"Si alguien se cree aún la leyenda negra de Manolete es porque vive en la ignorancia"
fernando gonzález viñas. biógrafo de manolete y comisario del centenario
Los actos del centenario del IV Califa han pasado ya por su momento más emotivo, aunque hasta final de año las actividades prosiguen. González Viñas reflexiona sobre el torero y el presente
Fernando González Viñas nació en Villanueva del Duque, en Los Pedroches, en 1966, aunque se crió en Alemania, donde emigró su familia. Traductor, historiador, narrador y guionista de cómic, es uno de los más reputados biógrafos de Manuel Rodríguez Manolete así como el comisario de las actividades que se están desarrollando con motivo del centenario del diestro, que se cumplió el pasado martes. González Viñas, que vive habitualmente entre España y Japón, sostiene que por ahora se han cumplido los objetivos y agrega que Manolete sigue siendo un personaje conocido no sólo en Córdoba sino fuera. Su influjo permanece.
-El centenario de Manolete pasó esta semana, pero siguen las actividades. ¿Se están logrando los objetivos?
-La idea inicial era difundir la figura de Manolete más allá del ámbito taurino, que como es lógico sí conoce la biografía y la dimensión del torero. Pensábamos llegar no sólo a los aficionados, sino a esas personas que no van a las plazas de forma habitual pero sienten curiosidad por la tauromaquia o por una figura histórica como la del diestro. Creo que estos objetivos se han logrado, y eso se ve en la afluencia que ha tenido la exposición que la FIT, gestora de Los Califas, organizó en el Palacio de Orive, en la muestra fotográfica Manolete dentro del Bulevar o en los recorridos turísticos de Paseando con Manolete, que han tenido un gran éxito y han superado las expectativas, hasta el punto de que es posible que vuelvan a realizarse en otoño. En todo esto no sólo han participado los taurinos, sino mucha gente que, sin ser antitaurina, ha sufrido con el paso de los años cierto desapego por los toros y que, sin embargo, se involucran en actividades de este tipo porque sienten interés por la historia y porque el personaje de Manolete sigue siendo muy atractivo y llamativo.
-La muestra del bulevar parecía difícil que se librase de los gamberros, pero por ahora ha salido relativamente indemne...
-Los daños mayores, curiosamente, los han hecho los propios taurinos. Por ahora ha habido un par de pintadas a lápiz de personas antitaurinas, pero más grave ha sido que una persona, supongo que aficionada, ha intentado robar una imagen sin darse cuenta de que están impresas en los mismos paneles, por lo que único que ha podido arrancar ha sido el marco. También un taurino, versado en la historia de Manolete, vio un error que habíamos cometido en un pie de foto y, en vez de comunicarlo a la Delegación de Cultura para que se corrigiese el asunto y en paz, ha decidido remediarlo él con un rotulador, al tiempo que nos escribía allí que si éramos unos catetos y unos ignorantes. Desde la Delegación de Cultura creo que en este caso se confió en el civismo de los cordobeses, y es lo lógico. Me parece que en el fondo somos más civilizados y tolerantes de lo que nos pensamos, aunque siempre haya esas excepciones.
-Manolete es una figura histórica de una España en blanco y negro, de otra época. Difundir su vida y sus ideales en estos tiempos de nuevas tecnologías entiendo que no es fácil.
-Manolete es una figura atractiva, aunque sí es cierto que pertenece a una época que algunos parece que olvidan o rechazan. Manolete es de la generación de nuestros abuelos, para algunos de sus padres y todavía hay personas vivas que lo vieron en persona. No hace tanto, no ha pasado tanto tiempo, y tampoco creo que sea adecuado olvidar nuestras raíces. Si somos la sociedad que hoy somos es gracias a lo que fuimos en el pasado. En el caso de Manolete, su influjo en su época fue tremendo, hasta el punto de ser un icono, y eso llega hasta nuestros días con cierta intensidad. También su relación con Lupe Sino es algo que todavía despierta la curiosidad de muchas personas y el que más y el que menos ha leído o visto algo sobre este tema. Incluso toda esa rumorología falsa que hay en torno Manolete demuestra que aún hoy es un personaje que sigue en el debate público, que suscita interés.
