Un experto en conductas criminales le cuenta a Broncano en La Revuelta su experiencia con José Bretón: "Era hierático"

Córdoba/Juan Enrique Soto, policía, psicólogo, divulgador y analista de conductas criminales, fue el responsable de la creación de la Sección de Análisis de Conducta de la Policía Nacional, un grupo de trabajo formado por psicólogas y criminólogas que analizan el comportamiento de los implicados en los casos más complicados. Y el inspector visitó esta semana La Revuelta, el programa de David Broncano en La1 de Televisión Española para presentar la serie documental SAC: En la mente criminal, que se estrena el 30 de octubre.

El especialista en conductas criminales recordó algunos casos curiosos de su trayectoria, como el de una mujer cuyo rostro inexpresivo llevó a pensar que era culpable, pero se trataba de un trastorno que le impedía mover los músculos de la cara. O el de un ladrón que atracaba siempre sucursales del mismo banco, simplemente por superstición: “El primero le salió bien, y ya siguió siempre con el mismo”.

La mirada de José Bretón

Aunque lo que más impacto causó de la entrevista fue cuando el experto en conductas criminales desveló cómo fue trabajar en el caso de José Bretón. El inspector recordó la importancia que tuvo la mirada del acusado, uno de los aspectos en los que se centraron al analizar sus interrogatorios en sede judicial: "Lo difícil era notarle algo, porque era hierático".

Una vez que Juan Enrique Soto y su equipo conseguían "ver un mínimo parpadeo", buscaban el motivo que había llevado a esa reacción. "Lo celebrábais como un gol de Lamine Yamal", comentó Broncano

El experto contó que, aunque no existe “ningún indicador universal de la mentira”, sí es cierto que “todos tenemos un diccionario propio” de gestos o expresiones que denotan que no estamos diciendo la verdad. Sin embargo, nadie es perfecto, e incluso Juan Enrique Soto ha cometido errores durante su trayectoria.

Y es que el creador del SAC recordó un caso en el que estaban interrogando a un sospechoso de haber robado relojes de lujo, y su comportamiento le llevó a concluir rápidamente que el investigado era inocente. Pero resultó ser culpable: “Lo hizo bien. Esas cosas pesan, pero se aprende”, reconoció el inspector.