Antonio Manuel: "Lorca se comió cada rincón de Cuba como si fuese el último momento de su vida"

Entrevista

El profesor y escritor cordobés codirige el documental 'Lorca en La Habana', que se acaba de proyectar en Málaga y empezará a rodar por otros festivales

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Antonio Manuel Rodríguez, con el cartel del documental 'Lorca en La Habana'.
Antonio Manuel Rodríguez, con el cartel del documental 'Lorca en La Habana'. / Juan Ayala

Córdoba/El profesor, escritor, músico y activista Antonio Manuel Rodríguez (Almodóvar del Río, 1968) se ha embarcado en la dirección del documental Lorca en La Habana junto a José Antonio Torres, donde recogen los días que el poeta granadino pasó en Cuba en 1930, donde fue "inmensamente feliz". La cinta se acaba de presentar en el Festival de Málaga y la intención es que ahora ruede por otros festivales más, tanto de España como de fuera.

Pregunta.¿De dónde surge este proyecto?

Respuesta.Surgió por la publicación en Córdoba, en 2023, de una obra de Urbano Martínez Carmenate que se llama García Lorca y Cuba. Todas las aguas. La editorial cordobesa Utopía entendió que era uno de los periodos más silenciados y, sin embargo, más apasionantes de la vida de Federico y, como encontramos a uno de los biógrafos más importantes de su vida en Cuba, la vida nos regaló que pudiéramos presentarlo en La Habana. La presentación fue en el centro Dulce María Loynaz, en la sala Federico García Lorca, y ya fuimos con parte del equipo a hacer un trabajo de preproducción. Cuando viajamos allí ya teníamos clara la idea de que era completamente necesario sacar a la luz esta parte de la vida tan desconocida de Federico.

Antonio Manuel Rodríguez.
Antonio Manuel Rodríguez. / Juan Ayala

P.¿Cómo ha sido el proceso para hacer la película, el trabajo documental y el contacto con todas las personas que participan?

R.La película es un tríptico. Tiene una parte en la que hay una obra de teatro en la que aparece un actor que hace a su vez de Federico. Ese es el hilo conductor. El protagonista es Javier Jiménez Noia y concede una credibilidad descomunal al personaje. Javier hace una interpretación magistral y convierte a Federico en un ser humano, no en el mito que todos conocemos, que lo es, no en el poeta universal que todos conocemos, que lo es, sino quizá en lo que menos conocemos; en una persona que se dedicó a vivir y a comerse cada rincón de Cuba como si fuera el último momento de su vida. La otra parte de la película son entrevistas a actores ficcionados, en su mayoría cubanos, que representan a personajes que conocieron a Federico durante su estancia en Cuba. Y, por último, en la tercera parte participan expertos cubanos. Para conocerlos hicimos ese primer viaje en 2023 porque tomamos la decisión, que creo que es muy importante, de que sea la visión de Cuba hacia Federico. O sea, no solamente Lorca en Cuba, sino Cuba en Lorca, ver esa huella que dejó, cómo todavía se mantiene viva y cómo su mensaje se mantiene completamente actual. Eso nos permitió conocer los lugares lorquianos, conocer a sus biógrafos, especialmente a Ciro Bianchi, a Urbano Martínez Carmenate, a Luis Machado Ortetx y a Tania Licea. Todo eso mezclado, lógicamente, con una tarea de investigación documental exhaustiva y apasionante, porque estábamos abriendo una mina por explorar. Cada vez que picábamos salía más luz hasta el punto de desbordarnos, porque Federico nos desborda y nos sigue desbordando todavía hoy.

Federico nos sigue desbordando todavía"

P.¿Cómo era la vida de Federico en Cuba?

R.Él se recorrió toda la isla, menos una provincia actual. Federico sale de España después de un desencuentro amoroso con Emilio Aladrén y necesita tomar aire, respirar. Primero viaja a Francia y luego a Nueva York. Todo el mundo conoce la estancia en Nueva York, pero quizás lo que no se ha aportado suficientemente es cómo se le oscurece la vista y el alma. Porque él llega en pleno Crack del 29 y no se encuentra esa América bulliciosa, sino la decadente después de una crisis descomunal que le afecta en las esencias del capitalismo. Él comprueba hasta qué punto puede hacer mella en los seres más vulnerables el capitalismo salvaje. Y es cuando después viaja a Cuba, invitado por la institución hispano-cubana, por Fernando Ortiz. Iba para dictar tres conferencias en una semana y se pasó 98 días. Estar en Cuba fue encontrarse con una segunda Andalucía porque, cuando tú llegas allí, lo primero que haces es reconocerte en el color del mar, en el color de la luz, en la alegría que llevan todos los cubanos tatuada en la cara y que se parece mucho a nuestra forma de defendernos frente a nuestras desigualdades, a nuestras penas. Cuando él ve a los negros americanos, ve a gente apenada. Cuando ve a los negros cubanos, descubre el sol, descubre el guaguancó, las ceremonias afro y, sobre todo, descubre que hay una Andalucía en Cuba igual que hay una Cuba en Andalucía.

