Un cocinero saharaui afincado en Córdoba levantará una escuela de cocina en el desierto argelino
Cooperación internacional
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Banani Salmtu Mohamen Lamin es un cocinero saharaui afincado en Córdoba, donde el chef y Estrella Michelin Kisko García, que regenta el restaurante Choco, en las temporadas en las que Banani está en la ciudad le da trabajo, y buena parte del dinero que gana Banani, como hacen junto a él unos cuantos cordobeses y saharauis con los que creó la ONG Cocina por el Cambio, lo dedica a hacer realidad un sueño, el de poner en marcha una escuela de cocina y comedor en pleno desierto argelino, donde malviven miles de refugiados saharauis, a los que quiere llevar algo de esperanza y, con suerte, una opción de empleo.
Este cocinero saharaui, que oficialmente es de nacionalidad argelina, ya que nació en esos campamentos de refugiados del Sur de Argelia a los que regresa por temporadas, pues, aunque desde hace cinco años tiene su vida y su trabajo en Córdoba, donde se ha casado y tiene un hijo pequeño, lo cierto es que no olvida sus orígenes y se ha propuesto mejorar la vida de los refugiados que, con la ayuda internacional, apenas sobreviven junto a la frontera del Sáhara Occidental, donde, por cierto, nació su madre, que sí que tiene por ello la nacionalidad española.
En cuanto a este proyecto de cooperación internacional, que ya tiene forma física, pues el edificio que albergará la citada escuela de cocina y comedor ya está levantado en buena parte, Banani ha explicado que ahora su preocupación es dotarlo de todo el equipamiento necesario para ponerla en marcha e iniciar en el proyecto en sí, que en su cabeza surgió cuando él mismo se formó en España en una escuela de cocina, "que tenía también un restaurante", con lo que "generaba empleabilidad y un buen aprovechamiento de todos los recursos que utilizaban los alumnos para aprender".
Eso es lo que ahora "un grupo de personas comprometidas con la causa saharaui y su población" pretenden lograr en el Sáhara, tras haber constituido una asociación sin ánimo de lucro, que ya ha comenzado a hacer este proyecto una realidad, merced a un "equipo humano integrado por voluntarios y voluntarias procedentes principalmente de dos ámbitos: profesionales del sector culinario, por un lado, y del sector de la cooperación para el desarrollo por otro. Siendo de esta unión de donde nace la idea".
Así, bajo el nombre de Cocina por el Cambio, trabajan ya en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf, en Argelia, para llevar a cabo "un proyecto de cooperación al desarrollo en materia formativa y de creación de empleo, dirigido a una población que vive con escasas oportunidades de decidir su futuro en el desierto".
El objetivo principal que persiguen, según recoge el dossier de este proyecto, es el de "fomentar que las jóvenes refugiadas continúen con su formación más allá de la educación básica, para que eso les permita acceder a la vida laboral, propiciando de esta forma la creación de nuevos empleos remunerados, que les ayuden a salir de la situación de pobreza en la que subsisten, derivada de la dependencia casi total de las ayudas externas y donaciones que reciben".
Por eso, desde Cocina por el Cambio quieren "contribuir a la erradicación de la pobreza a través del desarrollo humano local con la creación de un comedor-escuela de cocina que ayude a mejorar las condiciones de vida en el campamento o wilaya de Auserd".
De este modo, van a crear una escuela de cocina "para formar a 15 mujeres que deseen acceder al mundo laboral, contribuyendo a mejorar su bienestar e independencia dentro del contexto socio cultural en el que viven", a lo que se sumará "implementar un comedor asociado a la escuela, donde se imparta la parte práctica y remunerada de la formación, generando ingresos mediante la venta de menús diarios que ayuden a la viabilidad del proyecto, por un lado, y a evitar el abandono escolar, por otro". Se prevé, igualmente, "aplicar un protocolo de lucha contra la malnutrición en colaboración con el centro médico de la daira o distrito, que ayude a mejorar la situación sanitaria de las beneficiarias y sus familias".
De forma , en el comedor y escuela de cocina "se impartirá formación culinaria orientada principalmente a la seguridad alimentaria, el aprovechamiento de los recursos existentes, conocer el valor nutricional de los alimentos, la diversificación de las técnicas culinarias existentes en función del aporte nutricional, y promover el emprendimiento".
Las beneficiarias directas del proyecto serán 15 mujeres de la citada wilaya o campamento de Auserd y sus familias, como beneficiarias indirectas, siendo la duración de la formación de un año. De estas 15 mujeres, "se escogerá a cuatro para capacitarlas como formadoras en distintos ámbitos: técnica, gestión, seguridad alimentaria, etcétera, pues seguirán en el proyecto durante los cinco años de duración" del mismo, "momento en el que comenzará a funcionar de manera autónoma, guiado y gestionado por ellas mismas".
En lo que se refiere al comedor, "será el espacio donde se llevará a cabo la parte práctica de la formación y, por otro lado, fuente de financiación propia a través de la elaboración de menús diarios, venta de productos variados, como conservas y excedentes, y con la organización de eventos. Ello permitirá que dichas prácticas sean remuneradas, siendo este un factor clave para evitar el absentismo y abandono escolar por parte de las beneficiarias".
Financiación
Pero para llegar hasta ahí el proyecto tiene que echar a andar de forma efectiva y, para ello, los miembros de Cocina por el Cambio han invertido desde el año pasado "unos 17.000 euros", procedentes de sus propios "ahorros" y que se han dedicado, en su mayor parte, a "la construcción" de la futura escuela de cocina y comedor. También han contado con "unos 3.000 euros" conseguidos "a través de pequeñas donaciones y campañas de crowdfunding", sin haber recibido ninguna ayuda oficial.
En cuanto a lo que pueden necesitar aún, "realmente sería incalculable", pero, "en principio, para este año que entra, precisaríamos unos 10.000 euros, con los que podremos acabar lo que son las instalaciones, equiparlas" y sufragar el pago "de materias primas para empezar el curso con 15 personas beneficiarias".
Para eso, en Cocina por el Cambio necesitan ayuda y, para hacérsela llegar, se puede contactar con ellos a través de sus redes sociales, en Facebook (https://www.facebook.com/cocinaporelcambio/) e Instagram (https://www.instagram.com/cocinaporelcambio/), en las que, además de encontrar enlaces para hacer donaciones directas desde cinco euros, también se puede ver todo lo que ya se ha hecho por este proyecto, al igual que en su web (https://cocinaporelcambio.com/).
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