-¿Conocemos bien los cordobeses lo que fue Manolete?
-Yo creo que sí, que se conoce. Están los que vivieron la tragedia de Linares, y que recuerdan a la perfección donde estaban cuando conocieron la noticia, igual que cualquiera recordamos donde estábamos cuando murió Paquirri, durante el golpe de Estado del 23.F o el día de los atentados del 11-S en Nueva York. También somos muchos los que hemos oído hablar de él a nuestros familiares, porque Manolete siempre ha estado en las conversaciones. Y no sólo como torero, sino también como persona por lo que ocurrió con Lupe Sino y por las circunstancias de su muerte. Córdoba, en fin, conoce quien fue Manolete y le reconoce su importancia, aunque tampoco creo que sea necesario que lo metamos en los colegios para que los niños tengan una asignatura sobre Manolete. No hay que pasarse [risas].
-Las actividades del centenario van ya por su ecuador. ¿Qué destaca de lo que aún queda por celebrarse?
-El otoño también se anuncia manoletista, con muchas actividades programadas. Yo veo muy interesante el ciclo Manolete literario, que contará con la presencia por ejemplo de María José García, escritora española pero que viene desde Portugal. Otro momento singular será la presencia del filósofo Santiago Navajas, porque siempre es interesante escuchar la visión de un filósofo sobre un torero. Y también está el ciclo musical que contará con la presencia de Álvaro Tarik o de Jaime Urrutia, que estarán acompañados por periodistas o por poetas tan importantes como Carlos Marzal o Antonio Lucas. La exposición de caricaturas sobre Manolete también entiendo que debe ser atractiva, pues se ha logrado que participen en ella dibujantes de gran prestigio como Sciammarella, de El País, o Kim, el autor de las célebres tiras de Martínez El Facha. Han accedido a colaborar más de 35 creadores, y todos encantados de participar. La verdad es que organizar actividades sobre Manolete es relativamente fácil porque en cuanto dices su nombre todo el mundo se apunta. Eso también es un termómetro que te permite saber que la figura del diestro se mantiene vigente.
-Hablaba antes de la leyenda negra, falsa como se ha comprobado, de Manolete. ¿Cesará algún día?
-En este asunto, a estas alturas, hay poco que decir. De pocas personas de su época se ha escrito tanto como de Manolete y ahora mismo hay muchos libros serios y rigurosos que cuentan la verdadera vida del diestro. Hay decenas de referencias bibliográficas, por lo que ilustrarse sobre el asunto es sencillo. Otra cosa es que haya personas que prefieran por pereza quedarse en la ignorancia, o quizá porque en la leyenda negra encuentran algún tipo de remedio a sus propios fantasmas. Vete a saber. Están en su derecho desde luego, porque la ignorancia no es ningún delito y puede ser una opción, cosa que no discuto. Ahora bien, todo esto nada tiene que ver con la tauromaquia, porque este tipo de ignorancia que prefiere quedarse ahí y creerse a pies juntillas los infundios sin contrastar nada es algo que se da tanto en el ámbito de Manolete como en el de la cría de pollos o en el de las vacunas, por poner algún ejemplo. Salir de la ignorancia es fácil, pero para salir de ella lo primero que se necesita es querer salir. Y hay algunos que, por lo que se ve, no desean hacerlo.
-La corrientes antitaurinas crecen. ¿Existe el riesgo de que Manolete, con los años, caiga en el olvido?
