Tribuna de opinión
Juan Luis Selma
Todo, por un Niño que nos ha nacido
El descanso veraniego esperado por muchos como la gran oportunidad para el ocio, se convierte cada vez más para otros en el momento idóneo para sacarse el carnet de conducir. Es por esto que el verano resulta una bendición para las autoescuelas a diferencia de otros negocios donde es traicionero por el calor y las vacaciones. A partir de mayo, los jóvenes, sobre todo tras concluir el Bachillerato o deshacerse del curso universitario, se deciden a hacerse con el carnet de conducir ya que para ellos obtener este permiso, aunque no se precise del mismo a corto plazo o no se disponga de un vehículo con el que aprovecharlo, sigue siendo una asignatura pendiente. Es uno de los principales propósitos de esta época estival auscipiado por las numerosas ofertas de estas empresas. Aunque el sector está sufriendo los efectos de la crisis, la realidad es que durante los meses de verano se triplica la afluencia de los alumnos.
Carlos Aguilar, propietario de la autoescuela Aguilar de Córdoba, asegura que desde el año 2008 que se inició la crisis en España han caído en un 68% las matriculaciones de los alumnos a pesar de tener ofertas. "La necesidad de sacarse el carnet sigue existiendo puesto que en cualquier trabajo exigen este permiso además de una buena preparación". Pese a esto, Aguilar añade que "este verano se han mantenido igual las matriculaciones respecto al mismo periodo de 2014", y que "los peores meses para este sector son, sin duda alguna, los de invierno, principalmente diciembre y enero". El perfil de alumnos de esta empresa son jóvenes que han finalizado su curso de estudios.
La crisis no solo ha provocado que el número de alumnos descienda en el sector, también ha cambiado la metodología en dar las clases. Hace años se trabajaba con libros de texto y ahora la enseñanza es virtual. La diferencia de trabajar virtualmente en vez de en papel como hace años es que las preguntas que el alumno falla quedan registradas y "cuando detectamos que hay alguna dificultad en algún tema en concreto, lo explicamos sin necesidad de que repita el test entero en el papel, por lo que se ahorra gran cantidad de tiempo", dice Carlos Aguilar.
La autoescuela Séneca es una de las más valoradas de la capital cordobesa. David Cruz, director de la misma, apunta que el porcentaje de las matrículas aumentan claramente en este periodo, siendo también diciembre y enero los peores meses ya que hay un gran descenso de matriculaciones.
Considera que el precio que supone sacarse el carnet en la autoescuela Séneca garantiza el aprobado porque "el objetivo de esta empresa, además de que aprueben todos los alumnos que están matriculados es que adquieran los conocimientos necesarios antes de presentarse al examen sin necesidad de estudiar y aprenderse todas las preguntas de memoria". Por este motivo, Cruz no recomienda los cursos intensivos, aunque también los imparten por la gran demanda que generan. Este método permite aprobar el examen teórico en unos días, en ocasiones incluso sin llegar a la semana. Es el más elegido por los estudiantes para conseguir aprobar, aunque ahora no podrán hacerlo hasta pasado el ecuador del mes de agosto ya que los examinadores se encuentran en su periodo de vacaciones. Aun así la mayoría de las autoescuelas siguen con su actividad durante este mes, principalmente con las clases prácticas, ya que las teóricas, debido a que la preparación requieren de un tiempo menor y el próximo examen aún se hará esperar.
Cabe destacar que la autoescuela Aguilar fue la pionera en traer a la ciudad los cursos intensivos para aprobar el carnet, por lo que los imparten adaptados al horario de cada persona. Aguilar defiende esta metodología ya que "el alumno con poco esfuerzo y tiempo puede aprobar adquiriendo los mismos conocimientos que con cualquier otro método".
Las ofertas de verano son muy atractivas y hay autoescuelas que juegan la baza de ofrecer precios muy económicos. Sin embargo, según Cruz, "este ahorro da lugar a una pérdida de calidad".
Los profesores son la base de la autoescuela Séneca con el fin de explicar a los niños cada pregunta en detalle, mientras que otras empresas centran su metodología en sentar a los chicos delante de los ordenadores a memorizar respuestas para el día que se presenten a la prueba.
"El precio que supone sacarse el carnet oscila entre los 800 y 900 euros, puesto que a las clases y a la matrícula hay que sumarle el gasto del IVA y del certificado médico que ronda los 250", dice.
Un 75 % de alumnos en la autoescuela Séneca ya han estado en otras autoescuelas anteriormente, por lo que "al fin y al cabo las autoescuelas que se promocionan como las más baratas terminan siendo las más caras", añade Cruz. El precio puede variar dependiendo de las clases que necesite cada alumno, aunque las estadísticas señalan que la media de jóvenes ronda la veintena.
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