El avispón oriental siembra el pánico en un barrio de Córdoba: "Estamos aterrados"
Especie invasora
Los vecinos de Mazzantini denuncian que ninguna administración elimina el nido de la fachada en el que habitan estos insectos desde agosto
"Sentí un dolor muy intenso", explica una vecina que sufrió una picadura después de que el insecto entrara en su cocina
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Córdoba/Dolores Elías estaba tan tranquila en la cocina de su apartamento del cuarto piso cuando, entre las cortinas, vio que algo se había movido con brusquedad. "No sabía si era una avispa o una abeja", pensó en el momento. Su reacción fue atraparla con su mano entre la cortina. No fue buena idea. Al rodear al insecto con sus dedos, sintió una picadura que no va a olvidar en su vida. "Fue tremendo, sentí un dolor muy intenso", comenta la vecina del portal 5 de la calle Rafael Márquez Mazzantini. Presa del miedo, corrió hacia el baño, agarró un trapo y fue directa a acabar con "el bicho", que, pese a los múltiples golpes, "no había manera de matarlo, seguía revoloteando".
Tras un breve pero agónico enfrentamiento, Dolores consiguió matar al intruso. Ahí se dio cuenta de que no era una avispa ni una abeja. Efectivamente, lo que le había picado en uno de los dedos de su mano izquierda fue un avispón oriental. "Eso no era avispa, era un monstruo color rojizo. Con tres de esos te haces un cocido", explica la vecina sin perder el sentido del humor, todavía sorprendida por lo sucedido, con la cocina cerrada a cal y canto y ya sin el "gigantesco" hinchazón de su dedo que tuvo que curarse con vinagre para extraer el aguijón y varios días tomando Ibuprofeno.
La primera en detectar que el avispón oriental se había apoderado de la fachada del bloque número 5 de la calle Rafael Márquez Mazzantini, aunque estos insectos han instalado su colmena en la parte de la avenida Lagartijo, justo al otro lado del edificio, fue Carmen, vecina del quinto. A principios del mes de agosto se percató de que en su cocina volaba un insecto cuyo tamaño no era normal. El avispón huyó tal y como había entrado, por una pequeña rendija. Fue la vecina de al lado quien, al asomarse a su ventana que da a la calle, advirtió a Carmen de que entraban y salían avispas gigantes de los agujeros de su antigua salida del humo de gases. De hecho, el ruido tras la pared, justo detrás del lugar donde han instalado la colmena, deja claro que "lo que hay ahí no son avispas normales".
Lo primero que hizo Carmen fue ponerse en contacto con el administrador de la comunidad, que le recomendó que era preciso avisar a los bomberos. De eso se encargó Pedro Laguna, vecino, presidente de la comunidad e ingeniero agrónomo jubilado. Sin embargo, los bomberos de Córdoba, que llegaron a ir a la vivienda de Carmen para comprobar que efectivamente esos insectos eran avispones orientales, le comunicaron que ellos "tiene la escalera para subir hasta la quinta planta, pero no cuentan con el equipo de protección necesario para protegerse del avispón oriental", por lo que preguntara en la empresa de Saneamientos de Córdoba (Sadeco).
Pedro se desplazó hasta el Centro de Sanidad y Bienestar Animal de la institución y le explicaron que, aunque podrían encargarse de los avispones orientales que están sembrando el pánico en la comunidad del barrio de Poniente, "el equipo de Sadeco no trabaja en alturas", por lo que la labor de extinción en su edificio es inviable. La última opción era la ayuda de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Pedro se personó en la administración, se reunió con dos técnicos y la respuesta le dejó indignado: "Debe pedirlo por escrito y puede tardar unos dos meses en recibir respuesta. Si no la recibe, significa que no irá nadie", tal y como asegura el vecino.
Sin apoyo administrativo, la última solución que tiene la comunidad de la zona Mazzantini es contratar a una empresa privada de control de plagas que acabe de una vez con estas plagas invasoras. El presupuesto, según ha consultado Pedro Laguna, asciende hasta los 800 euros. Sin embargo, la reivindicación vecinal es por pura cuestión "de lógica", ya que, como explica Pedro, a diferencia de Córdoba, en provincias como Cádiz, Sevilla y Málaga en las que son múltiples los avistamientos de avispones orientales "se están encargando los ayuntamientos de retirar sus nidos".
"Si en otras ciudades las están quitando, ¿por qué aquí no? Están en la pared del edificio, no en mi casa. Por aquí entran por las salidas de humo o los agujeros del aire acondicionado, pero están fuera y deben hacerse cargo las administraciones", denuncia Carmen, quien exige que sea el Consistorio quien acabe con esta especie invasora "al igual que está ocurriendo en el resto de Andalucía".
El caso de Carmen, además, es preocupante, ya que vive con su madre, que es dependiente de ella y necesita de una máquina de oxígeno todos los días. "Estamos aterrados", confiesa la vecina de la quinta planta, justo donde se encuentra ubicado el nido principal de avispones orientales. Por eso lleva todo el mes de agosto con la casa "cerrada de arriba a abajo", ya que "se cuelan por la rejilla del tubo del gas", e incluso tuvo que matar a una, por eso se ha equipado con un insecticida especial contra avispones orientales.
Preocupada por el daño que podría hacerle una picadura del avispón oriental a su madre, Carmen exige que, cuanto antes, el Ayuntamiento de Córdoba, ya sea por medio de Sadeco, los bomberos o "las dos juntas", se hagan cargo de esta peligrosa especie invasora que ya ha llegado a Córdoba capital tras varios avistamientos en municipios de la provincia, principalmente en la Campiña cordobesa.
Así es el avispón oriental
El avispón oriental (Vespa orientalis) es un himenóptero de la familia vespidae. Proviene de Asia Central y suroeste de Asia, mide entre 2,5 y 3,5 centímetros y es algo más pequeña que la avispa asiática. Se diferencia fácilmente de una avispa común por su mayor tamaño y su color rojizo, casi marrón, con bandas amarillas en el abdomen. Pese a que no es tan temible como la avispa asiática, que también se ha detectado en España, se trata de una especie invasora que está dañando la biodiversidad y, como a los vecinos de Mazzantini, sembrando el miedo en las diferentes ciudades y municipios de las provincias de todo el país.
Su alimentación la realiza a través de otros insectos, sobre todo de abejas, lo que supone un peligro para la biodiversidad porque podría disminuir la especie, ya que incluso destruye colmenas. En las ciudades también supone un riesgo para la salud, pues al avispón oriental le caracteriza su agresividad. Es una especie que ataca cuando siente que su nido está en peligro. Su picadura en humanos es muy dolorosa y puede causar graves problemas de salud en personas alérgicas, incluso la muerte en el peor de los casos. La época en la que más aparecen es el verano, cuando las reinas ponen los huevos.
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