La basura, un triste y habitual paisaje en El Patriarca

Medio ambiente

Bolsas, platos, botellas, sillas, juguetes, mascarillas e incluso una peluca son algunos de los objetos que se pueden encontrar dando un paseo por este espacio natural y único de Córdoba

La basura que estropea el idílico paisaje de este espacio natural, en fotografías

El Patriarca, el 'pulmón' de Córdoba que necesita protección

Basura acumulada junto a restos de una hoguera, en El Patriarca. / Juan Ayala

Bolsas, platos, botellas, envases de comida, sillas, juguetes, mascarillas e incluso una peluca. Todos estos objetos y muchos más se pueden encontrar en El Patriarca, un espacio natural que tiene unas características que lo hacen único. El paso del hombre no pasa desapercibido, como indican todos los residuos que en un simple vistazo se pueden encontrar en esta zona de Córdoba, sobre todo en las partes a las que se puede llegar en coche (que se corresponden con el encinar sobre calizas), donde los fines de semana y festivos cientos de personas acuden a hacer peroles.

El poco civismo de algunos hace que esta joya de Córdoba aparezca llena de todo tipo de basura que permanece ahí año tras año, como muestran las decenas de latas oxidadas y plásticos que se observan en un corto paseo. Tampoco el Ayuntamiento, que es dueño del terreno desde 2016 después de un largo proceso de expropiación, se hace cargo de ello. En los accesos hay restos de botellones, en el medio de peroles y en la zona más alta, por donde se puede acceder en coche, hay escombros. Todo esto pone en peligro su riqueza ecológica y paisajística.

El impacto que producen los peroles es principalmente consecuencia del abandono de basuras y de enseres, del ruido y molestias a la fauna, especialmente durante la época de reproducción (la primavera), y de daños producidos a la vegetación.

El Patriarca está considerado como un bosque relicto, es decir, los que quedan como vestigio de algún tipo de flora o fauna que alguna vez hubo en la zona, pero en el presente solo hay una muestra de lo que fue en el pasado. Se trata de "uno de los pocos bosques mediterráneos que están tan bien conservados, a pesar de que esté tan sucio", por eso "es una suerte encontrarlo cerca de Córdoba", explica la bióloga y miembro de Ecologistas en Acción Rosa Casillas.

El Ayuntamiento quiere convertir esta zona en un parque periurbano para regular sus usos, un proyecto que se presentó el pasado mes de junio y cuya licitación está prevista para comienzos de 2021. Ahora el reto es fomentar su uso público, pero de forma que se garantice la conservación de sus valores ecológicos y paisajísticos.

Es una suerte que este espacio natural haya llegado hasta nuestros días ya que en los años 80 se quiso urbanizar, pero "se consiguió parar a tiempo", señala Casillas. De hecho, los caminos que hoy en día se pueden ver en El Patriarca serían las calles que se proyectaron y la superficie que iba destinada a zona verde era solo el 2,2% del total.

Una mascarilla colgando de un arbusto, en El Patriarca.

Esa urbanización -finalmente se ejecutó solo en la zona del límite oriental de la finca- iba a ser impulsada por los propietarios del terreno, aunque afortunadamente quedó protegido en 1982 por el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU). En marzo de 2016 finalizó el litigio por la expropiación y desde entonces es de titularidad pública.

La circulación de vehículos a motor es uno de los escollos que actualmente hay en la zona ya que causan contaminación acústica y esto hace que "muchas especies cambien de comportamiento e incluso algunas mueren atropelladas". "En general, el acceso en coche a cualquier espacio natural incide de manera muy negativa en él", puntualiza la bióloga.

Son 47,5 hectáreas que se dividen en tres zonas de interés y que conectan en el noroeste con Sierra Morena. De esta forma, la parte alta es un bosque prácticamente conservado y lleno de olivos, otra zona es una dehesa y la tercera es una vaguada, esto es, el camino por donde van las aguas de las corrientes naturales (aunque el agua solo discurre por aquí cuando hay importantes precipitaciones). En estas dos últimas es donde más especies se pueden observar y escuchar.

Usos e impacto en la zona

A lo largo de varias décadas, El Patriarca ha sido frecuentado por numerosas personas que lo han utilizado con fines muy diversos. En un estudio realizado por Rosa Casillas y Diego Jordano, del Área de Ecología de la Universidad de Córdoba, se distinguen distintos tipos de usos soportados por esta zona. Por ejemplo, en el ámbito del ocio, destacan peroles, botellones y el tráfico rodado, que tienen un impacto muy alto en la flora, fauna y el paisaje. A ellos hay que sumarle el aeromodelismo, cuyo impacto es bajo.

Juguetes, plásticos y otros residuos junto a una zona de perol en El Patriarca.

Relacionados con el deporte se hacen rutas mountain bike, senderismo, running, iniciación a la escalada, recorridos a caballo, vuelo en paramotor y recorridos con motos de campo y quads. Esta última actividad tiene un impacto medio en El Patriarca y el informe aconseja su prohibición, al igual que la del tráfico rodado en general.

Respecto a las actividades ilegales, durante su estudio, Casillas y Jordano pudieron observar caza de liebres y conejos con perros, caza de pájaros con red y vertidos de escombros y restos de podas. Estas dos últimas actividades tienen un alto impacto, por lo que se recomienda realizar controles y sanciones.

En este espacio natural único se pueden encontrar 40 especies vegetales, 113 de aves y 33 de hormigas. La gran variedad de estas últimas es otro indicador de la variada biodiversidad que encierra El Patriarca, una joya de Córdoba que pide protección con urgencia.

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