Una campaña agridulce para la miel
Los apicultores han cobrado hasta 3,40 euros por kilo esta temporada por los 2,20 de la pasada
La campaña de la miel prácticamente está llamada a su fin y los apicultores cordobeses se muestran, en términos generales, satisfechos por los precios a los que han podido vender su producto, algo más elevados que en anteriores temporadas. En la provincia de Córdoba se contabilizan 264 apicultores y unas 56.000 colmenas aunque más de la mitad de las mismas, un 55%, se concentran en el término municipal de Hornachuelos, en donde la variedad de flora (dehesas, bosques y la ribera) permite la producción de muy variados tipos de miel.
De esta manera, si en anteriores campañas el kilo de miel se pagó a 2,20 euros el kilo, en ésta los apicultores han podido llegar a cobrar hasta 3,40 euros algo que, en opinión del responsable de apicultura de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) Andalucía, Lorenzo Ruiz, se debe a que ha habido poca miel. De hecho, la patronal califica esta temporada de "media campaña" es decir, que ha habido poca producción porque la sequía del otoño redujo enormemente el número de abejas (y, con ello, la cantidad de miel), si bien gran parte de las mismas se recuperaron en primavera. Además, el girasol temprano fue muy fructífero pero no el de julio, añadió Lorenzo Ruiz.
La Asociación de Apicultores de Hornachuelos, por su parte, informó de que el sector "esta en auge" en toda España aunque de una manera "descontrolada", lo que puede perjudicar, en su opinión, "a los que llevamos toda la vida dedicándonos a producir miel". En opinión de este colectivo, la razón por la que crece el número de apicultores se debe, tal vez, a que los que ahora se ven más afectados por el auge repentino de la construcción han decidido probar suerte en el este campo pero advierten "que esta no es la gallina de los huevos de oro" porque también hay obstáculos que sortear, como que, desde hace dos años, hay falta de ayudas públicas. Una de las dificultades con las que se encuentra el apicultor es que no encuentra terreno para poder instalar sus colmenas. "O recurres a pedir favores a privados o a solicitar asentamientos en las finas públicas, cuya concesión está sujeta a una baremación de la que no todos salen beneficiados", sostienen. Además, otro problema es el aumento de la mortandad de las abejas. COAG indica que, en gran parte, se debe a que "sospechamos que en el girasol se usan plaguicidas no autorizados por la Unión Europea" lo que produce daños neurológicos en el insecto, una especie de Alzheimer , de tal manera, que una vez que visitan una flor no saben llegar a la colmena, se desorientan y, finalmente, mueren. De hecho, muchos productores aseguran que desde que se comercializan estos pesticidas han visto desaparecer muchísimas colonias de abejas. Este temor se confirmará entre septiembre y octubre, apunta Lorenzo Ruiz.
Otra piedra en el camino con la que tropiezan los apicultores es con la importación de miel de China ya que, según informa COAG, "te la ponen en el puerto de Valencia a un precio que oscila entre los 0,80 y 1,10 euros el kilo, cuando producir la misma cantidad le supone al apicultor cordobés entre 2,70 y 2,80 euros".
Pese a los problemas con los que se encuentra el sector, la apicultura encuentra más mercados que el de la venta de miel. Así, desde COAG informan de que los apicultores diversifican su renta con la venta de enjambres de abejas (un negocio que esta campaña ha obtenido bastantes beneficios), de cera, de polen (seco y fresco) y de propóleo (un producto elaborado por las abejas para proteger sus colmenas y al que se le reconocen propiedades antisépticas, antivirales y antinflamatorias). De una colmena se pueden extraer hasta 14 productos sin contar con la miel, explica GOAG.
Pero a esta práctica ancestral de la apicultura no le acompaña la creación de cooperativas, comercializadoras o centrales de compras. La oferta está completamente dispersa y los productores parecen satisfechos con la venta a granel "al mejor postor". De hecho, la Asociación de Apicultores de Hornachuelos considera "prácticamente imposible" que la concentración pueda ser algún día posible. Córdoba, con 56.000 colmenas, produce de media un millón de kilos de miel al año. A esto hay que añadir que han ido desapareciendo la mayoría de las 90 envasadoras de miel de la comunidad autónoma aunque Córdoba, con solo tres, se convierte en la provincia andaluza con más industria de este tipo: Moramiel en Hornachuelos, Miel Sierra de Montoro y Mielsico, en Córdoba capital.
Esta situación provoca que haya escasez de recursos para que la miel cordobesa se beneficie de una denominación de origen, lamenta Lorenzo Ruiz, quien recuerda que, "en algún cajón", se guarda un proyecto que antaño se diseñó para que ésta tuviera un distintivo de calidad.
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