El ciclo de la violencia y el uso problemático de las redes sociales entre los adolescentes

Tribuna universitaria

El uso excesivo de las redes sociales y la activación de mecanismos de desconexión moral resultan claves para comprender por qué quienes son cibervíctimas pasan a ser ciberagresores

Acoso escolar: la red de iguales ayuda a salir del problema

Ilustración sobre el acoso entre jóvenes
Ilustración sobre el acoso entre jóvenes / E. D. C.
Gianluca M. Colella, Eva Romera y Rosario Ortega-Ruiz

20 de abril 2025 - 06:59

En los últimos años, el uso excesivo de las redes sociales y el cyberbullying se han establecido como problemas de salud pública, especialmente entre los preadolescentes; un problema que trastorna el bienestar de los alumnos y alumnas y la calidad de vida de toda la comunidad educativa.

La tecnología de la información y el abuso de las redes sociales están estimulando un cambio en la forma en que los jóvenes se relacionan, que se podría llamar revolucionario si no fuera porque produce temor el alcance de sus efectos negativos. Sin duda hay que anotar elementos positivos en el enorme desarrollo de esta tecnología y su impacto en la comunicación global, pero cada vez son más evidentes sus efectos negativos, sobre todo entre la población juvenil.

En las últimas décadas, las investigaciones científicas psicoeducativas han buscado comprender las claves referidas al uso excesivo de las redes sociales y a los efectos que este abuso puede provocar, entre los que se han encontrado: mayor aislamiento social, distorsión entre el mundo real y virtual, falta de atención hacia otras actividades, depresión, ansiedad, problemas de salud, fracaso escolar y, muy especialmente, un fenómeno ya muy bien definido que denominamos ciberacoso.

Las revisiones sistemáticas sobre este problema señalan que la tasa media anual de cibervictimización oscila entre el 14% y el 21% (Ansary, 2020) a escala mundial. A ello se une que cuatro de cada diez personas que utilizan Internet han sufrido acoso cibernético (Petrosyan, 2023) y que ser cibervíctima aumenta la probabilidad de ser ciberagresor en el futuro (Kasturiratna et al., 2025).

Desde el Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia de la Universidad de Córdoba (www.laecovi.com), un estudio reciente ha descrito los efectos psicológicos que el proceso de victimización en línea (cybervictimización) por los iguales ejerce en el equilibrio psicológico y moral y la posterior comisión de ciberacoso, así como el incremento del proceso de desconexión moral, o evitación del reconocimiento de la crueldad que está incluida en la conducta de ciberacoso.

El ciclo de la violencia en línea

A partir de dicha investigación, realizada con muestras representativas de Italia y España de 895 preadolescentes y adolescentes de entre 9 y 14 años de las provincias de Cosenza y Córdoba, los autores llegaron a varias conclusiones. En primer lugar, los análisis descriptivos mostraron que el uso problemático de las redes sociales fue ligeramente diferente entre los dos países; además, los niveles de desconexión moral fueron más altos en Italia. Sobre los niveles de cibervictimización y perpetración del ciberacoso, de nuevo el país transalpino presenta niveles ligeramente superiores a los de España.

Los resultados no indicaron diferencias significativas entre las variables en función del género, y la mayoría de los tamaños de los efectos se reflejan en valores de Cohen de pequeños a medianos. Esto sugiere que, en general, el género no desempeñó un papel significativo en la diferenciación de los niveles de uso problemático de los medios sociales, la cibervictimización o el ciberacoso. Mediante el análisis de correlación de Pearson se hallaron fuertes correlaciones positivas entre todas las variables investigadas.

Por último, los análisis de mediación en serie revelaron que la cibervictimización tiene un efecto positivo directo sobre el ciberacoso. Además, el uso problemático de las redes sociales y la desconexión moral mediaron de forma positiva en esta asociación. Ello indica que un uso excesivo de las redes sociales, unido a la activación de mecanismos cognitivo-emocionales de desconexión moral, resultan claves para comprender por qué quienes son cibervíctimas pueden pasar a ser ciberagresores, alimentando así el "ciclo de la violencia".

Los resultados alcanzados subrayan la importancia de describir el ciberacoso desde una mirada dinámica, investigando el papel de la tecnología en la configuración de las relaciones interpersonales en la preadolescencia y adolescencia. Las relaciones interpersonales han evolucionado hacia formas de interacción virtual que responden a la presión por identificarse y autodeterminarse en las redes sociales. Los cambios en el sistema de relaciones de los jóvenes están siendo sesgados por la necesidad de estar presentes en los espacios sociales digitales, y estos cambios, quizás lejos de fortalecer su competencia social y moral, la debilitan.

Conocer las características personales y las del contexto virtual donde tienen lugar las situaciones de ciberacoso ayuda a comprender la dinámica agresiva y a prevenir el desarrollo y el aprendizaje social y moral. Por ello, resulta fundamental mejorar la calidad de las interacciones virtuales, lo que les permitirá dar una respuesta más ajustada y eficaz a los riesgos de la tecnología.

Los autores

El artículo científico en el que se publican estos resultados se ha publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health. Este estudio es parte de la tesis de Gianluca Mariano Colella, co-dirigida por Eva M. Romera (Universidad de Córdoba) y Angela Costabile (Universidad de Calabria, Italia). Las autoras españolas son miembros del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia (www.laecovi.com), que dirige la Prof. Emérita Rosario Ortega-Ruiz, de la Universidad de Córdoba.

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