El Centro Emergencia Habitacional de Córdoba abrirá a finales de año

Córdoba/La fecha prevista ahora para la apertura del Centro de Emergencia Habitacional es a finales de este año, tal y como ha expuesto la delegada de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Córdoba, Eva Contador. Este espacio, ubicado en el antiguo Hospital Militar de San Fernando, en Lepanto, comenzó a gestarse en 2017 y será a finales de 2024 cuando se ponga en marcha, tras años de numerosas vicisitudes y retrasos en las obras.

Contador, además, ha anunciado que el Consistorio ha sacado el contrato de la gestión de las instalaciones con una vigencia de dos años y un importe de 1,2 millones de euros. Será en la junta de gobierno local del próximo lunes cuando ese punto salga adelante. El centro contará con 15 apartamentos con cocina más espacios comunes, como por ejemplo, lavandería, que darían cabida a personas de manera transitoria, no estacionaria.

Contador ha detallado que el contrato pivota sobre dos "patas": la gestión de las instalaciones y el servicio conocido como de puerta única. Este último, ha detallado, es un recurso que "va a facilitar la atención social y básica a las personas y las familias que van a estar en el centro", además de que desde el mismo se encargarán de evaluar las necesidades de cada una de estas personas o familias y se les ofrecerá información, asesoramiento individual, la derivación de su caso a la red de recursos públicos y privados y prestaciones en colaboración con los centros de servicios sociales comunitarios.

Además, estas personas contarán con "apoyo y acompañamiento psicológico en ese momento de emergencia social y urgencia", ha añadido, al tiempo que ha recordado que el centro "será para atender a familias o personas en situación de urgencia o emergencia social". Como ejemplos, ha citado casos como un incendio, una inundación, la caída de un techo, o un desahucio, "para que en cualquier hora del día o de la noche que ocurra pueda ser atendido".

A todo ello, la empresa que se haga con la gestión del centro tendrá que contar con un director de las instalaciones, un trabajador social, un educador social, dos conserjes y dos personas del servicio de limpieza y lavandería. En este punto, la edil de Servicios Sociales ha insistido de nuevo en que las personas que tengan que hacer uso de estas dependencias lo harán por diferentes motivos, ya que "no es lo mismo quien viene de un desahucio a un incendio". Así, ha insistido en que en cada caso los tiempos que necesite cada familia o cada persona para regresar a su domicilio serán diferentes. Además, serán los que determinarán el tiempo de estancia en el centro.

Equipamiento

Los apartamentos tienen capacidad de dos o tres camas, excepto uno en el que solo hay una cama y que está destinado para aquella persona que no tenga familia y acuda la Centro de Emergencia Habitacional. Además, el espacio cuenta con servicios de limpieza comunes, limpieza de los apartamentos, lavandería y un espacio para guardar los enseres.

Los apartamentos, además, dispone de cocina incluida. No obstante, Contador ha recordado que "ante la emergencia, nosotros cubrimos el primer día, la primera noche". No obstante, ha aclarado que en el caso de que esa persona no tenga recursos, se les derivará a los Servicios Sociales para las ayudas de emergencia. En el caso de que se trate de familias que no tienen problemas de este tipo, "ellos tienen capacidad económica para al día siguiente o a los días poder hacer su compra y hacer su vida normalizada".

La concejala del ramo ha anotado que los apartamentos se han amueblado y se han decorado para que "tengan un mínimo de calor de hogar. Aunque no deja de ser un apartamento para un momento de emergencia, hemos querido que sea cómodo y donde una familia pueda estar dignamente el tiempo que necesite hasta que se regularice su situación".

Problemas con las obras

En su intervención, la edil de Servicios Sociales ha recordado algunos de los problemas a los que se han tenido que hacer frente desde que las obras del Centro de Emergencia Habitacional se pusieron en marcha. "El edificio es antiguo y se encontró un vicio oculto en la escalera, que ha traído muchísimas complicaciones al desarrollo de la obra y ha alargado muchísimo los plazos", ha reconocido.

A este problema, se suma el hecho de que la empresa que había ejecutado la obra entró en concurso de acreedores, "lo que vino a retrasar todo mucho porque no tuvimos los boletines de finalización de obra y hemos tenido que hacer actuaciones posteriores en el edificio para asegurarnos que todo estaba terminado y en condiciones", ha afirmado.

Un proyecto que data de 2017

El proyecto data de 2017 y las actuaciones se retrasaron dado que el Ayuntamiento dio por extinguido el contrato de la empresa a la que se le adjudicaron cuando el grado de ejecución de las mismas no llegaba ni al 50%. La firma Albaida Infraestructuras era entonces la encargada de llevar a cabo la conversión de las dependencias del antiguo Hospital Militar en Centro de Emergencia Habitacional. El Consistorio le adjudicó el contrato a finales de 2018 por un importe total de 630.284 euros. Ya en esta fecha llegaba con un retraso más que considerable, teniendo en cuenta que era a finales de ese mismo año cuando debían haber comenzado las obras, según el calendario inicial.

El proyecto planteaba la construcción de apartamentos con cocina más espacios comunes, como por ejemplo, lavandería, que darían cabida a personas de manera transitoria, no estacionaria. En octubre de 2019 las obras quedaron paradas por un problema estructural. Hasta entonces se habían realizado demoliciones, reforzado los forjados existentes, reparado la cubierta de teja, y picado y saneado el revestimiento exterior de fachada, colocado rejas en los huecos de fachada y ejecutada la tabiquería de ladrillo de la planta semisótano. También se había comenzado la ejecución de la nueva distribución de tabiquería ligera y de las instalaciones de saneamiento y fontanería, así como del ascensor.

En la segunda fase de obras, adjudicada a Avanza Solutions & Projects por 538.311 euros, se demolió una escalera en mal estado, debido a las serias patologías detectadas, para su sustitución por una nueva escalera de estructura metálica, y se terminaron los trabajos de la distribución de espacios y de nuevos sistemas de instalaciones (abastecimiento de agua, saneamiento, electricidad, iluminación, red de voz y datos, climatización, control climático, protección contra incendios, detección y alarma).

Igualmente, esa segunda fase contemplaba el suministro y la colocación de las nuevas carpinterías de fachada y de puertas de paso interiores, así como la instalación de las puertas cortafuegos, ya suministradas en obra, la terminación y puesta en marcha del ascensor, cuya instalación quedó en fase muy avanzada. Finalmente, se realizaron los trabajos de acabado de pintura y limpieza de elementos de fachada preexistentes. El estado de conservación del pabellón "era muy deficiente", según reza la memoria del proyecto del inmueble, que llevaba en estado de abandono desde la finalización de su uso como parte del conjunto del antiguo Hospital Militar de San Fernando.