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La finalización de la obra de restauración y conservación del Retablo de San Rafael es cuestión de días. Así lo ha certificado el coordinador de la Delegación de Casco Histórico en su informe mensual correspondiente al pasado mes de diciembre. En dicho documento se explica que en el monumento de la calle Lineros, 27 "han finalizado los trabajos de conservación, habiéndose consolidado el soporte del retablo, tratándose los morteros y las estructuras metálicas que conforman la estructura del altar. En breve está prevista la finalización de la obra".
El pasado septiembre, el Ayuntamiento anunció que había adjudicado el contrato de la que sería la última actuación sobre la obra a la entidad Dédalo Bienes Culturales, con un presupuesto superior a los 35.000 euros. Esta tercera fase del proceso de conservación y restauración ha tenido como responsables de supervisión y ejecución a la arquitecta de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), María Rosa Lara Jiménez, y al jefe de la oficina de Arqueología de la misma, Juan Francisco Murillo Redondo.
"Tenemos previsto hacer una limpieza y un estudio más en profundidad de los materiales del retablo para ver si hay huellas de los anteriores retablos, además de consolidar toda la parte de la estructura. Una vez que tengamos la estructura consolidada, vamos a trabajar en la consolidación del soporte, y luego trabajaremos la capa decorativa, que es la que se ve", explicó Lara en la presentación de un proyecto que ha incluido la reposición de los cuatro faroles con los que contaba un conjunto que está dedicado al Custodio Córdoba, San Rafael, y a los patronos de la ciudad, San Acisclo y Santa Victoria.
En las dos actuaciones previas, se procedió a retirar los tres lienzos que componen el retablo, los de San Rafael, San Acisclo y Santa Victoria, para ser restaurados por el restaurador Andrés Moreno. La idea del Ayuntamiento es que esos lienzos -por su valor- no vuelvan al retablo, sino que se sustituyan por unas réplicas. Del mismo se ha procedido también a eliminar el cableado de luz y telefonía que afeaba el conjunto y que ha sido soterrado.
El retablo parece de piedra, pero de piedra solo tiene el zócalo, de piedra típica de Cabra, "la parte de arriba es piedra artificial, con una armadura de acero, yesos y madera", indicó la técnica. "Tenemos previsto hacer una limpieza y un estudio más en profundidad de los materiales del retablo para ver si hay huellas de los anteriores retablos, además de consolidar toda la parte de la estructura. Una vez que tengamos la estructura consolidada, vamos a trabajar en la consolidación del soporte, y luego trabajaremos la capa decorativa, que es la que se ve", dijo Lara respecto a esa tercera fase.
La idea es dejarlo tal y como en su momento, en 1801, decidieron los vecinos, que fueron quienes sufragaron su coste", ha incidido Gómez Calero. La edil ha recordado que el primer altar de la calle Lineros estaba dedicado a la Virgen de Linares, altar con el que acabó el vandalismo. "Posteriormente, y a iniciativa popular, fueron los vecinos los que llevaron a cabo una recaudación para poder encargarle a Antonio María de Monroy la realización de este altar en 1801, dedicado ya a San Rafael, San Acisclo y Santa Victoria", ha añadido.
Para llevar a cabo la mejora del conjunto, el Ayuntamiento le encargó el proyecto de restauración a la restauradora especialista Marina Ruiz, quien realizó un estudio histórico del retablo. "Como curiosidad, el altar que hoy vemos no es de 1801", indicó Lara, explicando que se volvió a reconstruir en 1925 de la mano de la familia Romero de Torres; se le encargó esa reconstrucción a Enrique Romero de Torres y él a su vez le propuso a su sobrino la reposición de los lienzos, a Enrique Romero Pellicer", detalló. "Más tarde, en los albores de la República el conjunto volvió a sufrir actos vandálicos que destruyeron bastante todo el retablo y las pinturas. Lo que hoy nos llega es una obra de 1937 de Rafael Díaz Peno, que es el autor de las pinturas y quien realiza la restauración del retablo", añadió.
No obstante, a lo largo del siglo XX este conjunto dedicado al custodio y a los patrones de la ciudad se fue deteriorando con el tiempo. "Y la siguiente actuación importante es la que hace la Diputación de Córdoba a través de su escuela taller, en 1997", apuntó. En principio, el retablo original era neoclásico, muy austero "y sin embargo la Diputación en su intervención lo barroquiza, le da un aspecto con más colores, imitando a las piedras barrocas de los mármoles, por eso todos los acabados son marmóreos", explicó.
La técnica recordó que en la hornacina del conjunto había también una pequeña imagen de la Virgen de Linares, obra de Leandro Cano, y ahora lo que hay es un grabado de la Virgen de la Candelaria, pero la idea es que vuelva a estar la Virgen de Linares, de hecho, una de las hermandades lo ha solicitado.
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