Las asignaturas pendientes
El Icomos plasmó en su informe positivo para la declaración como Patrimonio Mundial recomendaciones aportadas por los gestores del complejo que serán realidad a medio plazo
Está claro que la entrada de Medina Azahara en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco supone un punto de inflexión para el yacimiento, un antes y un después para la ciudad de Abderramán III con sus debilidades y fortalezas. Entre las fortalezas destaca, tal y como reseña la evaluación positiva que para la declaración realizó el Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), que en la ciudad califal se ha llevado a cabo una buena gestión y que en la misma las restauraciones se han hecho de forma correcta (salvando algunas del principio de su recuperación), además de destacar sus características únicas reflejo de la dinastía Omeya. Sin embargo, hay puntos por perfilar y ninguno de ellos es nuevo. El Icomos emitió una evaluación favorable sobre el proyecto cordobés, sí, pero también dio recomendaciones para realizar a corto y medio plazo -que eran aportaciones del propio órgano gestor de la ciudad califal-, como por ejemplo, la recogida de los atauriques (arabescos) -con entre 500.000 y un millón de fragmentos- y la conservación de los pavimentos originales. Algunas de esas recomendaciones del organismo asesor de la Unesco se empezarán a poner en marcha a partir del próximo septiembre.
Fortalezas y debilidades
El director del conjunto arqueológico cordobés de Medina Azahara, Alberto Montejo, ya apuntó a este periódico que una de las fortalezas de la ciudad califal "es que estamos en un yacimiento único. Es la única ciudad califal que se puede recuperar en todo lo que ha sido el área islámica. Medina Azahara es la única que nos permite conocer la arquitectura o el urbanismo de aquella época de una manera integral". Y de las debilidades destacó el ataurique y las parcelaciones, "que están paralizadas desde hace tiempo y están controladas". "Tenemos deberes que vamos a ir haciendo poco a poco. Son soluciones que van a durar mucho tiempo, porque en el tema de la pantalla verde [que debe aislar visualmente esas parcelaciones de la ciudad califal] plantar un árbol y esperar a que sirva de pantalla lleva lo suyo; no vamos a recoger todo el ataurique en un plazo corto. La Unesco tampoco quiere prisas, lo que quiere es que nos pongamos a trabajar y que cumplamos las recomendaciones que, repito, son las que ya hemos aportado nosotros en el documento", dijo.
Pantalla verde
Icomos resaltaba en su informe positivo que Medina Azahara es un "testimonio excepcional" en Occidente de un complejo urbano, la arquitectura, decoración, uso del paisaje y tecnología árabe del siglo X, perteneciente a la cultura islámica y, en concreto, del califato omeya. Un "testimonio excepcional" empañado por las parcelaciones ilegales que han ido surgiendo en su entorno como setas debido a los años de permisividad e inacción de las administraciones públicas, tanto del Ayuntamiento de Córdoba como de la Junta de Andalucía. Los alrededores de Medina Azahara son un mosaico de viviendas, cientos de construcciones a pocos metros de la ciudad califal, algunas de las cuales estarían incluso sobre restos arqueológicos, porque, tal y como defiende el director del conjunto arqueológico, sólo se ha descubierto un 10% de la que fuera "la ciudad brillante" de Al Ándalus. El Icomos insiste en que es necesario que se le de una solución a este problema y la Junta ya anunció que, tanto si la ciudad califal se convertía en Patrimonio Mundial como si la Unesco no lo reconocía como tal, una pantalla vegetal -la plantación de árboles en el perímetro del conjunto arqueológico- la aislará de esas parcelaciones que tiene a su alrededor. El objetivo de la Administración autonómica con el levantamiento de esta pantalla verde es que los elementos vegetales "suavicen el encuentro del horizonte natural con las construcciones". Es decir, será una forma de camuflar esos asentamientos. En septiembre comenzarán los trámites necesarios para ese apantallamiento vegetal que oculte las viviendas ilegales construidas en torno al yacimiento, pues antes se estudiarán las especies arbóreas para no perjudicar los restos arqueológicos, según sentenció Alberto Montejo.