-Eso es complicado decirlo, porque vivimos momentos difíciles de analizar. Olaf B. Rader, historiador alemán, escribió a ese respecto un libro que se llamaba Tumba y poder, que es muy interesante. Él decía que los reyes, cuando llegan al poder, tienen que legitimarse, y por eso tratan de apropiarse del cadáver de su predecesor o tratar de tapar cualquier vestigio, como si el poder anterior no hubiese existido. En los ataques a la tauromaquia se puede apreciar algo de eso, un intento de eliminarla, como si no hubiese existido porque a nuevas formas de poder no les interesa este pasado y desean deslegitimarlo. Yo quiero pensar que vivimos en una sociedad abierta, en la que se puede hablar de cualquier tema y en la que un personaje como Manolete siempre puede ser estudiado y reivindicado. La curiosidad en eso es saber, una vez acaben con la tauromaquia si es que lo logran, cual será el siguiente objetivo de estas personas partidarias de las prohibiciones. Puede ser cualquier cosa, porque cuando yo salgo a la calle no veo a nadie levitar por las aceras. O sea, que ninguno somos santos. Así que ya veremos cuál será la siguiente polémica.
-Los actos del centenario han sido variados, pero quizá se ha echado un falta una corrida homenaje con motivo de la efeméride. ¿No lo ve así?
-Quizá, pero en eso el Ayuntamiento bien poco podía hacer. El Consistorio no tiene por objetivo organizar corridas de toros ni debe hacerlo, pues la última vez que ocurrió, en 1997, sufrieron graves perdidas, de más de 40 millones de pesetas. Esa no es su función. Era una cuestión de la empresa que gestiona la plaza, y sé que hubo intención de organizar algo para el 4 de julio, para el día del centenario. Hasta donde yo sé, creo que se habló con José Tomás, que quizá sea el torero actual más cercano a la tauromaquia de Manolete. Pero el problema es que el torero de Galapagar había decidido no torear esta temporada, así que la idea no era viable. Con José Tomás un 4 de julio pienso que el festejo hubiese sido un éxito, pero sin José Tomás... Ahora he oído algo de que el próximo festival contra el cáncer puede estar dedicado al recuerdo de Manolete, y también sería un buen homenaje. Lo de José Tomás creo que hubiese sido lo ideal, pero era imposible.
-Usted es un experto manoletista y gran aficionado a los toros, pero no sólo eso. Lo último suyo que ha llegado a las librerías es la traducción de Contra lo establecido, un ensayo que recupera a personajes muy singulares...
-La editorial sevillana El Paseo está interesada en dar a conocer libros relacionados con el periodo de la República de Weimar y ahí se encuadra este libro de Ulrike Voswinckel Contra lo establecido. Lo que relata es la historia de un grupo de artistas, anarquistas, naturistas y personas de la contracultura que establecieron una comunidad en Ascona, en Suiza, en el Monte Veritá. Se puede decir que fueron los primeros hippies, con un movimiento que anticipa lo que luego iba a ocurrir muchas décadas más adelante. Ellos ya practicaban la vida libre, la dieta vegetariana o el amor libre... Por allí anduvieron intelectuales muy célebres como el novelista Hermann Hesse, el poeta y ensayista Hugo Ball, figura esencial del dadaismo, o su esposa, Emmy Hennings. También bailarines como Mary Wigman o Rudolf Laban, creadores de la danza expresionista. Allí coincidieron diferentes modelos de utopía. Es un momento muy interesante de la cultura europea.
-Y, más allá de en los últimos meses del centenario de Manolete, ¿en qué trabaja ahora?
-Pues estoy de nuevo con la traducción, también para El Paseo. Me han encargado las memorias de Carl Schmitt, un filósofo jurídico alemán que aún hoy, pese a que murió en 1985, tiene una gran influencia y prestigio. Más personal es otro proyecto que espero que vea pronto la luz, una novela gráfica en la que vuelvo a trabajar con el dibujante José Lázaro y que relata la vida de Emmy Henning, mujer como ya dije antes de Hugo Ball y figura esencial en la creación del Cabaret Voltaire. Ella bailaba allí y cantaba y era el alma, pero en la historia apenas se la recuerda. Creo que es un proyecto feminista, porque lo que se intenta es explicar lo que fue el Cabaret Voltaire, su importancia, a través de los ojos de esta mujer tan valiosa como olvidada.
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