La tribuna
Salvador Gutiérrez Solís
Violencia de por vida
La crítica
**** Gira Cu4tro. 43 Festival de la Guitarra de Córdoba. Carmen Linares (voz flamenca); Jorge Pardo (flauta travesera y saxos); Carles Benavent (bajo eléctrico); Tino Di Geraldo (batería); José Torres (baile flamenco); Salvador Gutiérrez (guitarra flamenca); Ana María González y Rosario Amador (coros y palmas). Fecha: domingo 7 de julio de 2024. Lugar: Gran Teatro. Aforo: Casi lleno.
Empezamos mal. Vayamos por partes. El título de esta crítica debería ser Carmen Linares, Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino Di Geraldo en Córdoba: Póker ganador de flamenco y jazz. Es lo que tiene no poder escribir titulares kilométricos, que en ocasiones, como en esta no hace justicia al omitir a ese trío de "grandes artistas" como los define la propia Carmen Linares. Grandes artistas, como ella, curtidos en mil batallas musicales y que hicieron escala en el 43 Festival de la Guitarra de Córdoba para honrar a cuatro integrantes del Olimpo del Flamenco: a los cantaores Enrique Morente y Camarón y a los guitarristas Manolo Sanlúcar y Paco de Lucía. Palabras mayores.
Vaya por por delante que hablar de Carmen Linares es hablar de una voz única, de un cante hondo o jondo -como prefieran-, y de una experiencia como cantaora flamenca de más 50 años. Carmen Linares emprendió en 2014 un reto musical y artístico. Acompañó su cante con el sonido de ese trío de flamencojazz más importante del panorama universal, componiendo un espectáculo al que dieron en llamar Cu4tro, un espectáculo extraordinario que quedó para la historia, como pudo comprobar entonces quien lo disfrutó. Diez años más tarde el póker de artistas se volvió a reunir para representar este espectáculo con un repertorio histórico y sentidos homenajes a los Cu4tro grandes del flamenco mediante momentos musicales estelares . El swing del trío junto al cante desgarrador de Carmen Linares dieron lugar de nuevo en Córdoba a un recital único que el público disfrutó en su reestreno oficial.
Los Cu4tro, ese póker de talento inigualable, honraron con solvencia a los Cu4tro mitos desde los primeros compases de un recital que se abrió con Fandangos, una pieza en la que Carmen Linares parecía Enrique Morente con voz femenina, en la que Jorge Pardo hacía hablar como solo él sabe hacerlo a una flauta travesera que destila jazz y en la que Carles Benavent muestra que también convierte en diálogo musical sus notas al bajo como si a quien estuviera acompañando fuera al mismísimo Miles Davis. Los más puristas defienden que Jorge Pardo y Carles Benavent son músicos que han creado, con el paso de los años y sus muchos trabajos comunes, una forma de expresión propia, en muchas ocasiones más cercana incluso al flamenco que al jazz, favorecida por su enorme bagaje de colaboraciones con primerísimas figuras del flamenco, entre las que destaca, por supuesto, entre todas ellas sus más de dos décadas junto a Paco de Lucía.
Por poner solo unos ejemplos del extenso currículum de estos tres artistazos, Jorge Pardo se adentró en el flamenco en los años 70 de la mano de Paco de Lucía y Camarón de la Isla, a quienes acompañó en varias giras mundiales y en muchos discos. Mientras, Carles Benavent -quien curiosamente nació en el barrio del Poble Sec, al igual que el maestro Joan Manuel Serrat- ha trabajado en los últimos años en el llamado nuevo flamenco, especialmente desde su colaboración también con Paco de Lucía, que dejó como muestra el impresionante Live in America (1993). Y Tino Di Geraldo ha trabajado con algunos de los nombres más importantes del flamenco y la música latina como Paco de Lucía, Tomatito, Chano Domínguez, Niña Pastori y Manolo Sanlúcar. Carmen Linares, por su parte, continúa siendo un valor seguro; apostar por un concierto suyo, como el de Córdoba, es como apostar en las carreras a caballo ganador. Su experiencia y su profesionalidad le permiten dar lo mejor en cualquier situación, tanto si se hace acompañar por una guitarra como si su voz está al servicio de una orquesta sinfónica o un trio de jazz, como es el caso.
A Fandangos, le siguieron Milonga del forastero (cante, flauta, bajo y batería); Bulería Maid Marian (cante, saxo, bajo, batería, guitarras, baile, y palmas); Taranta y Cartagenera (cante, flauta y guitarras), tema con el que se homenajeó a Camarón; Tanguillos Trio (saxo, bajo y batería); y Granaina (cante, bajo, guitarras y batería). Impagable fue el baile de José Torres sobre las tablas del Gran Teatro, como impagable fue la interpretación de Carlos Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Giraldo del cásico de 1989 de CamarónSoy gitano, interpretación en la que la voz la pusieron el bajo y el saxofón; e impagable Carmen Linares a la hora de interpretar ese tema basado en un poema, como ella misma adelanto, de Jorge Luis Borges que es Milonga del Forastero. La que es una de las reinas del flamenco se mostró muy humilde, alabando una y otra vez con frases como "una tiene la suerte de trabajar con estos maravillosos y muy buenos músicos" no solo al trío jazzístico sino también al resto de artistas que le acompañaban con maestría.
Y es que una vida profesional conjunta en torno a las principales figuras del flamenco, colaboraciones individuales en incontables proyectos de casi todos los géneros, premios, reconocimientos, participación en centenares discos, miles de conciertos y horas y horas de convivencia y música avalan al trío jazzístico ahora aflamencado. Vidas dedicadas al completo a la creación e interpretación, hacen de ellos, alumnos aventajados, inventores y maestros a la vez, que no necesitan más presentación. El trío lejos de pretensiones es un experimento de resultados sin precedentes, como quedó patente en un recital que continuó con Seguiriya, tema con el que se homenajeó a Enrique Morente (cante, batería, guitarras, baile y palmas); Tangos, en esta ocasión en forma de homenaje a Paco de Lucía (cante, flauta, bajo y batería); y Bulerías, para rendir tributo a Manolo Sanlúcar (cante, saxo, bajo, Batería, guitarras y palmas). El fin de fiesta lo puso, valga la redundancia, Fiesta por bulerías (cante, saxo, bajo, batería, guitarras, baile y palmas), tema que concluyó en forma de éxtasis musical provocado por ese gran e inimitable póker ganador de flamenco y jazz.
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