Mejora de comunicaciones
Una de las asignaturas pendientes para Medina Azahara es la de la mejora de las comunicaciones que tiene con el núcleo urbano de Córdoba -del que dista ocho kilómetros-. Y es que esa mala comunicación que tiene con el núcleo urbano de Córdoba es un lastre para que las propias visitas . Hace unos días la alcaldesa, Isabel Ambrosio, refirió respecto a esa mejora de las comunicaciones con la ciudad califal, que dicha iniciativa se enmarca dentro de "esa apuesta que estamos haciendo de comunicar con transporte público y que no sólo sea un único medio de transporte el que puedan utilizar quienes no pueden desplazarse con su vehículo particular". Así, agregó que "la concesión en el ámbito de la periferia se hace desde Aucorsa y estamos valorando, a partir del mes de septiembre, poder ampliar algo más los servicios que se prestan en este sentido".
Mejora de la accesibilidad
La mejora de la accesibilidad en Medina Azahara que la Junta está planificado y que está relacionada con la de las comunicaciones implicará un cambio en el orden de la visita al conjunto arqueológico, de forma que el recorrido comenzaría por "la puerta principal de la ciudad y no por la parte trasera del palacio, como se hace actualmente". Así lo confirmó hace unas semanas el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez. El titular de Cultura explicó que el equipo de la Consejería y la dirección del conjunto arqueológico "están trabajando para decidir un recorrido que mejore la accesibilidad y que respete el pavimento porque tenemos una recomendación por parte de la Unesco de respetar el pavimento original", es decir, que el itinerario deberá garantizar "la protección de los valores patrimoniales". Esto obligaría "previsiblemente" al cambio en el orden de la visita, que iría desde el museo hasta la puerta principal. También habló al respecto el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, quien anotó que "hemos adquirido el compromiso de mejorar el acceso, sobre todo en esa parte de la carretera de Palma del Río hasta el museo, y ahí estamos con el proyecto para que sea una realidad lo antes posible". No obstante, Alberto Montejo ya apuntó a el Día que "hay que tener en cuenta que se trata de un yacimiento que tiene mil años, que tiene un paisaje determinado con terrazas y cuestas, por lo que habrá que estudiar con detenimiento las soluciones, porque lo que se haga tendrá que ejecutarse para mucho tiempo. Estamos trabajando ya en el proyecto". El acceso es la A-431, una carretera que es de la Diputación. Ese proyecto contempla un carril peatonal y otro para bicicletas. Se trata de acondicionar las dos cunetas en una distancia corta, de apenas 500 metros. "Creo que a la vuelta de verano estará listo ya el proyecto para la licitación. Con esto vuelvo a la idea de que Medina Azahara es un compromiso de todos, de la Consejería de Cultura y del Ayuntamiento de Córdoba en materia de transporte y de la Diputación en cuanto a ese acceso por carretera", puntualizó Alberto Montejo el Día.
