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Coincidiendo con el Día Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre, la asociación memorialista cordobesa Dejadnos Llorar ha celebrado un acto de homenaje en memoria de los víctimas del franquismo en el cementerio de Nuestra Señora de La Salud de Córdoba. La mayoría de los familiares que han acudido son hoy los nietos de aquellos que fueron fusilados o asesinados en el 36.
Cerca de 600 velas han iluminado la fosa en la que "según muestran todos los indicios de las últimas investigaciones podría ser la primera en Córdoba y haber unos 800 fusilados desde el inicio del 36", ha asegurado el presidente de esta asociación, Antonio Deza. Los presentes, apuntando al cielo con la llama, han sido partícipes y testigos de una fotografía en plano cenital, realizada con un dron aéreo, de la que Deza espera "que perdure en el tiempo y la memoria, y sirva como punto de referencia 85 años después de aquel 1936".
Aunque todavía no se ha firmado el convenio colectivo entre las cuatro administraciones públicas, Ayuntamiento de Córdoba, Diputación de Córdoba, Junta de Andalucía y el Gobierno de España, el presidente ha agradecido el apoyo de todas ellas, especialmente al Consistorio, "que tiene las llaves de los cementerios", y a Cecosam, uno de los brazos municipales, "por la ayuda en la preparación del acto y por realizar un esfuerzo" extra en los presupuestos "para continuar la cata arqueológica" durante la pandemia.
Cuatro años después de haber solicitado las exhumaciones, desde la asociación han reconocido estar ante "una oportunidad única", ya que una vez presentado el informe de los técnicos de Aranzadi, está previsto que comiencen el próximo año. En este sentido, Deza ha afirmado que "no hay motivo para que no se firme el convenio ni para que no se hagan las exhumaciones con la dignidad que se está haciendo, y se llegará hasta donde los técnicos digan".
Aún así los más viejos del lugar critican la tardanza: "Al ritmo que vamos, los descendientes más directos no vamos a ver las exhumaciones", ha reconocido a el Día Juan Raya Gónzalez, uno de los familiares que se ha acercado al cementerio de La Salud a recordar la memoria de su abuelo, asesinado en la cuesta de Los Visos en 1936. "Mi abuelo no murió en batalla, a él lo llamaron en la puerta de su casa y lo fusilaron", ha dejado claro, diferenciando entre ambas cosas. Según las informaciones que le constan de la hoja de asiento, su abuelo se encuentra en el cementerio de San Rafael de la capital, para el que pide, "la misma dignidad de los fallecidos por el bando franquista, que es la dignidad que merecen todas las personas".
Este homenaje a las víctimas de los franquistas ha formado parte de la programación de las II Jornadas de Memoria La causa de los 4.000, que Dejadnos Llorar lleva celebrando desde este jueves en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba (UCO). Momentos previos a la iluminación de la fosa del cementerio, se ha dado paso a la lectura de tres poemas en recuerdo a las víctimas del 36 y un expediente procesal de algunas víctimas que, según narra, fueron liberadas de prisión por orden de la ley para luego ser fusiladas.
El primero de los poemas ha tenido la firma de Valle Serrano Pedrosa, de 92 años, de quien se ha excusado su presencia por motivos físicos, que no mentales. Serrano escribió un poema para su padre, alcalde de Santaella fusilado en el 36, y que ha recitado su nieta acompañada por el punteo de una guitarra.
La actriz cordobesa Marisol Membrillo, que también ha recitado otro de los poemas, ha declarado a este periódico que "piensa en la verdad que aún está oculta" de todo lo que pasó y, aunque la Justicia con los fusilados ya sea "imposible", ha apelado a la dignidad de las víctimas y sus familiares "después de tantos años de democracia".
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