El bar del Balcón del Guadalquivir pide al Ayuntamiento que lo indemnice con 1,5 millones
Hostelería
El Consistorio niega la prórroga solicitada para mantener abierto el restaurante, que tendrá que cerrar
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Córdoba/El avión del Balcón del Guadalquivir sigue envuelto en la polémica. El Ayuntamiento de Córdoba acaba de denegar la prórroga solicitada para mantener abierto el restaurante conocido como Mirador del Río y cierra la puerta a conceder la indemnización de más de 1,5 millones de euros que la empresa adjudicataria le solicita por las inversiones realizadas para desarrollar la actividad en el establecimiento, una concesión municipal, y por lo que jurídicamente se conoce como lucro cesante, es decir, la ganancia dejada de obtener como consecuencia del incumplimiento de una obligación. El restaurante, si el caso no se eterniza en los tribunales, tendrá que cerrar.
El contrato para la explotación del espacio se autorizó en noviembre de 2012 a la sociedad Balcón del Guadalquivir con un canon anual de 12.501 euros. La concesión incluía un bar cafetería de 132 metros cuadrados en los jardines y la gestión de la aeronave. El objetivo era, según se explicó en su momento, "dotar y transformar el entorno del DC7 y de sus instalaciones en un espacio recreativo, de ocio y esparcimiento ciudadano, propiciando un lugar de encuentro diurno y nocturno".
El plazo de duración del contrato, de diez años, expiró en 2022, y pese a que las cláusulas incluían la posibilidad de conceder una prórroga de una década el actual equipo de gobierno ha dejado claro desde el principio que su intención es retirar el fallido avión cultural -un proyecto de cuando en 2016 la ciudad intentó convertirse en Capital Cultural de Europa- y pasar página.
Los motivos esgrimidos por el Consistorio son que, pese al tiempo transcurrido, la empresa adjudicataria no ha materalizado ningún proyecto para abrir las puertas del avión y el elevado presupuesto que periódicamente se destina a la limpieza del avión, lleno de grafitis. A estos se suman los problemas de seguridad que provoca el propio avión, pues en momentos de fuertes rachas de viento peligra su estabilidad. Respecto al establecimiento hostelero en sí, los técnicos también argumentan que el espacio verde es adecuado para un local tipo kiosko, pero no para un restaurante.
Diez años, "suficientes" para amortizar la inversión
El Departamento de Contratación del Ayuntamiento responde, además, que la concesión "lleva explotándose diez años, periodo que se estimó suficiente para que las inversiones realizadas pudieran ser amortizadas, y cualquier expectativa de continuar ejerciendo la actividad, más allá del periodo inicial, no puede ser asumida por la Administración contratante, sin que tampoco quepa esgrimirlo por el concesionario para que la prórroga tenga que aceptarse forzosamente o en caso contrario satisfacer una indemnización".
La empresa, en concreto, reclama 172.888 euros por la inversión y 1.422.366 euros de lucro cesante, "motivado directamente por no poder desarrollar la actividad aprobada y adjudicada por el Ayuntamiento en la concesión".
"Los principios de buena fe y confianza legítima imponen a la Administración un deber de coherencia y limitan su libertad de actuación cuando se han creado expectativas razonables en el administrado", incide la empresa adjudicataria en el recurso que la junta de gobierno local ha echado por tierra este lunes.
El avión del Balcón del Guadalquivir es un modelo Douglas DC7-C, con una longitud de algo más de 34 metros y un peso superior a 33.000 kilos, fabricado en el año 1957. Se guardaba en un hangar del aeropuerto de Córdoba junto a otro de las mismas características: uno fue donado al Museo de la Aviación de Francia y el otro fue cedido a la ciudad, que optó por plantarlo en un lugar bien visible para lucirlo como un símbolo de modernidad.
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