Así trabaja la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Local de Córdoba
Seguridad
Control urbanístico, molestias de bares, licencias de animales peligrosos y vigilancia de vertidos son algunos de los ámbitos que vigilan los agentes de esta unidad
El mono que se coló en un piso, el vecino que tenía un lobo y otras historias de la Policía Local de Córdoba con animales
La Unidad de Medio Ambiente de la Policía Local de Córdoba abarca una gran cantidad de ámbitos que van desde el control urbanístico, de ruido y de veladores hasta la recogida de animales que aparecen por la ciudad a través de tres secciones: Disciplina Urbanística, Línea Verde y Disciplinas de Actividades. A ello hay que sumar el control de los mercadillos. "Estamos para todo", asegura Juan Manuel Serrano, oficial coordinador de la unidad y, más en concreto, de Disciplinas de Actividades.
Desde esta sección de la unidad llevan temas tan conflictivos como licencias de apertura y aforo de los establecimientos de ocio, entre otros aspectos, y trabajan tanto respondiendo a las llamadas que entran a través del 092 como por denuncias. "El 90% son de bares y, dentro de eso, el 50% por molestias con veladores", explica Serrano. Al entrar las llamadas "se intenta atender en el momento y, si no se puede, se pasa el seguimiento a la unidad correspondiente".
Entonces, "cada expediente se asigna a una patrulla" que acude al lugar para comprobar que la denuncia se ajusta a lo que se está realizando. Los agentes hacen un informe que se envía al departamento de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) que lleva los expedientes sancionadores.
Todos los agentes de Medio Ambiente pueden ocuparse en algún momento de Disciplina de Actividades. Los viernes y sábados "hasta las 05:00 se producen muchas llamadas por quejas de establecimientos", así que hay dos patrullas dedicadas a atenderlas. Aparte, Serrano prepara expedientes de denuncias que hay que ver de noche referidas a molestias por establecimientos de ocio nocturno, incumplimiento de aforo, música muy alta, más veladores de los permitidos o cierres más tarde de la hora permitida, entre otras cuestiones.
En esta sección, desde comienzos de año y hasta el 9 de noviembre se han abierto 160 expedientes por molestias a los vecinos por parte de establecimientos y 143 por instalar veladores sin licencia.
Por su parte, la Línea Verde abarca una amplia gama de ámbitos: controlan los residuos y escombros abandonados, viviendas y locales con basura, vertidos de aguas fecales e industriales, residuos tóxicos, focos contaminantes con riesgo para la salud, quema de residuos, contaminación atmosférica, licencia de perros peligrosos y recogida de animales que aparecen en el entorno urbano, entre otros.
Según resalta Serrano, un gran número de los registros que entran es por ladridos de perros en comunidades de vecinos. En concreto, desde comienzos de año se han abierto 124 expedientes ya sea por ladridos, malos olores o defecaciones. En esos casos, los agentes tratan de mediar hablando con el vecino que tiene el animal para que respete la convivencia y, "si prosigue, se le suele sancionar". Pero tienen que producirse varias denuncias y que los policías pillen al dueño del perro en su casa. "Son tantos que es complicado", reconoce el oficial. En ningún caso se puede requisar el animal si no es a instancia de un Juzgado.
También se encargan de controlar que los dueños de perros peligrosos tengan licencia. Sadeco pasa un listado de las personas que tienen un animal de raza peligrosa sin licencia, el agente encargado va al domicilio para pedirle la documentación, le da un aviso y si continúa sin sacarse la licencia, se sanciona. La multa es de unos 2.400 euros.
Otras llamadas son por perros sueltos en el espacio público y "desde la unidad se hace vigilancia a determinadas horas". "Muchas veces no podemos abarcar más por la falta de personal", resalta Serrano. También se atienden denuncias por animales abandonados o en mal estado, sobre todo por parte de las protectoras.
Las patrullas de la Línea Verde se encargan de la recogida de los perros que aparecen solos en la vía pública. "Hay días que empiezan con un perro suelto a las 08:00 y a lo largo de la mañana te encuentras con cuatro más", destaca Serrano. Si tienen microchip intentan localizar al dueño y si no lo tienen, se los lleva el Centro de Control Animal de Sadeco.
El mayor número de expedientes abiertos este año en la Línea Verde se corresponde con asuntos relacionados con perros peligrosos, 191, seguido de las molestias por ladridos (124), solares con pastos (79), animales de compañía abandonados muertos o heridos (65), insalubridad en viviendas y molestias por actividades en inmuebles (35 cada una), animales sueltos (33), agresión a personas por animales (23), basura en viviendas o locales abandonados y protección de animales (22 cada una) y maltrato animal (14 expedientes).
Las patrullas de la Línea Verde también tienen varios casos al año de personas con síndrome de Diógenes. Hace un par de semanas acudieron a un piso por el Compás de San Francisco alertados por los vecinos. Cuando llegaron, la mujer que vive en él apenas podía abrir la puerta porque los residuos la taponaban. En este caso, era la segunda vez que los agentes acudían a este domicilio por el mismo motivo y llamaron a Servicios Sociales porque, además, la inquilina aseguraba que toda esa basura se la había enviado Putin.
"Hay casos que son duros porque son personas que están abandonadas, no están bien psicológicamente, los vecinos están muy cabreados y tienes que ir muchas veces para que te abran y localizarlos", explica el agente de la Línea Verde Javier Pedraza. En este trabajo tienen "un poco de alegría y tristezas todos los días", apunta.
En el aspecto de los vertidos (generalmente escombros), ahora mismo la Policía Local está "detrás" de alguien que tira residuos por el Decathlón. Cuando tienen tiempo, apunta Serrano, se hace una "orden de servicio para que determinadas horas se acoplen allí para intentar coger a quienes hacen el vertido; unas veces da fruto y otras no", confiesa. En Córdoba hay "un par de puntos en los que empiezan a tirar escombros y hay que estar pendiente porque cuando acuerdas tienes allí un vertedero", por lo tanto "hay que erradicarlo a tiempo".
Respecto a Disciplina Urbanística, las patrullas se dedican exclusivamente al control de obras sin licencia tanto en el casco urbano como en el extrarradio, como sería el caso de las parcelaciones. El trabajo se centra en vigilar que no surjan más construcciones ilegales, denunciarlas en caso de que aparezcan y remitir los informes a la Gerencia de Urbanismo. Depende de la zona donde estén, algunas van a parar a la Fiscalía de Medio Ambiente. También se ocupan de comprobar que las obras que se realizan en edificios tengan licencia.
La Unidad de Medio Ambiente (que incluye a las unidades de Caballería, Venta Ambulante y Medición Acústica) cuenta con 38 agentes. En concreto, diez son de la Línea Verde y diez de Disciplina Urbanística.
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