Cinco de las 46 plazas nacionales a registrador de la propiedad tienen acento cordobés: "El esfuerzo ha merecido la pena"

Oposiciones

María Fernández-Figueroa Martínez-Sagrera, Pablo Castellano Castro, Alberto Zurita Rico, Montserrat Zafra Gómez-Limón y Marcos Reyes Cívico aprobaron unas de la oposiciones más duras de España y comenzarán a trabajar en octubre

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Pablo Castellano, Montse Zafra y Marcos Reyes posan en el registro de la propiedad de Córdoba. / Miguel Ángel Salas

Para ser registrador de la propiedad hay que estudiarse 372 temas sobre Derecho Civil, Derecho Mercantil, Derecho Administrativo, Derecho Procesal, Derecho Hipotecario, Derecho Fiscal y Derecho Notarial. También hay que ser licenciado en Derecho, pero lo más duro, sin duda, es enfrentarse a sus oposiciones, consideradas como unas de las más complicadas de todo el sistema de acceso a la administración pública española.

Este 2023 salieron apenas 49 plazas de registrador de la propiedad en toda España, cinco de ellas reservadas para personas con discapacidad. Pues de las 46 conseguidas finalmente -solo una de personas con discapacidad-, cinco han sido logradas por cordobeses. Es decir, casi el 10% de los próximos registradores de la propiedad de España son de Córdoba y su provincia.

María Fernández-Figueroa Martínez-Sagrera, Pablo Castellano Castro, Alberto Zurita Rico, Montserrat Zafra Gómez-Limón y Marcos Reyes Cívico han sido los cordobeses "afortunados" que con mucho esfuerzo y tras años de sacrificio y estudio -unos más que otros- han logrado superar con éxito los dos exámenes orales y los dos teóricos de esta oposición que oferta plazas cada dos años y que tanta fama tiene por su dificultad.

María Fernández-Figueroa Martínez-Sagrera

Con tan solo 26 años, María es la más joven de los cinco registradores de la propiedad cordobeses que empezarán a ejercer su profesión este 2023 tras aprobar una de las oposiciones más complicadas de toda la administración pública del país. Lo más increíble es que ha logrado este hito con tan solo tres años de preparación y quedando la número 17 de las 46 plazas sacadas para toda España.

"Quiero agradecerle esto a mi familia y sobre todo a mi preparadora porque sin ella no lo hubiese conseguido. Hay preparadores que son buenos motivando, planificando o enseñando, pero ella es buena en todo", explica María, que recuerda ese 30 de mayo en el que salieron las notas finales con una alegría infinita: "Salió por la tarde-noche y estaba en mi casa con mi familia, que no pudo contener la emoción. Sabiendo la nota, miro atrás y la verdad es que, pese al esfuerzo y a que he tenido que renunciar a muchos planes, repetiría esos tres años de estudio con los ojos cerrados", añade.

Así es como María ha cumplido de forma precoz con el sueño que tenía desde que comenzó el doble grado de Derecho y ADE en la universidad madrileña Icade. Bajo el lema que a los cuatro vientos defiende María a capa y espada: "todo lo que vale la pena se consigue con esfuerzo", esta joven cordobesa está más que preparada para que, a partir del próximo mes de octubre, conozca su destino y este oficio de primera mano como había deseado desde hace tantos años.

María Fernández-Figueroa Martínez-Sagrera. / El Día

Pablo Castellano Castro

A sus 33 años de edad, a Pablo le ha costado nada más y nada menos que 10 años sacar esta oposición. Es el claro ejemplo de que con esfuerzo los sueños se cumplen, pues estuvo muy cerca de abandonar hace dos años tras caer en el último de los cuatro exámenes. Sin embargo, su preparador lo animó y un gran cambio de mentalidad le ha valido para ser a día de hoy registrador de la propiedad. Y es que, como admite, "es duro ver a tus amigos casados y con niños y tú mientras estudiando", pero el "estado psicológico es fundamental" y "tienes que tener claro que si haces esta oposición es para aprobarla".

Tras privarse de muchas cosas durante una década e incluso rechazar ofertas de trabajo en despachos, Pablo tenía claro lo que quería ser y el 30 de mayo oficialmente lo logró: "Me vine a Córdoba pese a vivir en Madrid y no quería saber nada de nadie, ni fui a la Feria. El día que salió la nota tenía muchos nervios, estaba en casa de mi hermano con la familia y fueron ellos quienes miraron la nota porque yo no quería, pero al salir, gritamos de alegría y lloramos porque el esfuerzo dio la recompensa", recuerda.

Todavía no se cree lo conseguido este joven de Córdoba capital que estudió el grado de Derecho en la UCO, pero, tras una muy larga oposición que estudió entre Córdoba y Madrid y cuyo resultado agradece a su familia y a su preparador, ahora está muerto de ganas de "elegir destino, entrar en rutina y coger por fin la dinámica de trabajo" que tanto ha deseado.

