“El comercio de Córdoba está herido de muerte, pero tiene mucha ilusión”
Pedro Jiménez | Presidente de la Asociación Amigos Comerciantes Iluminando Juntos
Representa a un grupo de comerciantes del centro de la capital que intentan “dar vida a las calles” con la decoración temática de sus escaparates cada temporada y, con ello, impulsar las ventas
Empezó vendiendo retales y sábanas en la empresa Bordados Yola y, posteriormente, formó parte de la plantilla de la extinta tienda Zafra Polo en la calle Claudio Marcelo. De allí dio el salto a una conocida tienda del centro de la capital de ropa de hombre hasta que en 2013 decidió ponerse al frente de su propia compañía. Pedro Jiménez (Córdoba, 1961) es, además, el presidente de la Asociación Amigos Comerciantes Iluminando Juntos, desde la que están llevando a cabo diversas iniciativas, como la decoración temática de los escaparates de la zona centro de la capital, en un intento de impulsar las ventas.
–¿Cómo surgió la idea de poner en marcha la Asociación Amigos Comerciantes Iluminando Juntos?
–Fue en 2019 cuando un grupo de comerciantes del centro empezamos a movernos. En octubre de 2020 se hicieron los estatutos y en enero de 2021 se constituyó la asociación, que está formada por 120 comercios y locales de hostelería. La asociación surgió porque un grupo de comerciantes del centro nos unimos para hacer actividades en común para decorar las calles y darles visibilidad. Pedimos una reunión con el concejal de Promoción de la Ciudad y con el de Comercio y, esa reunión nos llevó a otra y, al final, nos reunimos con cinco concejalías diferentes, señal de que era interesante lo que nos planteábamos, que era la unión de comerciantes que queríamos luchar y trabajar y dinamizar el centro. En la segunda reunión vimos que nosotros, como grupo de comerciantes, no podíamos hacer nada y nos invitaron a que esa actividad la lleváramos como una asociación. Como también soy secretario de Centro Córdoba, les pedimos ayuda para llevar esa iniciativa adelante, ya que la idea no era crear una asociación por crearla, sino darle vida al centro y Centro Córdoba nos apoyó desde el primer momento.
–¿Y cuáles fueron esos primeros objetivos?
–Dinamizar, hacer visibles nuestros establecimientos y nuestras calles, darles vida con decoración uniforme y que invitara a pasear. También dijimos al Ayuntamiento que hay zonas del centro de Córdoba que están muertas, como la calle Cabrera. Cuando entras por Cruz Conde hacia la calle Cabrera está desangelada y puede tener su explicación: no es una zona que te invite a pasear porque te encontrabas con ocho contenedores de basura, que se quitaron, y con una plaza por la que no se puede transitar fácilmente y no te invita a andar, porque a la izquierda está la calle Osario, que es una zona intransitable y a la derecha, la calle Ramírez de Arellano que sigue siendo intransitable para los peatones y no es de tránsito para el peatón como puede ser la calle Góngora. En esa reunión planteamos que se metiera mano a esas calles porque era una de las zonas más abandonadas.
–El sector del comercio alerta siempre de que está en crisis y que no remonta. Ahora, tras la pandemia, ¿qué situación afronta?
–No tiene ninguna salud. Entre otras cosas, al comercio le ha hecho mucho daño el cierre perimetral de nuestros municipios y, al comercio del centro en concreto porque no podemos vivir de nuestros propios vecinos ni del barrio. El cliente del barrio compra en su barrio y nuestro cliente principal es el de la provincia y también el de las provincias limítrofes, sin menospreciar el de Córdoba. En mi caso, tengo bastantes clientes de las provincias de Jaén, de Granada, Málaga y de Ciudad Real.
–Es una descripción fatalista la que hace al asegurar que el comercio no tiene salud.
