La artritis reumatoide, una enfermedad de origen desconocido que afecta a 8.000 personas en Córdoba
Salud
Los pacientes son mayoritariamente mujeres y suele diagnosticarse entre los 35 y los 55 años
El doctor Alejandro Escudero celebra que los nuevos fármacos biológicos han permitido cambiar el curso de la patología
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, inflamatoria, crónica y sistémica, que se caracteriza por la inflamación de todas las articulaciones sinoviales. "Si no es rápidamente identificada, puede condicionar un daño progresivo y permanente no solos de las articulaciones, sino de órganos vitales como el pulmón, el corazón o el riñón, lo que podría conllevar a un elevado grado de discapacidad", advierte el doctor Alejandro Escudero, jefe de sección del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, con motivo del día mundial de esta patología, celebrado recientemente.
La prevalencia de la enfermedad en España, según los datos del estudio Episer 2018, indica que afecta al 1% de la población española. De acuerdo a esto, en una población de unos 800.000 habitantes como es la provincia de Córdoba, supondría un volumen de pacientes de aproximadamente 8.000 cordobeses afectados por esta patología, calcula el facultativo. La medicina estima que en España cada año se diagnostican aproximadamente 25 casos nuevos por cada 100.000 habitantes, una proporción extrapolable a Córdoba.
¿Y cuál es el perfil de estos pacientes? "Suele ser el de una mujer con una edad comprendida entre los 35 y los 55 años que presenta un importante componente de dolor e inflamación en las articulaciones de las manos, muñecas o dedos, que le dificultan sus actividades cotidianas o incluso el cuidado de su descendencia", detalla el experto. Sin embargo, advierte de que "no es infrecuente encontrar formas de inicio de la enfermedad en etapas tardías, por encima de los 65 años, o incluso cuadros de artritis equivalentes a la artritis reumatoide en población infantil de menos de 14 años.
Se trata de una enfermedad de "origen desconocido", si bien se sabe que la carga genética le confiere hasta un 60% de probabilidad de desarrollarla. "Por tanto, en un sujeto susceptible genéticamente la aparición de determinados factores de riesgo como el tabaco, determinadas infecciones víricas o incluso procesos con afectación de las encías pueden favorecer la aparición de la enfermedad", advierte. El mantener una vida saludable con consumo de dieta mediterránea rica en aceite de oliva, frutas y verduras, así como un ejercicio físico suave diario puede evitar la aparición o su agravamiento.
"Clásicamente, hasta la época de los 90 del siglo pasado, la enfermedad era muy incapacitante puesto que el diagnóstico se realizaba de manera tardía y el arsenal terapéutico era muy limitado y poco eficaz. Afortunadamente hoy día -celebra- la derivación precoz del paciente con dolor e inflamación articular desde el médico de Atención Primaria al reumatólogo debe permitir un diagnóstico inicial de manera temprana". "Esto permitirá -insiste- instaurar un tratamiento que actualmente es muy eficaz, lo que evitará hoy día la presencia de discapacidad en el paciente".
La revolución de los fármacos biológicos
La enfermedad se caracteriza por la presencia de autoinmunidad, lo que traducido vendría a indicar que el sistema inmunológico no reconoce adecuadamente las estructuras propias, como las articulaciones, y tiene tendencia a atacarlas provocando su inflamación, explica. "Así, como la alteración inicial reside en el sistema inmunológico, la base fundamental de los tratamientos consiste en fármacos que regulan la actividad de este sistema inmunológico, permitiendo que exista un adecuado equilibrio entre el efecto regulador del sistema inmune y la reducción de la inflamación articular", explica.
Actualmente, además, existen fármacos de "síntesis química" elaborados en cualquier laboratorio y fármacos de origen biológicos sintetizados por elementos vivos. "Todos han cambiado los resultados de la enfermedad, mejorando y evitando el daño articular. Sin embargo, son los fármacos biológicos los que han permitido cambiar radicalmente el curso de la enfermedad evitando las secuelas e incapacidades que clásicamente la enfermedad provocaba", explica.
En cuanto a la investigación, el doctor Escudero explica que los mayores avances se están produciendo en el ámbito de los tratamientos, de manera que "podemos utilizar fármacos que bloquean selectivamente señales de comunicación extracelulares entre células del sistema inmune, como por ejemplo las citoquinas". Este bloqueo selectivo permite inhibir unas vías inflamatorias y dejar libres otras vías necesarias para la defensa del organismo, ahonda.
Por otro lado, más recientemente se han desarrollado nuevos fármacos que bloquean la acción desarrollada por esas citoquinas dentro de las células del sistema inmune, por lo que "se consigue un bloqueo aún más selectivo que con el bloqueo de las citoquinas". "La selectividad de los fármacos actualmente empleados supone la máxima eficacia y respuesta al tratamiento con el menor efecto tóxico para el sistema inmune del paciente", celebra.
Lógicamente, estos avances terapéuticos no habrían sido posibles sin la investigación adecuada y la colaboración de los pacientes que la padecen. "Sin embargo, el no haber podido encontrar todavía su origen nos obliga a investigar todavía más en los posibles mecanismos implicados en su etiología, sobre todo en las fases iniciales del desarrollo de la inflamación articular", razona el doctor Escudero. Eso sí, "nunca se tiene suficiente investigación en las enfermedades reumáticas en general y en la artritis reumatoide en particular", asume.
¿Se puede confundir con otras enfermedades?
Todas las enfermedades reumáticas inflamatorias se caracterizan por provocar daño en pequeñas y grandes articulaciones, afectando habitualmente a las manos, por lo que, en la forma inicial de presentación, puede llegar a ser confuso su diagnóstico con otras enfermedades reumáticas, explica el doctor Alejandro Escudero, jefe de sección del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. "Sin embargo, un paciente con patología inflamatoria articular en las manos expertas de un reumatólogo se realizará un adecuado diagnóstico sin confusión", incide.
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