El mal uso de los aceros lastra el festejo inaugural en Córdoba
Toros
Marco Pérez corta una oreja y Manuel Román muestra un gran nivel en su particular tauromaquia, aunque ambos novilleros se vieron perjudicados por el juego de los utreros
La presentación de los carteles de la Feria Taurina de Córdoba, en imágenes
Roca Rey, Manzanares, Morante y Manuel Román estarán en la Feria Taurina de Córdoba
La ficha
GANADERÍA: Seis utreros de Jandilla. Escasos de presentación y de pobre juego. Les faltó calidad, nobleza y sobre todo bravura.
TOREROS: Manuel Román (malva y plata). Dos pinchazos y estocada (ovación con saludos), dos pinchazos, media estocada y descabello (ovación tras aviso) y cuatro pinchazos y tres descabellos (palmas tras aviso). Marco Pérez (verde manzana y oro). Media estocada y descabello (vuelta tras aviso), dos pinchazos, estocada y cinco descabellos (silencio tras aviso, estocada (oreja).
INCIDENCIAS: Plaza de Toros de Los Califas de Córdoba. Sábado 11 de mayo de 2024. Primer festejo de la feria en honor de Nuestra Señora de la Salud. Un tercio de entrada en tarde de temperatura agradable. Al romper el paseíllo se guardo un minuto de silencio en memoria del ganadero y cirujano, Eliseo Morán, el matador Gabriel de la Haba ‘Zurito’ y el banderillero Rafael Gago Alvariño, recientemente fallecidos.
Tarde de expectación, tarde de decepción. La novillada de Jandilla, escasa de presentación -muy a pesar de los kilos que indicaba la tabilla-, dio al traste con la ilusión y disposición que mostraron los dos actuantes. Y es que cuando no hay mimbres, difícilmente se puede hacer un buen canasto. Los utreros jugados se movieron a disgusto, sin entrega, soltando la cara al final de los muletazos y cuando se veían podidos y vencidos, se paraban y se agarraban al piso de forma manifiesta. Novillada a contra estilo para dos espadas, que se presume son la flor y la nata del actual escalafón inferior, y que solo pudieron mostrar su disposición y poco más. Si a esto unimos el mal uso de los aceros, al finalizar el festejo daba la impresión que todo había sido un tránsito por un erial a pesar de la oreja cortada por Marco Pérez al sexto.
Por lo tanto, nada que reprochar a los dos actuantes, que dentro de las posibilidades que les ofrecieron sus oponentes, trataron por activa y por pasiva, entretener y hacer pasar a los asistentes una buena tarde de toros. Tan solo pudieron apuntar, cada uno en su estilo, unas formas y conceptos muy distintos, pero sin lugar válidos para la fiesta y sobre todo para la renovación de un escalafón superior que comienza a pecar de monotonía y falta de frescura.
Expectación la que trae Manuel Román siempre que actúa. Román se mostró, como es obvio, mucho más hecho que la campaña anterior. Se atisba un torero con buen gusto, y como siempre se ha dicho una cabeza privilegiada delante de la cara de los novillos. Desafortunadamente, entre el pobre juego de los utreros que le correspondieron y el mal uso de los aceros, abandonó el coso a píe, pero de seguro si la espada hubiera estado certera, posiblemente habría abierto la puerta grande del coso califal. Lo mejor de su actuación vino en el tercero de la suelta, al que instrumento una faena precisa y preciosa. Fácil con el capote, cuajo una faena de corte muy personal destacando sobre manera el toreo al natural.
Manuel Román supo en todo momento marcar los tiempos para lograr muletazos largos, de arriba abajo, rematados atrás y por debajo de la pala del pitón. Fueron series cortas, pero profundas y de mucho mérito. Posiblemente sin duda el toreo más puro de toda la tarde. Fue feamente revolcado al perder píe, para volver a la cara del toro y enjaretar una nueva serie con su personal empaque. Cuando las orejas estaban a su alcance, el mal uso de la espada le privo de un éxito que tenía en la mano. Mala suerte.
En su primero, estuvo sobrado, inteligente, y con capacidad para ir corrigiendo poco a poco los defectos de un novillo demasiado rebrincado y que soltaba la cara al final de cada muletazo. Volvió a mostrar su porfía y ganas de agradar en el quinto, pero el novillo tras dos tandas con la derecha, templadas y con gusto, busco la querencia natural y todo se difumino rápidamente. Bien Román que conserva intacto su crédito, eso sí, la espada tiene que mejorarse. Cabe esperar que el próximo fin de semana alcance el éxito que hoy le privaron los aceros.
Marco Pérez es un caso singular. Torero bullidor, con mucho oficio, desparpajo, y con cierto carisma con los tendidos. Luego si analizamos en profundidad lo realizado por el nuevo valor charro, nos queda la duda. Todo es disposición y ganas, lo que se le debe de pedir a un novillero, pero da la sensación que la alharaca prima sobre lo profundo. Variado en sus tres oponentes con el capote, entrando en quites y con la pañosa en la mano conoce perfectamente las reacciones de los animales que tiene en frente. Su mejor labor fue sin lugar a dudas la que realizó a su primero, al que trasteo con su particular estilo y personalidad. Cobró media estocada y tardó en descabellar prolongando de forma innecesaria la agonía del novillo. Detalle que debe de pulir en próximas actuaciones. En el cuarto volvió a estar bullidor. Poco más.
Arrimón final y también los aceros le jugaron una mala pasada. Cortó una benévola oreja al sexto, sobre todo por estar acertado con la espada, por un trasteo en su línea, ya apuntada durante toda la tarde. Resumiendo. Tarde que no termino de romper debido al mediocre juego de los novillos y porque no decirlo, el fallo a espadas de los actuantes.
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