Los baños árabes, el 'spa' donde relajarse en la Córdoba musulmana
Patrimonio
Estos edificios eran más que espacios para la higiene personal ya que servían para reunirse con amigos o incluso hablar de negocios
En Córdoba se han sacado a la luz cuatro baños públicos y dos de carácter privado
Los baños eran en la Córdoba musulmana un lugar en el que mantener la higiene personal, pero además suponían un espacio de relax, de encuentro con amigos e incluso donde hablar de negocios de forma distendida.
Estas infraestructuras recogen la tradición de las termas romanas ya que, tanto en época de dominio romano como musulmán, no había las comodidades actuales en los domicilios, es decir, "no había una ducha en la puerta del dormitorio", así que "el mantenimiento de una higiene mínima se hacía en lo que hoy sería como un spa, un lugar en el que había una serie de salas con agua fría, templada y caliente donde el individuo iba a relajarse", explica el arqueólogo de la Consejería de Cultura de la Junta Alejandro Ibáñez.
Hasta el momento, en Córdoba se han descubierto cuatro baños árabes públicos y la Junta trabaja en la puesta en valor de tres de ellos. El último en presentarse ha sido el llamado de la Pescadería, que se ubica en la calle Cara y es propiedad de la Administración autonómica desde los años 90. Reciben ese nombre porque, según Ibáñez, en esa zona cercana a la Cruz del Rastro en época romana estaba la Puerta Piscatoria. La intención es hacerlos visitables para que la ciudad gane otro elemento patrimonial.
Lo mismo ocurre con los baños de San Pedro, localizados en la calle Carlos Rubio y también de propiedad autonómica. La Junta trabaja en su musealización para poder abrir al público este yacimiento de época medieval y bajomedieval. Por el momento, es difícil poner una fecha concreta a la construcción de estos dos espacios arqueológicos, aunque su datación se sitúa entre los siglos X y XI.
Los terceros baños públicos son los denominados de Santa María, que se sitúan en la calle Velázquez Bosco y son de propiedad privada, ya que se encuentran dentro de una casa patio, aunque se pueden visitar. Los tres están declarados Bien de Interés Cultural (BIC).
Los cuartos baños con los que cuenta Córdoba son unos restos hallados en excavaciones en el plan parcial O7, por el Nuevo Zoco. Aunque están en una promoción de viviendas y no van a ser visitables, la Junta de Andalucía sí los va a conservar.
¿Cómo funcionaban?
Como destaca Alejandro Ibáñez, además de un sitio de limpieza personal, los baños árabes eran un lugar de reunión en el que departir con los amigos. Igual que hoy se queda en un bar a tomar una cerveza, en esa época los ciudadanos de la Córdoba musulmana lo hacían en los baños, lugares en los que posiblemente también se hablaría de negocios.
A estos espacios de ocio y relajación podía acceder todo el mundo previo pago y dependiendo de su localización tenían un precio u otro, "como ocurre hoy en día con cualquier hotel o cualquier cafetería", señala el arqueólogo de la Consejería de Cultura. Cada zona tenía uno o varios baños, como han demostrado los hallazgos realizados en Córdoba, e incluso había en los arrabales, como muestran los restos de la promoción de viviendas en el plan parcial O7.
Eso sí, hombres y mujeres no se mezclaban en ellos. Los arqueólogos no han atestiguado el uso de los baños por parte de las mujeres, según indica Ibáñez, pero al no haber otro sistema de higiene, las teorías señalan que habría un horario determinado para que estas pudieran hacer uso de ellos.
Los baños árabes siguen la herencia de las termas romanas, donde había una sala fría, una templada y otra caliente (al estilo de una sauna), aunque los musulmanes muchas veces prescinden de la sala fría para que el usuario acceda directamente a la templada.
Además, al entrar había una especie de vestuario con casilleros, como las taquillas de los gimnasios actuales, donde cada persona dejaba sus pertenencias mientras disfrutaba de los baños. Precisamente en recientes excavaciones en las termas romanas del yacimiento de Torreparedones han salido a la luz estos casilleros, según destaca Ibáñez.
Por otra parte, para llenar las piscinas y mantenerlas limpias hacía falta una gran cantidad de agua que en Córdoba "no había ningún problema para obtener". En este sentido, el arqueólogo de la Junta indica que la ciudad está flotando sobre una capa freática (una acumulación de agua subterránea que se encuentra a una profundidad relativamente pequeña bajo el nivel del suelo), así que los musulmanes aprovecharon para hacer pozos, conducciones y acueductos. Por su parte, la sala caliente necesitaba de un sistema de caldera y combustión para alcanzar y mantener la temperatura adecuada.
Los baños no eran lugares cerrados, sino que se alzaban sobre parcelas urbanas que en vez de servir de vivienda se convertían en estos negocios, por lo que tenían patios interiores y ventilación. Para evitar escapes de agua también se tomaron materiales y formas de construcción romana: las cubas de las piscinas se hacían con un tipo de mortero que "se solidificaba y era totalmente impermeable".
Baños privados
Aparte, Córdoba cuenta con otros dos baños históricos, estos de titularidad municipal y visitables. Los más modernos dentro del punto de vista histórico son los del Alcázar de los Reyes Cristianos, que "el rey Alfonso XI le hizo a su amante doña Leonor" en el siglo XIV. Son unos baños cristianos de tradición musulmana.
Los otros son los Baños Califales situados en Campo Santo de los Mártires, que pertenecían al palacio califal que estaba ubicado en lo que actualmente es la zona trasera de la Biblioteca Provincial y llegaban casi hasta la Mezquita. Eran los baños privados del califa, pero mantenían la misma estructura que los públicos. Eso sí, con mucho más espacio y comodidades.
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