Desescalada Córdoba: Los bares encaran la fase 2 con optimismo y buena respuesta de los clientes

Cerca de la mitad de los establecimientos de hostelería han decidido abrir sus puertas para una etapa en la que ya se permite consumir en el interior

Varios clientes consumen en el interior del Gran Bar, en la plaza de las Tendillas. / Juan Ayala
Noelia Santos

25 de mayo 2020 - 21:21

Todo arrancó con una tímida respuesta por parte de los cordobeses y un tiempo de mil demonios. Hace dos semanas, cuando Córdoba entró en la fase 1, los bares y restaurantes de la capital estaban todavía muy reacios a montar sus terrazas (lo único permitido por aquellos días) debido, principalmente, a las pérdidas que ya arrastraban y a la muy palpable posibilidad de que servir café y cerveza no saliera del todo rentable.

Sin embargo, las lluvias del 11 de mayo dieron paso, de manera paulatina, a un sol de justicia y a un tiempo veraniego. Eso combinó, durante los días siguientes, con la Feria de Nuestra Señora de la Salud en el recuerdo, que debería estar ahora en todo su apogeo. Parece que esta conexión quitó algo de miedo y puso muchas ganas de salir a la calle y estar con los amigos y la familia.

En la primera semana de la fase 1, apenas entre un 20% y un 25% de establecimientos hosteleros colocó los veladores (reducidos a la mitad por mandato del Gobierno y ampliados en algunos casos con permiso de la Gerencia Municipal de Urbanismo), pero a medida que esa etapa fue avanzando fueron algunos más los que se animaron a empezar a servir de nuevo.

Terraza del Gran Bar, en la plaza de las Tendillas. / Juan Ayala

El porcentaje, según expuso en su día el presidente de Hostecor, Francisco de la Torre, llegó al 30%, una cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta que ni todos los bares o restaurantes tienen terraza y que muchos empresarios aún estaban a la espera de saber qué iba a pasar con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

Ahora que Córdoba acaba de entrar en la fase 2 de la desescalada, el sector parece haberse animado algo más, como también lo han hecho los cordobeses. En esta etapa, ya se permite a los negocios abrir el interior para que se consuma dentro (con las restricciones oportunas y sin posibilidad de usar para tal fin la barra). Esto, por lo tanto, ha provocado que el número de establecimientos que ha reabierto sus puertas haya crecido considerablemente.

Según las cifras aportadas a el Día por el presidente de la asociación de hosteleros Córdoba APTC, Alberto Rosales, cerca de la mitad de los bares y restaurantes de Córdoba han abierto sus puertas ya este lunes o, al menos, tienen pensado hacerlo a lo largo de esta fase.

Rosales ha incidido en este hecho, es decir, en que muchos negocios no aprovechan el primer día de cada fase de la desescalada, sino que empiezan estos días a tomar las medidas de seguridad e higiene oportunas para poder abrir en un futuro muy próximo.

Una clienta en el interior de un bar. / Juan Ayala

El presidente de Córdoba APTC ha señalado que los empresarios de la hostelería están ahora más optimistas porque "Córdoba se ha portado siempre bien" con el sector, "tanto en la capital como en la provincia". Sí es cierto, como ha reconocido Rosales, que la actividad hay que retomarla "poco a poco" y ha dejado claro un mensaje para todos esos clientes: "Tienen que tener claro que están entrando a negocios que si antes eran seguros y limpios, ahora lo son mucho más".

Taberna Solera. / Juan Ayala

Son más seguros porque, entre otros aspectos, ya no hay servilleteros porque las servilletas vienen plastificadas, la comida está tapada en todo momento o las cartas son digitales y a las mismas se accede a través de un código QR. Y este tipo de medidas, ha incidido Rosales, "han venido para quedarse".

Por ejemplo, en la taberna Solera, en la calle Córdoba de Veracruz, tienen hasta cinco dispensadores de gel hidroalcohólico por el interior del local. También hay varios carteles con indicaciones en los que puede leerse "Asiento inutilizado", "Barra cerrada hasta la fase 3" o "Para preguntar, mantén la distancia".

Taberna Solera. / Juan Ayala

Andrés y Nati se encargan de este local que abrió ya la terraza desde la fase 1 y que, tal y como han contado a este periódico, han notado las ganas de los cordobeses de ir a los bares a tomarse algo, pero también a comer. Este lunes, cuando han podido iniciar los servicios en el interior, ya han tenido varios comensales.

