Botones Silvia: el imperio de la transformación

Comercios con historia

Nació en 1968, aunque empezó su andadura siendo un negocio de droguería en el Sector Sur

Zapatería La Veloz: la maestría de la reparación en un mundo de "usar y tirar"

Antonio Navarro narra la historia de Botones Silvia

Córdoba/Antonio Navarro fundó Botones Silvia en 1968. Antes de inaugurar este negocio con más de medio siglo de vida, era músico, pues tocaba la batería en un grupo, una profesión muy diferente a la que se le presentaría de ahí en adelante. En uno de esos días en los que la música acaparaba su vida, le salió una oferta de trabajo que le obligaba a mudarse a Barcelona, pero el amor por su novia le hizo rechazarla y quedarse. Fue entonces cuando su padre aprovechó para sugerirle que se hiciera cargo de una droguería en el Sector Sur, un negocio vivo que no se quedó únicamente en ese tipo de venta.

Porque años más tarde pusieron al lado de su negocio un supermercado, lo que provocó que Navarro decidiera darle una vuelta para poder mantenerlo. Como cuenta, aprovechó el público de esa gran superficie para atraer a los clientes. Esta droguería pasó a ser una mercería, la mercería Navarro, aunque la evolución no quedó ahí y, acto seguido, llegaron los botones. Su nombre podría ser algo tan sencillo como el nombre de su amada, pero no, es algo más artístico. "Con mi novia, ahora mi mujer, acordamos ponerle Silvia, porque era cuando estaba de moda Silvia Tortosa; hoy sería Botones Beyoncé, por ejemplo".

A aquella primera tienda fundada en la avenida de Granada, en el Sector Sur, le siguieron luego otra en el Centro, luego otra... Al final, Botones Silvia empezó a ser una marca muy sonada en Córdoba, hasta el punto de que un tiempo después pasaron a vender al por mayor, bajo la denominación de Almacenes Silvia, que se mantiene activa desde hace más de 35 años.

El negocio está especializado, como su propio nombre indica, en botones, aunque su clientela llega demandando muchos más artículos. Antiguamente había un amor muy notable a este tipo de piezas; es más, había botonaduras que eran auténticas joyas "que podían costar 10.000 pesetas" y para los que "tenías que usar una lupa, al igual que en los zarcillos, para ver bien el artículo". Ahí entró en juego el ojo de Antonio Navarro, que recuerda el día en el que tenía que comprarse una cochera por la avenida de Granada y el dinero no le alcanzaba: "Compré 40.000 pesetas de botones de nácar, los vendí a la semana y me compré la cochera. Entonces se vendían mucho los botones".

Ahora las cosas han cambiado, pero Botones Silvia ha renovado su catálogo, introduciendo todo tipo de productos: telas, mercería, ornamentos religiosos, interiores, enagüillas... sin dejar de lado al protagonista principal. "Incluso tenemos un viajante en Salamanca que vende muchos artículos para hacer manualidades, vendemos también en Portugal", apostilla Navarro, el fundador de un imperio que aún recuerda su primer sueldo, que tiene enmarcado y que ascendía a 196 pesetas.

Antonio Navarro en Almacenes Silvia
Antonio Navarro en Almacenes Silvia / Juan Ayala

Pero no todos los tiempos fueron rentables. Antonio Navarro recuerda que en 2007, unos años donde había mucha crisis, que se acentuó con el boom del ladrillo, empezó a trabajar al máximo para combatir esos tiempos. Con mucho esfuerzo y lucha, consiguió sacar el negocio adelante e, incluso, le fue mejor de lo que pensaba. No fue la única vez que lo pasó mal. En otra ocasión, tuvo que despedir a una empleada, aunque por poco tiempo, pues "a los dos meses le dije a mi hija que había que hacer cosas, que iba a poner telas", por lo que el empujón del negocio con la nueva oferta le llevó a volver a contratarla... hasta hoy, unos 30 años más tarde.

A finales de 2024, seis establecimientos con el nombre de Botones Silvia siguen haciendo historia de cambios en la ciudad de Córdoba. A pesar de que las nuevas mareas que azotan los pequeños negocios estén presentes, el fundador de esta firma lo tiene claro: "Hay que luchar, no hay más remedio. Antes, en cada tienda que abría, mi mujer iba y estaba cuatro o cinco meses. Siempre luchando y trabajando juntos, aunque ya nos hayamos jubilado".

Ahora, la familia de Botones Silvia la integran unas 18 personas, que empezaron muy jóvenes en la empresa, incluso algunos llevan más de 40 años: "Lo mejor que tengo son mis empleados, son los que me dan fuerza por seguir luchando". Con ellos, también celebró su 50 aniversario al mando del negocio, unas bodas de oro con las personas con las que comparte su éxito. Además, Navarro también escribió un libro sobre esta creación empresarial tan significativa de la ciudad, un relato del que se siente muy orgullo y que ilustra la historia de su negocio y de su vida misma.

Estos famosos botones también se subieron al tren de la era digital, creando su propia página web, pero, como recalca el fundador, la empresa tiene cerca de 1.700 artículos, los cuales no están todos incluidos en el portal. Además, todo lo que pisa el suelo de Botones Silvia suele medirse en metros, colores, características muy específicas. "Nosotros vendemos de todo. Tú fíjate que antes en la feria todas las flores y accesorios eran míos, pero lo importante es trabajar, las batallas que se pierden son las que no se luchan", señala Antonio Navarro, que sobre el relevo generacional apunta que tiene a su hija y a su yerno, pero "lo importante es vivir el día y el ahora".

stats