Córdoba afronta una nueva campaña del ajo como líder regional en producción y superficie

El Campo en Córdoba

La recogida de la hortaliza comenzó hace unos días con una previsión de cosecha que oscila entre los 20 y los 25 millones de kilos

Un grupo de ajeros realiza labores de recolección en una finca de Montalbán.
Un grupo de ajeros realiza labores de recolección en una finca de Montalbán. / El Día

Córdoba afronta una nueva campaña del ajo –comenzó hace unos días– como líder en Andalucía en el sector del ajo, tal y como ha dejado patente la delegada de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Araceli Cabello, en la clausura de la reunión de la Asociación de Productores y Comercializadores de Ajos. Cabello ha destacado que “Córdoba es líder en Andalucía en el sector del ajo, tanto en superficie sembrada y producción como en industria, y es la cuarta provincia española, con una superficie que se mueve en torno a las 2.000 hectáreas”. Cuenta con 17 registros industriales, localizados principalmente en Montalbán, 10, y Santaella, 3. En cuanto a superficie, en 2018 se sembraron 657 hectáreas en Santaella, 372 en Córdoba y 159 en Hornachuelos, entre los principales municipios productores.

Como ha señalado la delegada de Agricultura, se trata de un sector “competitivo e innovador, que genera riqueza y empleo, y en torno a los 400.000 jornales al año en la provincia. Córdoba ha sido pionera en la producción de ajo negro, en incorporar valor añadido a nuestras producciones, y en potenciar el I+D+i con apoyo de las estructuras de investigación de la Junta de Andalucía”. La producción final agraria en Córdoba durante 2018 para el sector del ajo, a precios de productor, fue de 12,68 millones de euros. Es el subsector hortícola de mayor importancia en la provincia.

El sector ajero ha sido uno de los más beneficiados en la última convocatoria resuelta de ayudas a la transformación y comercialización de pymes con cinco proyectos aprobados y una subvención de 1,59 millones de euros para una inversión global de 3,18 millones.

Araceli Cabello se ha referido a que “en 2018 en Andalucía las exportaciones estuvieron claramente lideradas por Córdoba, que vendió fuera de nuestras fronteras 21.696 toneladas por un valor de 29,51 millones de euros, siendo la primera provincia exportadora de la región”. La delegada ha señalado además que “en Córdoba producimos con unos altos estándares de seguridad alimentaria, ofreciendo un producto de calidad que lo hace diferente a otros productos importados”.

Por último, la delegada ha añadido que “debemos apostar por el ajo de nuestra tierra, debido a sus características distintivas en un producto que es la base de gran parte de nuestra gastronomía utilizado en carnes, salmorejos y gazpachos, arroces o cogollos. Hay que consultar el etiquetado y preguntar sobre el origen del ajo que compramos”.

Pese a estos datos destacados por la delegada de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, el presidente de la sectorial nacional del Ajo y de la sectorial de Asaja Córdoba, Miguel del Pino, ya informó hace unos días de que la superficie de ajo se ha reducido en la provincia entre un 15 y 20% en esta campaña hasta quedarse en alrededor 2.000 hectáreas debido al “desánimo de los agricultores para apostar por este cultivo a consecuencia de la caída del precio en las dos últimas campañas”. No obstante, recordó también que “Córdoba sigue siendo la principal provincia andaluza productora de esta hortaliza, representando el 38% de la superficie total de ajo en Andalucía, con 2.011 hectáreas y el 34% de la producción total andaluza de ajo, alcanzando las 22.121 toneladas”.

En torno al pasado 15 de mayo, comenzó la recogida del ajo en la provincia con unas estimaciones que rondarán entre los 20 y los 25 millones de kilos, ya que las condiciones meteorológicas han sido buenas para el desarrollo del cultivo porque “aunque sus necesidades de agua no son altas y la mayoría de las explotaciones son de riego, la lluvia ha llegado en el momento oportuno”.

En cuanto al precio, se prevé que suba este año porque se espera que, desde el continente asiático, que acapara el 83% de la producción mundial, lleguen menos ajos frente a la superproducción que desarrolló el año pasado, que ocasionó que las cotizaciones estuvieran muy bajas.

Esta reducción de la superficie sembrada es una tónica que el sector viene sufriendo en los últimos años. La pasada cosecha esa caída fue del 10%, así como supuso una bajada de producción del 6% con respecto a la campaña de 2017. La calidad del producto fue buena, sin que se viera acompañada por la situación de los precios, que fueron a la baja debido a la gran existencia de ajo chino en cámara.

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