En El Poema, muy cerca del anterior, en Alonso de Burgos, han esperado algo más para iniciar la actividad. Aunque podrían haber montado la terraza desde el 1 de mayo, el hecho de que "todo el mundo esté algo desubicado", como ha reconocido Juan, uno de los trabajadores, ha retrasado ese reinicio de la actividad.

Han retomado los servicios este lunes de fase 2 y ya han servido a varias familias tanto en el interior como en la terraza, llena a medida que cae la tarde. Tienen la suerte, además, de poder haber ampliado el espacio de sus veladores porque el local de enfrente tenía solo mesas altas, algo que la Gerencia no permite colocar de momento.

El Poema. / Juan Ayala

Quienes han estado abiertos durante el confinamiento incluso han sido las cafeterías de Roldán. Ángela, encargada del local de Roldán en la calle Concepción con el Paseo de la Victoria, ha comentado que las dos primeras semanas fueron algo flojas porque existía miedo de salir a la calle. Sin embargo, la actividad fue retomándose poco a poco y explotó, sobre todo, cuando empezaron a permitirse los paseos.

Desde la fase 1, montan la terraza y la llenan prácticamente durante todo el día, a excepción de las horas centrales del día, ya muy calurosos. El hecho de poder abrir el interior ha permitido que esas horas que antes eran bastante escasas de público ahora supongan realizar más servicios.

Roldán. / Juan Ayala

Como ha explicado Ángela, "la gente estaba deseando salir a la calle y tomarse algo", y el claro ejemplo de ello es que normalmente cierran a las 22:00 y ahora están alargando el horario para poder atender a los clientes.

Minimizar las pérdidas

Dentro de todo este asunto, también se da el hecho de que muchos negocios han decidido reabrir sabiendo que, posiblemente, existan pérdidas, pero el objetivo, antes que ganar dinero, es minimizar la caída. Sobre esto, Alberto Rosales entiende que el objetivo, por el momento, debe cambiar, teniendo siempre en cuenta, obviamente, que el objetivo de una empresa es ganar dinero. Pero, ha apostillado, "a lo mejor ese objetivo es que si antes perdías 20 ahora pierdas 10", porque lo que sí es obvio es que durante la cuarentena se ha perdido, y mucho.

Y aunque muchos de los cordobeses que durante estos días han estrenado la fase 1 en los bares lo han hecho tirando de caña o refresco, la apertura del interior en la fase 2 permitirá que aumente el consumo de alimentos. El hecho de entrar en reservados o de estar resguardados generará una sensación de seguridad que a lo mejor no se tenía del todo en las terrazas.

Carteles en la taberna Solera. / Juan Ayala

Por otro lado, el presidente de Córdoba APTC ha aclarado que en la ciudad existen muchos tipos de establecimientos de hostelería y que quizá, el que haya abierto durante estos días, podría definirse como un negocio más moderno, entre cafetería y restaurante y, por supuesto, con terraza.

Mientras, existen otro tipo de negocios que no lo tienen tan fácil. Rosales ha comentado que, por ejemplo, la taberna tradicional no tiene terraza y abrir con aforo limitado le supondría montar muy pocas mesas. También llega a ser perjudicial para los que son excesivamente grandes, porque necesitan mucho más personal para cubrir las necesidades de seguridad e higiene actuales.

Los que se quedan en el camino

Aunque lanzar un mensaje de optimismo en estos tiempos es mucho más que necesario, quizá una obligación, no se puede dejar de recordar que esta crisis sanitaria también supondrá para el sector una pérdida que, en muchos casos, será irreparable. Y es que, lamentablemente, habrá bares y restaurantes que se queden por el camino.

Según Alberto Rosales, lo más optimista sería pensar que el cierre afectará a un 10% o a un 15% de los negocios del sector hostelero en Córdoba, teniendo en cuenta, ha lamentado, que "con que cierre uno ya sería muy injusto, porque antes teníamos oportunidad de mejorar, pero ahora ni eso".

También cabe la posibilidad, a la que ojalá no se llegue nunca, de que ese porcentaje pudiera aumentar hasta un 30%. "Eso sería un horror", ha advertido Rosales, que ha recordado la cantidad de gente que, en el caso de Córdoba, vive de un sector como es la hostelería.

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