Mejora de cifras turísticas
Obviamente, tanto la mejora de las comunicaciones de la ciudad califal con el núcleo urbano de Córdoba como la mejora de la accesibilidad al complejo arqueológico deben propiciar un incremento de visitas al mismo. Según la Estadística de la Red de Espacios Culturales de Andalucía, en 2017 pasaron por la ciudad palatina 186.036 personas, un 2,41% más que en 2016, cuando fueron 181.653. Ese año, de ellas 132.502 fueron españolas (el 72,9%), 37.427 de la Unión Europea (20,6%) y 11.724 de otros países no comunitarios (6,5%). Es decir, 49.151 fueron extranjeros, lo que supone sólo el 27,1% del total. Según el tipo de visita, 131.308 se hicieron a nivel individual, 8.955 de escolares y 41.390 de otros grupos. Esto puede ser un reflejo tanto de la falta de promoción como de que las alternativas para llegar hasta Medina Azahara siguen siendo pobres. Tanto los turistas que viajen de forma individual como los cordobeses que no tengan vehículo propio tienen que recurrir al autobús del Consorcio de Turismo, que de martes a sábado hace cuatro viajes (10:15, 10:30, 11:00 y 17:15) y los domingos tres (10:15, 10:30 y 11:00). Tiene dos únicas paradas en el paseo de la Victoria y, teniendo en cuenta que la entrada a Medina Azahara es gratuita, el precio de ida y vuelta es de nueve euros para los adultos, cinco para niños de cinco a 12 años y gratis para los menores de cinco. Para los residentes en Córdoba el precio es de cinco euros. Incluye el coste de la lanzadera que conecta el museo con el yacimiento. Siendo Medina Azahara un elemento patrimonial a explotar, la solución parece insuficiente en horarios y cara en precio. No obstante, el director del conjunto arqueológico insiste en que "estamos en la media de otros espacios parecidos y subiremos en visitas a partir de ahora. Eso es seguro. Yo defiendo que no por tener más visitantes somos mejores, sino que lo que tenemos que hacer es proponer visitas de calidad".
Promoción e inversiones
"Queremos aprovechar este momento [el de la declaración de la Unesco] para dar a conocer a Medina Azahara a nivel mundial, que sea más visible y el yacimiento atraiga a muchos visitantes. Luego, tras el verano, nos pondremos a trabajar de manera más intensa y a reflexionar para que esas actuaciones pendientes sean lo más sostenibles posible". El director del conjunto arqueológico se pronunció hace unos días de esta forma sobre las intenciones del órgano gestor que dirige respecto a la promoción de la ciudad califal. Y es que la declaración como Patrimonio Mundial de la Unesco es un revulsivo para que la ciudad de Abderramán III pueda posicionarse en el lugar que le corresponde en el sentido de la promoción y la inversión por parte de las administraciones. Es decir, que reciba más atención de la que hasta ahora ha tenido. El título de la Unesco implicaría precisamente aumentar la cuantía destinada al yacimiento cordobés y daría la oportunidad de reiniciar tareas de restauración, excavación (sólo hay un 10% de la ciudad palatina desenterrada) y puesta en valor de zonas aún sin musealizar. Esto a su vez sería un atractivo más para el turista, que podría disfrutar de nuevas rutas en torno a los elementos incorporados. Esos avances también podrían servir de aliciente para que otras instituciones privadas quisieran aportar fondos mediante el mecenazgo.
Apertura del Salón Rico
El espacio más emblemático de Medina Azahara se encuentra cerrado al público desde 2009. Es el llamado Salón Rico o de Abderramán III, un edificio destinado a la celebración de recepciones políticas, ceremonias y fiestas. La intención con la que el califa lo mandó construir (mostrar su poder a los mandatarios con los que se reunía y magnificar su figura) hace que sea una estancia profusamente decorada, con labrados en placas de piedra adheridas a los muros tanto del interior como de la fachada que da al jardín. Con el objetivo de realizar una intervención integral, se cerró en 2009. Tras una primera fase, apareció un mecenas para continuar con la restauración, que lleva años bloqueada. En 2011 ya se habló del apoyo de la World Monuments Fund (WMF) Europe, institución con la que ahora la Junta quiere firmar el acuerdo por el que se pueda llevar a cabo la segunda fase de su recuperación. De esta firma se habla desde 2016 y, según las últimas declaraciones de Cultura, podría hacerse real antes de que acabe el año. "Al Salón Rico le falta una cuarta parte para poder abrirse al público, tan solo el área trasversal de la entrada está pendiente de reponer el pavimento, y realmente son trámites administrativos los que quedan pendientes", afirmó Montejo. La rescisión del contrato con la empresa encargada de arreglar las humedades, el pavimento y restituir los atauriques "está bastante avanzada" y World Monuments Fund contribuirá a financiar la segunda fase junto a la Junta. "En septiembre tendremos noticias concretas", adelantó.
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