Nuestro objetivo no es el de oponernos sistemáticamente a todas las propuestas del grupo mayoritario, sino apoyarlas sólidamente cuando veamos claramente el beneficio para el cordobés o la ciudad de Córdoba", señaló Alburquerque.
Además de al gobierno municipal, también tendió la mano a los otros dos grupos de la oposición: IU y PSOE. Dijo que contarán con su apoyo cuando presenten "propuestas que sean eficaces para la ciudadanía", sin tener en cuenta que procedan de grupos "con menor representación electoral".
El portavoz de UCOR dedicó una parte de su intervención a recordar las líneas maestras del programa con que ha concurrido esta formación a las pasadas elecciones municipales. Alburquerque explicó que éstas se engloban en los denominados "siete bloques de medidas de eficacia inmediata". Entre ellas se encuentra la reducción de la cifra de desempleados en la capital, conseguir que Córdoba sea una ciudad de gran iniciativa económica y con capacidad de innovación, mayor transparencia en el Ayuntamiento o una estructura municipal organizativa y financiera que permita el aprovechamiento óptimo de los recursos. También reclamó para Córdoba una promoción adecuada, que sea un referente cultural y turístico, y que se potencia la planificación y la rehabilitación de la ciudad mediante un modelo sostenible.
El encargado de representar a UCOR en el Consistorio comentó a continuación que estos ejes de actuación no son gratuitos ni responden al capricho de la formación. Afirmó que son el fruto de los contactos que han mantenido en los últimos meses con los representantes de distintos colectivos sociales. "Nos hemos enriquecido con las informaciones, que de forma directa, nos han proporcionado las personas empleadas, desempleadas o usuarios con quienes hemos tenido el privilegio de conectar", aseveró.
Este proceso, según Alburquerque, ha sido muy simple, pues se ha limitado a prescindir en la medida de lo posible "de la influencia demagógica y dogmática" a cambio de compartir con las personas "todas las reflexiones y sensaciones posibles".
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