Casa Pepe de la Judería: histórico rincón gastronómico y cultural en el barrio más legendario de Córdoba
Gastronomía
Este restaurante, punto de encuentro cordobés desde 1929, recibe el sello de taberna 'Histórica' por sus casi 100 años de antigüedad
Miguel Cabezas y Lola Carmona lo regentan desde 1994 y han mantenido su esencia y sabores tradicionales
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La idiosincrasia del restaurante Casa Pepe de la Judería (calle Romero, 1) es reconocida por toda la sociedad cordobesa, incluso más allá de sus fronteras. Su ubicación en el corazón de uno de los barrios más legendarios de la ciudad y sus casi 100 años de historia hacen de esta taberna un espacio gastronómico y cultural que para nadie es indiferente. Hogar de parroquianos, refugio habitual de los vecinos de La Judería y lugar de paso obligatorio para turistas. Entre su barra clásica andaluza, sus armoniosos salones y sus múltiples homenajes a las grandes figuras del toreo, platos de la tierra y medios de fino reparten tradición y alegría desde 1929.
En dicho año, José Jiménez Aroca, conocido como Pepe de la Judería, inauguró lo que hasta día de hoy sigue siendo el restaurante Casa Pepe de la Judería. Mantiene, además, la popularidad de aquellos años en los que el barrio no estaba, ni de lejos, tan masificado como lo está ahora. En la actualidad, las tabernas han cambiado, pero la esencia no se ha perdido. Para que no desaparezca la historia de este preciado rincón han trabajado mucho Miguel Cabezas (Puente Genil, 1963) y su mujer, Lola Carmona, gerentes del negocio desde el 20 de septiembre de 1994.
"Abrimos con la innovadora idea por aquel entonces de servir tapas y medias raciones. En todos los negocios ponían un plato para compartir entre varios y no medias ni tapas. Se estaba perdiendo y nosotros sabíamos que Casa Pepe había sido famoso precisamente por eso, por lo que recuperamos la idea de Pepe Jiménez Aroca", explica Miguel Cabezas, quien apostó por recoger "el espíritu que Pepe instauró en el negocio de ofrecer un buen servicio y un buen plato". Y es que, "después de tanto años se ha respetado la esencia de la taberna con ese cariño hacia el cliente, el proveedor y a nuestros trabajadores", añade.
Son 95 años los que Casa Pepe de la Judería lleva al servicio de los cordobeses. Casi centenaria. Y por eso mismo es una de esas 12 reconocidas tabernas de Córdoba que ostenta el sello de Histórica. Un galardón por el que, como afirma Cabezas, la gerencia está "muy agradecida", porque pone a su negocio "en el mapa" mundial gastronómico. "Ahora más que nunca tienes que defender esto a ultranza y levantarte pensando que esa placa que va a estar en nuestra fachada o en el interior hay que defenderla", destaca Miguel.
No había dudas de que este reconocimiento llevaba el nombre de Casa Pepe por su popularidad y antigüedad. Pese a ello, los propietarios tuvieron que presentar un dossier al Ayuntamiento de Córdoba para certificar esos casi 100 años de historia con documentación de distintos artículos de prensa, de revistas de la época y del archivo municipal. La pureza de los comienzos de esta casa de vinos y comidas se mantiene de un siglo a otro, pues, como asegura Miguel, decidieron respetar el patio y la planta baja cuando se hicieron con el local. Eso sí, lo ampliaron dos plantas más arriba que a día de hoy están dedicadas a restauración. La de arriba del todo, su terraza, es "la más valorada por los clientes" por esas vistas inconfundibles a la patrimonial Torre-Campanario de la Mezquita-Catedral.
Entre sus paredes blancas, guiños en puertas de añil y el ocre de los zócalos tan característico de La Judería que "recuerda a que estás en un barrio antiguo, en un cortijo o en la casa de tus abuelos", la comida, como no puede ser de otra forma, es su gran reclamo. Inspirada en la trayectoria de Pepe Jiménez Aroca y la recuperación de platos típicos como la carne con tomate que en realidad eran riñones al Jerez, los boquerones fritos, pescados grandes como el atún y la merluza o las acedías, la actual carta de Casa Pepe de La Judería confía en las recetas de toda la vida en platos tradicionales como la mazamorra, las berenjenas fritas con miel de caña o la ensalada de naranja con bacalao entre muchos otros que enamoraban incluso entonces.
Todos ellos elaborados con productos de cercanía, de la tierra. Al igual que sus vinos Montilla-Moriles, de los que en Casa Pepe son "amantes y defensores". De ahí que su carta guste a todo el mundo, ya sean cordobeses, clientes habituales o turistas. "El parroquiano y el turista se parecen muchísimo. El parroquiano te obliga a tener una carta que mire hacia Córdoba porque le gusta defender su tierra a ultranza. Y al que viene de fuera le recomiendan que pruebe esas Denominaciones de Origen y esa riqueza gastronómica, por lo que no se espera encontrar algo diferente cuando abre la carta. El cordobés es muy culpable de lo bien que nos ha ido porque nos ha ido diciendo lo que luego ha pedido el turista, sea de donde sea", precisa Miguel Cabezas.
Los nuevos tiempos acogen a esa cultura tradicional que se preserva tan bien en las tabernas cordobesas. Como Casa Pepe de la Judería, donde el premio al trabajo diario es "la sonrisa del cliente cuando se marcha", la diferenciación la pone el ser "una empresa nacida en Córdoba y para Córdoba" que ahora con ese sello de "histórica" es todavía más reconocida de lo que lleva siendo durante sus casi 100 años de vida.
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