Quizás
Mikel Lejarza
Toulouse
Educación
Llega una de las épocas más esperadas del año y, con ella, las escuelas de verano. Divertirse mientras se aprende es una de las mejores formas en la que los niños cordobeses pasan estos meses estivales. Los alumnos del colegio Vista Alegre asistentes al curso, que se extiende hasta el próximo 31 de julio, esperaban impacientes apenas 15 minutos antes de su entrada en su segundo día de clases. Una vez abiertas las puertas, han comenzado a llenar el recinto con el grito de “estamos en la escuela de verano”, tras el que ha dado inicio una jornada más de diversión y aprendizaje.
Este programa, que cuenta con un presupuesto de 421.000 euros, pretende proporcionar a los pequeños un espacio educativo y de convivencia donde poder jugar y aprender, además de contribuir de este modo a la conciliación familiar durante las vacaciones escolares. “El Ayuntamiento de Córdoba entiende que esto es una apuesta que seguimos todos los años y que deberemos ir aumentando porque la demanda ha sido mucha”, ha considerado la teniente de alcalde delegada de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Córdoba, Eva Contador.
Un total de 1.960 niños, nacidos entre 2009 y 2019, se benefician este verano del programa. Una alta demanda que ha dejado a 300 pequeños en lista de espera. “En los primeros días, iremos viendo si todos los niños que han sido admitidos tienen su matrícula hecha correctamente ya que a veces nos encontramos en el día a día que estos niños algunos no vienen entonces se tira de los que se encuentran en lista de espera”, ha señalado. Ante esto, la teniente de alcalde ha planteado la posibilidad de que “quizás el año que viene tendremos que poner, a lo mejor, más colegios a funcionar, para que los niños y todas las peticiones que tengamos podamos atenderlas”.
Durante este mes de julio, de 10:00 a 13:00, los niños que asistan a la escuela de verano desarrollarán diversas actividades que serán tanto dentro como fuera del centro. Labores deportivas, de ocio o dinámicas centradas en fomentar todo lo relacionado con el ámbito familiar son algunas tareas que tendrán los pequeños durante estas próximas semanas.
A pesar de llevar tan solo dos días, algunos ya lo tienen claro, como Thiago, que prefiere “jugar al balón o con los aros”. Por su parte, en el caso de Amanda, confiesa que le encanta “cantar canciones infantiles y aprender nuevas”. Además, el lema de esta edición es la paz y, por ello, se realizará y se trabajará en torno a este tema.
Caras nuevas o ya conocidas son las que se dan cita en esta escuela de verano del barrio de Poniente. Manuel no ha hecho “muchos amigos, pero conozco a tres niños que están en mi colegio”, ha asegurado. A pesar de ello, se lo está “pasando muy bien y quiero jugar con todos los niños”, ha finalizado este pequeño de cinco años.
“Hay muchos niños que el cole les hace mucho, pero hay otros que ya se conocen, saben de dónde vienen, saben las características de cada uno. Sí es verdad que, al formar un equipo con diferentes personas, les hace mucho bien”, ha destacado Elena, educadora social y monitora en la escuela de verano. Aunque los beneficios no solo son para los pequeños y es que al haber varios padres que trabajan “les asegura de que los niños están bien protegidos”, ha destacado.
Además del colegio Vista Alegre, en el programa participan 16 centros más repartidos por los distritos y barriadas periféricas de la ciudad como son el Virgen de la Esperanza, los Califas, Fernán Pérez de Oliva, Mirasierra, Miralbaida, Hernán Ruíz, Antonio Gala, Tirso de Molina, Jerónimo Luis de Cabrera, Federico García Lorca, Azahara, Maimónides, Centro cívico, Joaquín Tena Artigas, Santa Bárbara y Elena Luque.
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