Asinoterapia: trabajar con asnos para combatir el Alzheimer

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Menos conocida que la equinoterapia, la terapia con asnos se utiliza en pacientes con diversas patologías

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Asinoterapia
Asinoterapia

Córdoba/Los asnos son animales comunicativos, curiosos, con iniciativa y con un pelaje característico que se presta a la caricia. Estas características hace que estos animales lleven años siendo parte de las terapias de personas con Alzheimer y otras demencias. La asinoterapia, que así se llama este tipo de tratamiento, consigue beneficios comunicativos, emocionales y motores, al igual que la más conocida equinoterapia, y por ello se ha extendido a otras situaciones, como el trabajo con niños que se ha realizado en el Zoo de Córdoba.

Este 4 de octubre es el día de San Francisco de Asís, patrón de los veterinarios y día Internacional de los Animales. El lema de la profesión es One Health, una sola salud que relaciona “la salud ambiental, de los animales y la salud pública”. Tres vías que convergen en las terapias con animales, es decir, tipos de intervenciones asistidas por animales, como explica la investigadora de la Universidad de Córdoba Evangelina Rodero, que ha trabajado en un proyecto sobre la asinoterapia para enfermos de Alzheimer.

Se entiende por terapias asistidas con animales cuando colabora un animal en actuaciones terapéuticas para conseguir unos beneficios en el paciente. Estas citas están muy controladas, para cuidar el estado del animal, mientras que proporciona unos beneficios a las personas que intervienen en las actuaciones. Así, antes de iniciar el trabajo “estudiamos el cuidado de los asnos, su preparación y el control de cómo respondían los animales ante aquellas sesiones", explica Rodero.

En este caso, se partió de una selección para ver qué animales eran los más idóneos para las terapias, ver cómo respondían a diferentes estímulos: táctiles, sorpresivos, tanto como se comportan ante los estímulos. Por ejemplo, los asnos manifiestan mucho con las orejas. También se analizó la respuesta fisiológica a través del cortisol (se puede medir en saliva) y se les iba monitorizando la frecuencia cardíaca. Con estos indicadores se veía, de entrada, si era un animal apto para la terapia. Estos controles se fueron siguiendo durante las terapias. Además, se miraron factores para comprobar si eran más aptas las hembras que los machos. 

Las ventajas de los asnos en estas terapias

Gracias a los diferentes controles, se llegó a la conclusión de que las hembras eran más idóneas a estas terapias. En la ocasión que cuenta la investigadora, se trabajó solo con ellas. Los resultados del estudio sobre la asinoterapia mostraron que:

  • Los asnos a diferencia del caballo, se vinculan más a la persona, muestran más interés.  El asno busca más el contacto con la gente, su compañía. Como explica Rodero, tiene una expresión comunicativa mucho más clara
  • Para el tratamiento de enfermos de Alzheimer, el tamaño del asno también repercutió en las sesiones. En este caso, como no iban a ser montados, su tamaño era más adecuado para trabajar con personas mayores.
  • El asno "es muy investigativo", siente menos temor hacía las personas, “más como si fuera un perro”, indica la investigadora. Y también se desmienten las creencias sobre el asno como un animal “tozudo, que cuesta manejar". Es un animal que posee una mayor decisión, "más iniciativa propia, ve más clara algunas cosas que el caballo no ve".
  • Por sus características de pelaje y la forma de sus orejas, “se presta más a acariciarlo, al contacto con las personas", algo que familita la estimulación táctil.
  • Rodero también apunta que para los enfermos de Alzheimer fue muy importante la comunicación con el animal. Además, detalla que como eran personas mayores que en su juventud habían tenido contacto con el mundo rural, para ellos "tuvo un efecto evocador muy importante. Había personas que estaban poco comunicativas y empezaron a comunicarse con el asno". Esa conexión con las orejas, el tacto del pelo, estimulaba a los pacientes.

Aparte de las terapias, se hicieron pruebas para evaluar las cualidades de los animales. Estos se sometieron a estímulos imprevisibles para ellos, como "la apertura brusca de un paraguas o el sonido de una bocina. También si admitían la presión táctil en distintos niveles y distintas zonas del cuerpo". Las respuestas se midieron tanto en comportamientos faciales o corporales, como en fisiológicos.

Durante el proceso se vio que "mostraban interés y atracción por las personas y la capacidad de aprendizaje. Llegaba un momento en el que ellas solas hacían las cosas cuando veían a los ancianos, sin que se les tuviera que guiar. Se iban al sitio, agachaban la cabeza para que les acariciasen".

En peligro de extinción

Evangelina Rodero es investigadora en la facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba, su grupo de investigación se denomina Corades AGR-134. Su línea principal de trabajo es la conservación de razas. En este caso, en el asno se daba el riesgo de extinción, se trabaja con razas andaluzas, "era una vía para conseguir la conservación de la raza. Nosotros seguimos desarrollando investigaciones de tipo de variabilidad genética y adaptación a los medios, en el caso del asno, tenemos que buscar otra funcionalidad que la que había tenido del trabajo. Todo lo que trabajamos es con razas en peligro de extinción, todo lo que sea destacar sus valores asociados y sus otras posibilidades. En este caso en usos para terapias".

El estudio con pacientes de Alzheimer partió de un proyecto de jóvenes que estaba terminando sus estudios de Veterinaria, que crearon una empresa de base tecnológica para la asinoterapia apoyados por el profesorado y los investigadores.

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