–El comercio está herido de muerte, pero tiene mucha ilusión. En Córdoba no tenemos industria y todo es sector servicios, pero llega un momento en el que dices que ya no puedes más. Las grandes superficies y los centros comerciales acaparan todo. Si yo digo que dependemos del cliente de la provincia y si el centro no le da atractivo, mientras que hay centros comerciales que cada día son más fuertes, el cliente de la provincia viene con su coche y se va allí. ¿Quién pierde?, el comercio del centro y la hostelería. El comercio necesita gente vocacionada, personas que respeten al cliente y, al mismo tiempo hacer ver al cliente que hay que respetar a los demás y ponerle en su lugar algunas veces y también crear empleo. Es la realidad y, para eso hemos surgido nosotros, para intentar cambiarlo, para intentar dar vida, para intentar dar ilusión. Hemos tenido varias iniciativas, como durante la Navidad y en el mes de mayo. Dimos vistosidad a las calles y uniformidad en la decoración. A la gente le gusta pasear y, cuando puede, valora que haya alegría en las calles y que los establecimientos y la hostelería se hayan preocupado de que las calles estén bonitas.
–¿Esta decoración de los escaparates ha provocado un aumento en las ventas?
–No, pero estamos sembrando, estamos invitando a pasear, a que sepan que estamos aquí y que estamos llamando la atención con un pequeño detalle. Que pasen y vean tu bolso o tu vestido y, mañana se acordarán que han pasado por tu tienda y vieron esto. Si no tuviéramos este atractivo de traer la Pasión a nuestras calles, ese cliente no hubiese venido, no se le hubiese invitado a pasear. En cierto modo, es una llamada, una publicidad indirecta, ya veremos los frutos. En esta iniciativa han participado veinte hermandades y alrededor de 80 establecimientos.
–Es una buena iniciativa, pero en los últimos meses cada vez son más los negocios que cierran en la calle Cruz Conde, que es comercial por excelencia.
–Son dos cosas. Primero, los alquileres son altos. El hecho de que tu tengas un local grande o pequeño en el centro de Córdoba no vale lo que tu pidas porque entonces no hay beneficio y, si no hay beneficio, no hay empresa. En segundo lugar, hay locales que son pequeños para algunas franquicias o para algunas cadenas, que necesitan locales mayores y que en Cruz Conde no hay. Por eso, se han ido algunas grandes cadenas a otras zonas. Si por un local de 60 metros pides 3.000 euros, no tienes capacidad para generar esos ingresos. Me sorprenden las cantidades de dinero que se están pagando por algunos locales pequeños y no me cuadran los números porque para vender cosas de poco importe tienes que tener cola para poder pagar el alquiler. Yo, con mi negocio en este local, más de lo que estoy pagando no podría porque el beneficio que obtienes se lo lleva la renta del mismo. Tú pones un negocio para vivir, no para endeudarte, que es lo que más de uno hemos tenido que hacer, sobre todo, en este tiempo de pandemia.
–Al hilo de esto, ¿cómo ha afectado la crisis del coronavirus a sus negocios?
–Con mucha incertidumbre y cambio de normativa y mucha incoherencia por parte del gobierno, hablo del gobierno en general, no entro en ideologías. No le encontramos ningún sentido en ningún momento de por qué tuvimos que cerrar a las seis de la tarde cuando después el resto del personal podía estar en la calle hasta las diez de la noche. ¿Hay que cerrar por sanidad? Pues cerramos a las seis, pero todo el mundo en su casa a las siete: esenciales y no esenciales. Si era por sanidad, ¿ha salido que los comercios, en algún momento, hayamos sido un foco de infección? Yo nunca lo he oído y lo he preguntado.
–Uno de los efectos que ha provocado la pandemia ha sido el cierre de muchas tiendas.
–Y más que van a cerrar. Yo, por ejemplo, en ningún momento me he planteado cerrar, primero porque tengo ilusión y soy un enamorado de mi profesión y, segundo, porque tengo confianza en que esto va a repuntar. Pero es que si se cierra, ¿qué se hace con todos los artículos? No puedes liquidar, no hay consumo, no hay demanda, ¿qué haces con todo lo que tienes? Son dos problemas: la falta de consumo y lo que tienes que pagar. Un comercio tradicional no compra de hoy para mañana, sino que compra a seis meses o a un año vista; si quieres tener artículos actuales, tienes que comprar con tiempo de antelación y no sabes si lo vas a poder vender, pero tienes que tener tu establecimiento actualizado y con productos.
