Los árboles de Córdoba: El CSIC cataloga más de 60 especies diferentes que conviven en la provincia

Medio Ambiente

La calidez de la cuenca del Guadalquivir propicia especies adaptadas a un clima en general seco

En la ciudad hay más de 81.000 árboles, siendo el naranjo agrio el más común

Las curiosidades de los árboles de Córdoba: desde provocar borracheras hasta dar frutos narcóticos

Una morera talada en la carretera de Trassierra de Córdoba estaba catalogada como "árbol singular"

La hoja y el fruto de un almez.
La hoja y el fruto de un almez. / Felipe Castilla / Csic.

Con hojas en forma de aguja o acícula, de escama o ramillas de apariencia articulada, muy grandes de tipo palmera, con frutos secos o carnosos, con flores de más de cinco pétalos, en forma de tubo, colgantes, con corteza rugosa o lisa o incluso tan difíciles de catalogar por los botánicos que los incluyen en apartados titulados por un no lo sé o un signo de interrogación, así es cómo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) catalogan un total de 60 árboles diferentes en la provincia de Córdoba.

De los 122 árboles que tiene catalogado el CSIC en toda España, 60 tienen presencia en la provincia cordobesa, 47 como especies autóctonas, mientras que 13 provienen de territorios tan diversos como Australia, Canadá, Estados Unidos, Siberia, China, Corea, Kazajistán, India e Irán, la región andina de América del Sur, Asia, África o el Este de Europa, muchas de ellas son consideradas especies invasoras y otras se han adaptado perfectamente al territorio, tanto que parecen de la zona.

En Huelva hay 105 especies de árboles, la provincia de Andalucía que cuenta con más variedad, seguida de Granada con 85, Jaén con 80, Almería 78, Málaga con 70, Sevilla, donde hay 63 árboles posibles y Cádiz, donde hay 65, mientras que Córdoba ocupa el último lugar, con 60. Según el Ayuntamiento de la ciudad, existen en la ciudad un total de 81.306 árboles, siendo el Distrito Sur el que alberga mayor cantidad, 11.139 ejemplares, seguido de Norte-Sierra, con 10.762 y la zona industrial la más diáfana, con solo 853 árboles.

El clima influye de forma natural en la distribución y presencia de la vegetación, explica el CSIC, que divide en tres grandes áreas a la península, de acuerdo a su diversidad ecológica: la zona de influencia atlántica en el litoral cantábrico, una de influencia mediterránea directa y un gran espacio interior con grandes variaciones de temperatura, zonas de transición, algunos enclaves más húmedos y otros más áridos. La calidez de la cuenca del Guadalquivir propicia especies adaptadas a un clima en general seco, temperaturas más o menos suaves y heladas escasas.

Además, las especies se pueden dividir a su vez en tres: dominantes, no dominantes y no autóctonas. En Córdoba el almendro, el peral común, el chopo, el tabaco o la mimosa están entre los árboles que provienen del extranjero, mientras que especies como el arce, el castaño, el madroño, el algarrobo o el palmito son típicas del territorio. Del olmo, por ejemplo, se dan dos especies, una autóctona y una proveniente de Siberia.

¿Qué árboles hay en Córdoba?

El más común de esos más de 81.000 árboles de Córdoba es el naranjo agrio, cuya presencia se puede constatar en todos los barrios de la ciudad y alcanza los 25.221 ejemplares. Su origen es todavía desconocido, aunque lo más probable es que sea nativo del sudeste asiático y sus frutos, al ser ácidos y algo amargos, no suelen ser consumidos frescos, pero sirven para elaborar mermeladas, tal y como las comen en el Reino Unido.

De sus grandes y perfumadas flores se extraen esencias para perfumería y el aceite de Neroli, cuyo nombre se debe a Marie Anne de la Trémoille, princesa de Nerola (Lazio, Italia), que en el siglo XVI lo usaba para perfumar sus guantes y “extasiar a los caballeros que besaban su mano”, según las curiosidades que apunta el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Naranjo agrio.
Naranjo agrio. / Águeda Marrero / CSIC.

En este orden de abundancia en Córdoba, al naranjo le sigue el almez o latonero, cuya madera es muy apreciada por ser la más adecuada para la confección de horcas, cayados y bastones de calidad, según el CSIC, que agrega que de su raíz se puede obtener un colorante amarillo utilizado para teñir. Sus frutos, en el pasado, eran utilizados como golosinas y, ahora, sirven para alimentar al ganado. Esta especie está incluida en los catálogos de flora protegida y amenazada de las comunidades de Andalucía y Murcia.

Existen 5.223 plátanos de sombra en Córdoba, una especie no autóctona pero que se encuentra en toda España. Su madera es dura, semejante a la del haya, y en su zona de origen se usa para mangos, herramientas, chapas y tableros. El polen del plátano es altamente alergógeno y en primavera y otoño suele causar molestias en muchas personas.

Los granos que flotan en el ambiente en primavera muchas veces se quedan entre los pelillos “que a modo de tomento tienen las hojas juveniles y crean un efecto sinérgico de afecciones respiratorias y cutáneas”. Pero además, los frutos deshechos se conocen con el nombre vulgar de pica-pica, por su capacidad de irritar la piel. En Córdoba se pueden ver en muchas calles y avenidas, como la Gran Capitán o Ronda de los Tejares.

Plátano de sombra.
Plátano de sombra. / Felipe Castilla / CSIC.

Sus vistosas flores blancas son consumidas como golosina con el nombre de pan y quesillo, se trata de la falsa acacia y hay 2.097 árboles de esta especie proveniente de Estados Unidos repartidos por Córdoba. Es una planta asilvestrada y se usa de forma ornamental. Sus semillas son tóxicas y "hay que tener cuidado de que no sean consumidas por el ganado", advierte el CSIC.

Falsa acacia.
Falsa acacia. / Felipe Castilla / CSIC.

Según el libro Árboles Singulares de la ciudad de Córdoba de Ángel Lora González, existen 43 ejemplares únicos repartidos por la capital cordobesa que, además, corren el riesgo de desaparecer por varios motivos. El autor cita "el abandono y la falta de los cuidados adecuados" como uno de ellos, aunque asegura que "es muy probable que el principal peligro sea el desconocimiento de su existencia: no es posible hacer nada por ninguno de ellos si no sabemos que existen".

De hecho, una morera, catalogada como singular, fue talada el pasado mes de enero durante las obras de ensanchamiento de la carretera de Trassierra. Hay especies como el almez, el algarrobo, el cinamomo o las encinas que están catalogados tanto por el CSIC, como por tener un ejemplar singular en la ciudad.

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