P.¿Estuvo en contacto con los intelectuales cubanos?

R.Sí, y so es muy importante. En Cuba había un régimen dictatorial, el de Machado, que se asemeja mucho a la dictadura de Primo de Rivera de la que se había escapado. Entonces, él ve que hay una intelectualidad que está luchando contra la dictadura de Machado y entiende que él también tiene que luchar contra la dictadura de Primo de Rivera y que tiene que apostar por la república porque apostar por la libertad es apostar por sí mismo. Luego, se reúne con una gran clase poética; conoce a Nicolás Guillén, a Lezama Lima, a toda la familia Loynaz... Allí, él se dedicó a vivir. Y fue inmensamente feliz e inmensamente libre.

Lorca descubre que hay una Andalucía en Cuba igual que hay una Cuba en Andalucía"

P.¿Qué quedó de Cuba en él?

R.Yo creo que la cepa de la felicidad que ya no te puede arrebatar ni la muerte. El ser consciente de que fue libre y que ser libre es una actitud ante la vida, no es una utopía que perseguir, sino es algo que se ejerce. Él volvió de Cuba sintiéndose libre y ya ejerció esa libertad hasta el mismo día en que incluso él mismo decidió, en lugar de regresar a América, que podía haberlo hecho y salvar la vida, volver a Granada a sabiendas de que eso le podía costar la muerte.

P.¿Y qué huella dejó Federico en Cuba?

R.Te sorprendería muchísimo. La primera huella es algo que nosotros, por obvio, hemos olvidado. Y es que no hubo huella lorquiana durante la dictadura franquista. Lorca no se estudia en los colegios, no pone nombre a las calles, no hay estatuas, no existe Federico. Pero en Cuba sí. En Cuba, cuando aquí no se podía representar La Casa de Bernarda Alba, se estaba representando allí en el teatro más importante de Cuba, que es el Teatro Nacional de La Habana, cuya sala principal se llama Federico García Lorca. Ir por La Habana y ver que Federico está por todas partes, que los niños saben quién es Federico, que han representado sus obras en las fiestas de fin de curso, que probablemente sepan más de él que nuestros alumnos y alumnas hoy aquí, que Federico pone nombre a centros educativos y culturales... La huella de Federico ha sido enorme. Eso te da pie a pensar algo que que para mí es muy importante y es que, en efecto, Federico es universal, pero que no se puede ser universal sin ser de ninguna parte, y allí en Cuba se le reconoce como andaluz. Pero se le está reconociendo como andaluz en el Caribe afroandaluz. No olvidéis nunca que el Guadalquivir nace en Cazorla pero desemboca en La Habana. Federico es universal siendo inmensamente andaluz.

Federico es universal siendo inmensamente andaluz"

P.El documental cuenta con Jesús Bienvenido y con Roko en el apartado musical. ¿Cómo surgen esas colaboraciones?

R.Nosotros teníamos muy claro que la banda sonora tenía que ser fundamental y que teníamos que buscar una canción original que fuera columna vertebral de toda la película. La parte cubana la hace un grupo que se llama Ke Bolá?, que ha hecho una versión de La Morena Trinidad, que es la canción que escuchaba la madre de Federico aquí y es la primera que escucha Federico cuando desembarca. También ha hecho una versión del Son de Negros, el único poema que escribió Federico en Cuba. Pero queríamos que hubiese una canción que fuese capaz de aglutinar Andalucía y Cuba a la vez. Entonces, cogí elementos de la obra de Federico, más letra propia, que va y encaja con un guante con el guión de la película y compuse la letra y una columna vertebral musical. Entonces, llamé a mi amigo Jesús Bienvenido y me dijo que colaboraba encantado. Entonces, yo se la toqué con mi guitarra una primera vez. Luego, hacíamos videollamadas y nos cantábamos. Así hasta que él le dio el aire tan andalucísimo y tan cubanísimo a la canción original, que es una obra descomunal de Jesús. Pero me hacía falta una voz femenina porque en esa canción canta la madre de Federico y entre los dos estuvimos de acuerdo en que fuera Roko.

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