El aeropuerto de Córdoba aún está lejos de su despegue
Economía
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Desde el pasado 15 de junio, el aeropuerto de Córdoba cuenta con la carta de aproximación instrumental, el penúltimo paso para poder operar vuelos comerciales con regularidad. ¿El último y el más complejo? Pues que el plan de captación iniciado a principios de año por las distintas administraciones y AENA termine de cuajar y alguna compañía aérea apueste decididamente por el aeródromo cordobés. Porque mientras tanto, su operatividad se limitará a vuelos privados o chárter, como la iniciativa que en diciembre unirá la ciudad con Praga, y de emergencias, lo que deja a la instalación muy lejos aún de su despegue definitivo.
Porque si el aeropuerto de Córdoba está preparado para recibir unos 100.000 pasajeros al año, las cifras que AENA ha hecho públicas como balance de los siete primeros meses del año andan muy lejos de ese objetivo. De hecho, en el acumulado en el aeródromo cordobés desde enero a julio deja 3.439 pasajeros. Por poner en contexto, son unos 400 menos que el de Sabadell, 6.000 menos que el de Logroño y apenas 700 más que el de Burgos, que junto al de Madrid-Cuatro Vientos (1.338), Albacete (877) y Huesca-Pirineos (112) cierran la lista de 48 instalaciones que recoge el balance y que deja a la cordobesa como la quinta con menos tráfico de pasajeros.
Y todo a pesar de que el aeródromo de la capital ha subido un 51,2% su volumen de viajeros respecto al ejercicio 2022 -el crecimiento solo en julio es del 79,2% pese a solo sumar 559 viajeros-, firmando el quinto incremento más notable entre los que operan en España. Los aeropuertos de Logroño y Burgos marcan el paso por encima del 80%, mientras que el del Albacete también supera el aumento de la infraestructura de Córdoba, como el de León, el de mayor tráfico entre los que quedan en esa situación, pues alcanzó en los primeros siete meses del año los 32.990 viajeros. En el global de las 48 terminales bajo el control de AENA, el ascenso sobre el ejercicio anterior es del 20,6%.
Sin embargo, con la vista puesta en 2019, el año previo a la irrupción de la pandemia del Covid, la situación es muy diferente, hasta el punto de que el incremento del total de aeropuertos se reduce hasta el 1,2%. No en vano, los primeros en la nómina -Adolfo Suárez Madrid-Barajas y Barcelona El Prat, que con más de 34 y 28 millones, respectivamente, son los de mayor tráfico aéreo del país- también caen respecto a cuatro años antes, aunque en su caso solo un 3,4% y un 7,1%. En el caso del aeródromo cordobés, el desplome llega al 41,2% -el -39,2% respecto al inicio de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus-, siendo el cuarto más acuciado de todos, solo superado por el de Huesca, Burgos y Cuatro Vientos.
Parece claro que hasta que no fructifique el plan de marketing diseñado por AENA, y deslizado a inicios de febrero durante la celebración de la Mesa del Aeropuerto, es complicado que pueda pensarse en el despegue del aeropuerto de Córdoba. En aquel momento, antes de que la iniciativa privada hiciera la prueba piloto que se ha fijado este diciembre con Praga, el objetivo de las administraciones pasaba por que alguna compañía pueda gestionar vuelos a seis ciudades españolas (Bilbao, Gran Canaria, Madrid, Baleares, Valencia y Barcelona) y, en principio, dos extranjeras: París y Londres.
Hay que recordar que el aeródromo cordobés no recibe vuelos comerciales de 2008, 15 años en los que su operatividad se ha limitado a vuelos privados y de emergencias, dejando en el total del pasado 2022 unos 2.000 vuelos (+10% sobre un 2021 aún marcado por la pandemia). Además, la infraestructura nacida en 1958 cuenta con varias escuelas privadas de formación para pilotos; tiene una labor clave de transporte de órganos para trasplantes, y cuenta con servicios de aerotaxi. Un plan incrementado desde que está lista la carta de aproximación instrumental, que se suma a una pista más amplia, el sistema AFIS que permite vuelos nocturnos -AENA ha licitado la renovación del servicio- y unos precios competitivos que son hasta un 50% más baratos que en otro aeropuerto.
Números asentados en operaciones
Más allá de los datos referentes a pasajeros, el aeropuerto de Córdoba sí sale mejor parado en cuanto a los movimientos de aeronaves, donde se sitúa al cierre del top 30. La instalación cordobesa sumó un total de 7.382 operaciones, al nivel de las de Asturias, Vitoria, Vigo, Seve Ballesteros-Santander o Almería. Subidas similares, incluso superiores, experimentan otros aeródromos que están en la cola en viajeros (Burgos y Madrid-Cuatro Vientos), mientras que Albacete y Huesca-Pirineos se mantienen cerrando la tabla.
En referencia a los años previos, la infraestructura de la capital cordobesa, que se encuentra en la carretera del Aeropuerto, sufre una caída del 8,1% sobre los mismos siete meses iniciales de 2022 -la media nacional se establece en un aumento del 9,5%-, al tiempo que el balance sobre 2019 es positivo en hasta un 31,8%, muy por encima del promedio de los 48 aeropuertos que controla AENA, fijado en apenas el 0,5%.
Todo a pesar de que el mes de julio -el último del balance- fue muy positivo para el aeródromo cordobés, toda vez que sumó hasta 1.103 movimientos de aeronaves, lo que supone un aumento del 26,6% respecto al mismo mes del año anterior (el promedio del país está en el 5,1%) y un 14,2% sobre el mismo espacio de cuatro años antes (la media nacional está en el 0,5%).
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