Un caldo que apuesta por la mujer y rechaza la violencia

Bodegas Robles presenta 'Le Vin Violette'

Pilar Robles, Antonia Ávalos y Rocío Márquez, ayer en la presentación del caldo 'Le vin violette'. / Jordi Vidal
L. Chaparro

19 de abril 2018 - 02:32

"Un día, no se sabe cómo, conocimos su proyecto y ellas el nuestro; nos enamoramos de su lucha por sobrevivir". Así es como surgió la colaboración entre la Asociación Mujeres Supervivientes de Violencia de Género y Bodegas Robles hace un par de años y que culminó en el desarrollo de Le Vin Violette (El vino violeta), según cuenta una de las integrantes de Bodegas Robles -caracterizada por sus vinos ecológicos- Pilar Robles.

En concreto, se trata de un vino blanco verdejo "que transmite juventud, más un carácter de dulzura y protección", describe la enóloga de la compañía, Rocío Márquez. A éste se suma un Pedro Ximénez. Ambos se comercializan desde 2015.

Pero, ¿cómo funciona esta colaboración entre ambas entidades? Pues Bodegas Robles elabora los vinos y los cede para su venta a la citada asociación, en la que trabajan seis técnicos y desde la que sostienen a 60 o 70 mujeres, según expone la presidenta del citado colectivo, Antonia Ávalos, quien subraya que este proyecto es "una apuesta por la vida, por la esperanza y por la autonomía de las mujeres para conseguir una sociedad libre de violencia de género". Ávalos añade que desde el colectivo desarrollan iniciativas como talleres de empoderamiento, un comedor social y, además, acompañan a las mujeres a la hora de poner una denuncia. Con el vino, destaca, "queremos trasladar la vida a la celebración".

Y es que el caldo nació de la mano de la citada asociación, Bodegas Robles y también Ecovalia con el principal objetivo de ayudar a mujeres maltratadas a que puedan independizarse económicamente.

El nombre de Le Vin Violette hace honor a Violette Leduc (Arras, 1907-Faucon, 1972) una de las más grandes escritoras francesas y aún muy desconocida. Ella estaba en su obra porque ella era su obra. Ganó el Goncourt en 1964 con su libro de memorias La bastarda, aunque con anterioridad la censura la obligó a quitar antes de su publicación las partes lésbicas de Ravages en 1955, textos que ella reconvirtió once años más tarde en otra novela, Thérèse and Isabelle. Leduc, que fue amiga de Simone de Beauvoir y de Maurice Sachs y que encontró palabras de aliento en Jean Genet, publicó su primera novela, L'Asphyxie, en la editorial Gallimard, gracias a Albert Camus.

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