El arte de convertirse en un espadachín

La afición a las películas de espadachines puede desembocar en auténticas vocaciones deportivas. Es lo que, hace cinco meses, le ocurrió a Natalia Pérez, una estudiante de 25 años de la Escuela de Arte Dramático. "Tenemos una asignatura que es esgrima escénica. Se montan coreografías con floretes, y el profesor nos comentó que en Córdoba había un club deportivo de esta modalidad", recordó ayer la estudiante. Esto y su admiración por películas como La princesa prometida, Los duelistas o, rozando ya otros géneros cinematográficos, Kill Bill fueron el punto de inflexión para que la joven se decidiera a probar suerte en el deporte de la espada y la máscara.

Junto a ella, otras 15 tiradoras de toda Andalucía participaron en un torneo amistoso celebrado en las instalaciones del centro deportivo Aquazul. "Parece una práctica tranquila, pero se descarga mucha energía. La esgrima, además, aporta capacidad de reacción, rapidez y mucha resistencia física", subrayó la aficionada. A esto hay que sumar paciencia, concentración y fondo físico para soportar la equipación: careta, chaqueta interior, chaquetilla metálica y pantalones largos.

En Córdoba, la práctica de esgrima se ciñe al club existente en el Real Círculo de la Amistad, que cuenta con 26 adultos y con una cantera de diez menores, explicó Emilio Quintero, delegado de la Federación Andaluza de Esgrima (FAE). El próximo mes de septiembre, no obstante, los aficionados podrán poner a prueba sus vocaciones en Aquazul, que ya planea un calendario de actividades. "Nuestra intención no es ser un gimnasio convencional, sino convertirnos en un centro deportivo en el que tengan cabida los deportes minoritarios", abogó una responsable del centro, Auxiliadora Mayordomo. Hasta final del verano, los aficionados tendrán que conformarse con aprender algunas tácticas en la gran pantalla.