–Fueron muchos meses de cierre con la ropa de temporada ya adquirida el año pasado, ¿qué hicieron con ella?
–Pues que nos comimos con patatas todo lo que teníamos, más claro no lo puedo decir. En mi caso, los fabricantes fueron condescendientes y nos ayudaron con el aplazamiento de pagos. Después salieron los malditos y benditos créditos ICO, que gracias a ellos algunas empresas vamos a poder subsistir, aunque hay quien tuvo que pedir dos. Haces unos números con unas perspectivas de cierre de una fecha, pero después se alargó tremendamente y cuando puedes abrir es con restricciones y pasado mañana te las cambian.
–Un informe del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) de febrero señalaba que el comercio de Córdoba había perdido un 20% de los contratos en un año. ¿Se prevé una mayor pérdida de empleos?
–Yo tuve que despedir a la persona que tenía justo cuando empezaba la pandemia. Si hubiese mantenido a esa persona hubiera tenido que cerrar.
–A pesar del cierre de establecimientos, la venta por internet se incrementó de manera muy notable durante el confinamiento. ¿Está preparado el comercio de cercanía de Córdoba para dar de una vez por todas el salto a la venta online?
–Tenemos que dar un paso adelante con la venta por internet. Yo, por ejemplo, estoy dando pasos y en Córdoba hay varias iniciativas. Hay negocios del comercio tradicional que tienen muy difícil la venta online por el tipo de productos que tiene. Una gran cadena, por ejemplo, tiene ocho modelos, tres colores y treinta prendas por talla. Yo tengo 15 modelos distintos, tres colores distintos y una o dos prendas por talla. Yo no puede vender fácilmente online porque en el momento en el que un cliente entre y no haya su talla para qué la va a pedir. Después, si yo tengo que vender un traje y no lo puedo hacer por internet ¿cómo lo pruebo?
–Pero las ventas no dejan de crecer vía online, ¿alguna medida debe haber?
–Sí, ¿pero cuántas devoluciones han tenido y quién paga eso? Aquí vienen clientes que han comprado el traje por internet para que lo arregle y no me hago cargo de eso porque no soy sastre.
–Insisto, si la venta online es cada vez mayor, ¿cómo puede adaptarse a ello el comercio de cercanía?
–Yo adapto la venta online a hacer visibles nuestros productos. No es vender el producto y enviárselo, sino que el cliente entre en nuestras redes sociales y vea lo que tenemos, que sepa que el pequeño comercio tiene más productos del que queremos y, entonces, es un escaparate constante y visible.
–Tras la iniciativa de esta Semana Santa, ¿qué más proyectos tiene la asociación para los próximos meses que se avecinan?
–Nos queda todo por hacer. Vamos a preparar y vivir el Mayo de Córdoba en nuestras calles, igual que estamos viviendo la Pasión. A pesar de la pandemia, ha habido establecimientos en Córdoba que hicieron cinco escaparates distintos en mayo porque queremos tener un mayo vivo y lo vamos a intentar mantener. Vamos a intentar darle vida a nuestras calles, ilusión, colorido, y si el Ayuntamiento y la pandemia nos dejan, tendremos más cosas. Hay muchas ideas y vamos a disfrutar del centro de Córdoba.
–También es secretario de Centro Córdoba, ¿cuál es su labor?
–Centro Córdoba también está desarrollando iniciativas para la campaña de mayo y se está intentado atraer atracciones al bulevar del Gran Capitán, pero no se puede por fechas. Como secretario de Centro Córdoba también trato de mantener viva la actividad del comercio. De hecho, se han hecho dos campañas muy fuertes de Navidad de publicidad para el comercio del centro, no solo para sus asociados y ha repercutido en todos los comercios de la zona. Yo como secretario recojo información, coordino y saco actas.
–¿No son incompatibles ambos cargos?
–Dije que presentaba mi puesto a disposición, ya que había salido elegido como presidente de la Asociación Amigos Comerciantes Iluminando Juntos y me dijeron que no, que no eran incompatibles; ambos se pueden complementar. Hay momentos en los que podemos tener las mismas iniciativas, pero nos complementaremos de alguna manera.
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