Un abrazo contra el hormigón
Medio ambiente Protesta de la plataforma Salvemos el Parque
Un centenar de personas participa en un nuevo acto para exigir al Ayuntamiento que replantee la reforma del Parque Cruz Conde y elimine el taquete rústico
Adolescentes, familias, escolares, atletas, ancianos y defensores del medio ambiente en general. Un centenar de personas participó ayer en una nueva actividad reivindicativa convocada por la plataforma Salvemos el Parque para exigir al Ayuntamiento que replantee el proyecto de reforma del Parque Cruz Conde y elimine la instalación del taquete rústico, un adoquín de hormigón prensado convertido en objeto de polémica desde el verano.
Uniformados con camisetas amarillas, los integrantes del colectivo se dieron la mano con la intención de circundar el parque, aunque la respuesta más bien modesta al llamamiento impidió que el abrazo al parque, de 14 hectáreas, fuese completo. "IU y el PSOE siguen en sus 13 y se niegan a cambiar de idea", insistió Juan Coca, un bombero que ha liderado el movimiento ecologista desde que en verano se difundió la noticia de que el proyecto municipal iba a incluir varios pasos adoquinados. La plataforma tiene 2.200 amigos en Facebook, ha recogido más de 3.000 firmas para respaldar su causa y cuenta con el apoyo de la Federación Andaluza de Atletismo, de Ecologistas en Acción y de varios partidos políticos -el PP, los andalucistas y, el último, Unión Progreso y Democracia (UPyD)-. "Nos sentimos cada vez más respaldados pero parece que este movimiento no sirve para nada, porque el Ayuntamiento se niega a rectificar", lamentó Coca.
El Parque Cruz Conde, uno de los pulmones verdes más importantes de la ciudad, se había convertido en los últimos años en objeto de numerosas reivindicaciones por parte de los vecinos, que han asistido en los últimos años a una degradación del entorno, entre otras cuestiones, por la falta de iluminación. El proyecto ha tardado en llegar y, lo que es peor, al hacerse público en verano abrió un debate aún más intenso que las reivindicaciones precedentes. Tal fue la reacción ciudadana que el alcalde, Andrés Ocaña, invitó a los miembros de la plataforma a una reunión en su despacho para informarles al detalle en primera persona.
De aquel encuentro salieron varios compromisos: el Consistorio aseguró que no cortaría ni un solo árbol, dio su palabra de que el proyecto no incluía terrazas y confirmó que la plataforma formaría parte de la comisión de seguimiento de las obras. Pero el objeto central de la protesta, el adoquinado de varias calles del jardín, se mantuvo. Así que el movimiento ciudadano continúa igualmente activo.
"El Ayuntamiento intenta justificar el hormigón diciendo que facilitará el mantenimiento y que ayudará a los discapacitados a disfrutar más del parque, pero la tierra batida tiene las mismas propiedades y es más respetuosa con el medio ambiente", resumió un portavoz de la plataforma, Melchor Guzmán. Los integrantes del colectivo mostraron numeroso carteles para justificar su protesta. Desde el tajante No al taquete rústico hasta el más jocoso Qué calorín me da el adoquín.
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