Camilo revoluciona Córdoba e inunda de felicidad la Plaza de Toros

Música

El colombiano protagoniza un show lleno de conexión emocional con su público

Casi al final del espectáculo, ha invitado a salir al escenario a Evaluna para cantar juntos Plis y Por primera vez

El concierto de Camilo en Córdoba, en imágenes

El concierto de Camilo en Córdoba, en imágenes
Camilo, durante su concierto en Córdoba. / Miguel Ángel Salas
Rocío Aguilar

01 de julio 2024 - 09:10

“El amor es la más grande de todas las revoluciones”. Era un día especial para la tribu. Los seguidores de Camilo habían señalado con fluorescente esta fecha en su calendario. Nuestro lugar feliz tour llegaba a Córdoba y la última noche de junio iba a ser muy especial.

Fue un día muy familiar en la Plaza de Toros. Algunos venían acompañados de su pancarta, cartulinas de colores que describían el amor de los asistentes por el artista. En la cara de los pequeños de la casa se dibujaba la ilusión por tener y sentir de cerca a uno de sus ídolos. Hoy iban a dejar las pantallas atrás y vivir la experiencia de ver a una de sus estrellas en vivo.

Una persiana virtual se pudo ver en el escenario, y un cielo lleno de nubes dibujó la silueta del colombiano. Vestido de colores claros y con los pies descalzos, pisó con fuerza las tablas del Coso de los Califas. Siempre con la alegría que lo caracteriza. Pasadas las 22:00, la Plaza de Toros vibró con Bebé. Luego, tocó el turno de Aeropuerto y desde la grada los pequeños de la casa demostraron saberse de memoria este éxito. La tercera canción elegida por el artista fue KESI. Patadas al aire y mucho salto fue la coreografía obligatoria del cantante. Durante estos minutos, Córdoba pudo apreciar a un Camilo divertido y muy cómplice con su banda de músicos.

Tras esta canción tocó decir: “Buenas noches, Córdoba. Buenas noches, tribu”. Esta noche “Córdoba es nuestro lugar feliz”, decía con una sonrisa de oreja a oreja. Esto no es todo, también dejó claro que “de todos los posibles planes para hacer un domingo por la noche, usted y nosotros decidimos estar aquí juntos”. Tras saludar a su tribu, sonó Una vida pasada.

Es imposible leer la mente de los asistentes, pero seguro que durante el show se les venía a la cabeza personas que aman con locura, anteriores amores, anécdotas pasadas… La conexión con las letras de Camilo no tiene edad. Volvió a saludar a su tribu y dijo: “como sea que hayan venido, solos, en familia, con novia, recién terminados, estéis pasando un momento bonito… De donde sea que tú vengas, lo importante es que hoy la tribu se juntó y eso merece ser celebrado”. Con esta atenta introducción, llegó el turno de No se vale. No eran ni las 22:30 y tocaba bailar Pegao. Incluso la grada olvidó que tenía asiento y dejó que la voz de Camilo sacará sus mejores pasos.

Camilo, durante su concierto en Córdoba.
Camilo, durante su concierto en Córdoba. / Miguel Ángel Salas

En su viaje por Córdoba, el artista ha tenido tiempo para conocer la gastronomía de la ciudad. Confesó que se sabía de maravilla la importancia del salmorejo. Uno de los momentos más destacados de la noche ocurrió cuando contó una anécdota que le pasó comiendo este plato típico. Según esta historia, a uno de sus músicos su expareja le llama “salmorejito”. Entonces, al probar este plato se sintió un poco nostálgico de su antigua relación. Les dio por mirar redes y vieron que su ex tenía una foto con su actual pareja llamándolo también “salmorejito”. No sabemos si esto es cierto o era un chascarrillo para introducir la canción Gordo. Una canción que habla del dolor que se siente cuando ves a tu expareja con otra persona y más aún cuando lo llama como te llamaba a ti. No sabemos más de esta historia, pero lo que sí se demostró es que Camilo es capaz de conectar cada una de sus canciones con su público, de una manera o de otra.

Como suele ocurrir en Los Califas, las canciones con más alma tienen un invitado especial: las luces de los móviles. Sonó Corazón de Hojalata y las pequeñas luces hicieron aún más especial la velada. La buena vibra de Camilo contagia felicidad a kilómetros. Un poco más tarde, bajó las tablas del escenario para compartir el micrófono con el público. La cercanía y la conexión que siente con sus seguidores ya se notaba en el escenario pero él quiso destruir esta distancia.

“Hace no muchos años, mi vida era algo más o menos así: un escritorio, una guitarra, palabras…No estaban ustedes todavía. Mi público eran mis papás y en algún lugar de esta plaza están”, describe el cantante mientras que los focos buscan a sus progenitores.

“Cuando yo estaba chiquito empecé a escribir canciones y me decían: Tienes que soñar en grande. Empecé a soñar a lo loco. Algún día voy a ser famoso, algún día mi foto va a estar en los carteles, algún día voy a ser el número uno en la radio… A medida que Dios me ha permitido ir alcanzando y viviendo algunos de esos sueños que tuve, me he dado cuenta que esos sueños cuando los alcancé no se sentía como yo pensaba. Nadie me advirtió eso. Por dentro estaban huecos, y yo me encontré con ese primer vacío, pero hubo algo muy interesante. Me encontré con algo que cada vez que me encuentro con él, me lleno de amor, de energía , de vida”. Como confesó el cantante ese “algo” eran sus fans. “Ustedes hicieron que lo que pudo haber sido una vida vacía y hueca se convirtiera en una vida llena de amor y de sentido”, concluyó el cantante muy agradecido.

Tal era la conexión en esta velada que el cantante dejó a su público elegir que canción quería que cantara. No quería que nadie se fuera de allí sin escuchar su canción preferida. Sonó De adentro pa' fuera. No solo pasó una vez, volvió a regalarles otro de sus éxitos elegido por uno de sus asistentes, llegó el turno de Autodiagnóstico. Hubo tiempo para una tercera canción a la carta y sonó Manos de tijera. Los asistentes agradecieron con palabras y con la mirada la buena atención que el colombiano les brindó. Después de un momento sentimental, Camilo optó por traer un ritmo más alegre y bailable a la pista. Favorito también formó parte de esta cita.

Llegó el turno de una invitada más que especial. Camilo invitó a su artista favorita y al amor de su vida al escenario. Para juntos hacer vibrar a Córdoba con Plis o Por primera vez. Evaluna lucía una preciosa barriga de embarazada. El artista volvió a dar una lección de valores: “el amor es la más grande de todas las revoluciones”

La distancia con el público se volvió invisible cuando el cantante leyó en una de las pancartas que dos de los asistentes se casaban y decidió contarles una anécdota sobre su boda con Evaluna. Y, como es casi obligatorio, les dedicó la canción La boda. Sobre las 23:45 comenzaron los primeros acordes de Vida de Rico, unos sonidos que nos estaban acercando al final del evento. Camilo había desprendido una energía y una positividad que dejaría huella en los asistentes como si lo hubieran conocido en una vida pasada. Gracias, Camilo. La persiana virtual volvió a aparecer en el escenario, esta vez para cerrarse.

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