La editorial Almuzara recupera dos manuscritos inéditos de Eckhart, acusado de herejía por la Inquisición

Córdoba/La mística de una luminosa Nada es el título de la nueva publicación de la editorial Almuzara, que ha recuperado dos manuscritos inéditos de Eckhart von Hochheim, el místico alemán acusado de herejía por la Inquisición. Se trata, según un comunicado de la editorial, de una edición crítica y bilingüe con la que Almuzara Libros ha inaugurado la colección, Sapientia Avrea, con la que este sello se propone "explorar las espiritualidades y sabidurías de las diferentes manifestaciones de la tradición en el mundo".

La obra recoge, por primera vez en español, dos manuscritos, uno de la Biblioteca Estatal de Berlín y el otro de la Biblioteca de la Abadía de Einsiedeln (Suiza), en edición crítica y bilingüe con el texto en alemán medieval y la traducción española. Durante la investigación se han recuperado fragmentos excluidos en la edición canónica de Franz Pfeiffer y, además, corrigen errores de edición que dificultan la comprensión de los textos.

El libro presenta una serie de dichos y florilegios recogidos por sus discípulos y que fueron salvados tras el proceso inquisitorial contra Eckhart abierto por herejía. Se trata de "textos breves e intensos sobre la espiritualidad y la mística que son la esencia de su filosofía", en los que pervive la tradición y su pensamiento incluso mejor que en los libros teóricos y con reconocida autoría suya. Representan "un legado de la mejor tradición medieval europea con un innegable sabor universal".

El volumen se completa con un epílogo filosófico sobre la actualidad e importancia del pensamiento de Eckhart escrito por Antonio de Diego, profesor de historia de la Filosofía en la Universidad de Málaga.

Eckhart von Hochheim (1260-1328), fue un dominico alemán conocido por su obra como teólogo y filósofo. Llamado Meister (Maestro) por su reconocimiento a los títulos académicos obtenidos durante su estancia en la Universidad de París, fue maestro de teología en París, ocupó varios cargos de gobierno en su Orden, y se mostró "especialmente eficiente en su asistencia espiritual a la rama femenina dominica".

Fue el primer teólogo de la Universidad de París en ser sometido a un proceso inquisitorial por sospecha de herejía. Condenadas algunas proposiciones de su obra por Juan XXII, fue rehabilitado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1992.