Pablo Castellano Castro. / Miguel Ángel Salas

Alberto Zurita Rico

A sus 29 y tras siete años y medio enfrentándose a la dura oposición de registrador de la propiedad, Alberto por fin ha conseguido la tan deseada plaza. La publicación de la nota final le pilló junto a su novia en Murcia, donde ha pasado gran parte de su preparación. Al momento de enterarse de su logro, la alegría fue máxima y se puso "loco de contento y muy feliz" llamando a su familia al momento para darles la noticia y recibiendo las felicitaciones por parte de su preparador, Santiago Ruiz.

Y es que Alberto rompió todos los pronósticos, pues tras el tercer examen de la oposición llegó al cuarto como el último de los 60 que pasaron y de 45 plazas disponibles, superó a 15 personas. "Tras varios intentos me decían que era complicado, pero fui cabezón y lo he conseguido", destaca este joven de Priego de Córdoba que sin tener una referencia familiar en esta profesión, ya desde cuarto de la ESO quería ser registrador de la propiedad, de ahí que más tarde estudiase el grado de Derecho en la UCO.

"Lo más duro es el ritmo de vida que llevas. Yo estudiaba seis días semanales y con solo uno de descanso apenas puedes hacer planes. Al final lo sufría mucho yo y también mi novia que vive conmigo porque no puedes hacer planes", señala un Alberto que espera recibir cualquiera de los 70 destinos en el que le tocará tomar posesión del cargo a partir de octubre. Será un reto que "da miedo", pero ante el que está "preparado y con muchas ganas de aprender día a día".

Alberto Zurita Rico. / El Día

Montserrat Zafra Gómez-Limón

A sus 28 años de edad y después de cinco años y medio enfrentándose a una de la oposiciones más duras de toda la administración pública española, Montse ya es registradora de la propiedad. Ha sido un camino "durísimo", tal y como lo define esta joven de Córdoba capital que advierte de que "al principio se te hace cuesta arriba todo, aunque luego es acostumbrarse, pero renuncias a muchas cosas y es duro tener que encerrarse a estudiar después de terminar la carrera".

Algo que le duele a Montse y que es un claro ejemplo del sacrificio al que hay que someterse es que en la boda de su hermano solo pudo estar en la iglesia. Sin embargo, dejando atrás el "proceso duro", el resultado "merece la pena", y más cuando recuerda un momento que para ella ya es inolvidable: "Estaba en Madrid con dos primas mías. Cuando salió la nota no me podía creer lo que había pasado, de hecho, me sentí más aliviada por no tener que volver a abrir el temario otra vez que por el aprobado", comenta entre risas.

Aunque su padre es notario, a Montse siempre le llamó la atención ser registradora de la propiedad. Ahora afronta su etapa más importante en la vida tras haber alcanzado el sueño que desde joven tenía cuando todavía estudiaba Derecho en la UCO. Será a partir de octubre cuando pueda iniciarse en lo que llama "registro rústico", ya que tendrá que hacer suyo al pueblo en el que salga asignada, algo que afronta con "especial ilusión".

Montserrat Zafra Gómez-Limón. / Miguel Ángel Salas

Marcos Reyes Cívico

A sus 27 años y tras cuatro años y medio de constante estudio y de muchísimo sacrificio, todavía le cuesta asumir ese momento que vivió el pasado 30 de mayo cuando supo que había aprobado: "Estaba con mis padres y mi novia y nos pasamos todo el día esperando la nota. Cuando salió, sentí más alivio que felicidad porque me quedé en shock", señala el joven de Córdoba capital.

Marcos, que estudió el grado de Derecho en la Universidad de Córdoba, ahora echa la vista atrás y admite que se le han hecho "cortos" los más de cuatro años de estudio de la oposición pese a que las semanas se les hacían "eternas". Como comenta, "el esfuerzo y sacrificar la juventud ha merecido la pena" y el resultado ya lo tiene en sus manos, ya que puede decir con orgullo que es registrador de la propiedad, objetivo que se puso durante la carrera, pues en su época de instituto pensaba enfocarse en ser notario.

"Lo realmente importante viene a partir de octubre". Así de contundente es un Marcos que de los alrededor de 70 destinos posibles que le pueden tocar, desea no alejarse mucho de su Córdoba natal y su familia. Con la ilusión de empezar a sentirse "parte de la empresa", aunque con algo de "miedo", a sus 27 años está más que listo para "aplicar" lo que con esfuerzo y mucho trabajo ha preparado durante tanto tiempo.

Marcos Reyes Cívico. / Miguel Ángel Salas

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