Aumentan los controles de alcoholemia en Córdoba: "La gente está más alerta en Navidad"

Córdoba/Incluso en días laborales conviene mantener la seguridad vial de las ciudades. Y más si el espíritu navideño lleva en las calles varias semanas. Con la llegada de las fechas navideñas, las comidas y cenas de empresa y las salidas con familiares y amigos se convierten en cotidianidad. Eso, en la mayoría de las ocasiones, conlleva comer y beber en mucha cantidad. Y es importante que, si se ingiere alcohol o se consume algún tipo de estupefaciente, no se conduzca un vehículo bajo ningún concepto.

En caso de que alguien infrinja la ley y arriesgue su vida y la de los demás, le puede pasar como a Pablo, vecino cordobés de 50 años que en la tarde del pasado lunes acabó sancionado en uno de los controles de alcoholemia del Plan Especial de Seguridad y Tráfico de la Navidad 2024-2025. En la avenida Cervantes, a la altura del parque de Los Patos, a eso de las 16:55, la Policía Local de Córdoba montó un completo dispositivo: una furgoneta de atestados, casi una decena de agentes, tres coches limitando la zona de conos por la que los coches iban a ir pasando y otro vehículo al principio de la avenida por si algún conductor intentaba escabullirse al ver desde lejos las luces.

Al tratarse de la tarde de un lunes, los coches empezaron a circular sin ningún percance. La mayoría pasaban de largo y continuaban su circulación por la avenida Cervantes, a otros les tocaba someterse a la prueba. ¿Por qué unos la evitan y otros no? La respuesta es simple y así lo confirma Javier Romero, oficial de la Policía Local de Córdoba: los agentes se basan en un sistema totalmente aleatorio, a excepción, claro está, de que vean que algún vehículo de la impresión de que no circula con normalidad.

A quien no tuvo la suerte de pasar de largo, le tocó someterse a la prueba de alcoholemia. "Es mi primera vez", comentó una conductora al llegar en su voluminoso coche blanco de la marca BMW. Por esa alegría por estrenarse frente al alcoholímetro estaba claro que su resultado iba a ser de 0,0. Lo fue. Salvo una conductora que dio 0,11 y pudo continuar sin problema, ese 0,0 se repitió con el gran porcentaje de los conductores que pasaron por la tarde del lunes por la avenida Cervantes, uno de los puntos donde es más frecuente que la Policía Local instale sus controles de seguridad vial.

"Normalmente, los controles preventivos de alcohol y drogas no se hacen a estas horas, pues no hay un volumen elevado de conductores que hayan bebido. Nosotros los hacemos a estas horas por la campaña navideña de la Dirección General de Tráfico (DGT). Como en estas fechas hay muchas comidas de empresa y fiestas, se hace hincapié en que haya controles en los tres puntos del día (uno a la mañana, otro a la tarde y otro por la noche)", señaló Javier Romero, quien asegura que "a partir del fin de semana, e incluso los jueves, es más previsible que haya controles y la gente lo sabe".

De hecho, los cordobeses son listos y, como recalcó el agente, "son conocedores de que en diciembre empieza la campaña navideña de la DGT". Por eso reconoció que "la gente está más alerta en Navidad". Eso es bueno, ya que "por lo general, evitan coger el coche cuando beben alcohol, por eso es menos habitual que haya muchas personas que den altas tasas en estas fechas", precisó Romero mientras controlaba que todo funcionase como es debido en el control de alcoholemia. Una prueba que, como recuerda, "es para prevenir que la gente conduzca, da igual si no cogen el coche por evitar una sanción económica o porque estén realmente concienciados con no conducir si se ha bebido".

Concienciación hay "ahora más que antes", eso es una realidad. Sin embargo, hay quienes todavía no se enteran del peligro que tiene conducir bajo los efectos del alcohol. Pablo, de 50 años, fue el único que dio positivo en la avenida Cervantes. Al llegar al control, los agentes ya sospecharon cuando, al formularle la clásica pregunta de si había bebido, el conductor le dijo que una cerveza. "Sea sincero y dígame si se ha tomado más de una cerveza porque vamos a hacerle una prueba", señaló uno de los agentes. El conductor se bajó de su moto Honda color negro. También su hija, que iba montada atrás y que, viendo el panorama, optó por abandonar el lugar y continuar a pie hasta su destino.

El alcoholímetro lo delató: 0,36 de alcohol en sangre (a partir de 0,25, con un margen por ley de hasta 0,29, supone una sanción administrativa; y en el caso de superar el 0,6 -0,66 legalmente-, se trata de un hecho delictivo). El conductor se sometió a una nueva prueba diez minutos más tarde y el resultado fue mayor: 0,39. No le quedaba otra, tuvo que inmovilizar la motocicleta y que algún familiar se llegara a por ella o acabaría en el depósito. Por supuesto, con una multa de 500 euros (la mitad si lo paga antes del plazo) y cuatro puntos menos en el carnet. Si el infractor supera el 0,5, la sanción es de 1.000 euros y seis puntos de carnet menos.

A Pablo le salió cara la tarde. También a otro motorista que apareció cuando el control de alcoholemia estaba a punto de retirarse. Este joven, no mayor de 20 años, dio 0,0 en la prueba. Sin embargo, llevaba sin pasarle la inspección técnica a su vehículo desde 2020. "Tengo la cita de la ITV pedida", comentó el joven, aunque sin presentar nada que lo acreditase. No pudo escaparse de la multa de 200 euros, pero sí pudo continuar la circulación.

Con estas dos infracciones concluyeron los 60 minutos que duró este control de alcohol y drogas de la Policía Local. Un total de 81 pruebas realizadas (más de la media, que está entre las 50 y las 70) y la tranquilidad habitual de un lunes por la tarde. La Navidad, de momento, no ha empezado fuerte, pero todavía quedan los días más importantes. Por favor, como lo piden todos los cuerpos de seguridad del estado, "si se bebe, que no se conduzca".