El convento Regina será un edificio cultural al estilo de la Sala Orive
Comienza la rehabilitación de este complejo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y que data de 1499, que posibilitará también que se le dé un uso turístico
Regina: el convento olvidado de Córdoba

Córdoba/El convento Regina será un edificio cultural "polivalente, al estilo de la Sala Orive, en el que se celebrarán conferencias, exposiciones...". También será un edificio turísticamente visitable. Así lo ha destacado el alcalde de la ciudad, José María Bellido, durante la presentación del inicio de las obras de restauración "de esta joya del patrimonio de la ciudad, que data de 1499". El convento Regina está declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Bellido ha insistido en que estas actuaciones servirán para "redescubrir una joya arquitectónica de la ciudad y recuperar un importante edificio histórico de Córdoba que ahora se encuentra en estado ruinoso".
La recién iniciada primera fase de obras, que se llevará a cabo en la iglesia del convento, durará "entre 11 y 12 meses y cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros", tal y como ha detallado el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Miguel Ángel Torrico.
La rehabilitación, en concreto, pretende, tal y como ha informado la arquitecta de la GMU Rosa Lara, "recuperar el valor patrimonial, artístico y cultural de la edificación de la nave de la iglesia", para lo cual se llevará a cabo un decálogo de intervenciones, ente ellas la puesta en valor y recuperación de la cripta de la iglesia y la limpieza y protección del artesonado mudéjar policromado que cubre la totalidad del templo. Del artesonado mudéjar, joya de la iglesia del que el alcalde ha defendido que "hay pocos con esta valía en España", Lara ha destacado que se trata de una armadura de rueda del ocho, policromada con mucha profusión ornamental".
En las actuaciones de rehabilitación también se incluye la puesta en valor de sus pinturas murales; la recuperación de los suelos vidriados de la zona del coro; la reconstrucción del coro, sotacoro y de la escalera de caracol; la consolidación del pavimento; la recuperación de la fachada gótica; la rehabilitación de carpinterías y cerrajerías; la creación de una zona de visitantes; la eliminación de elementos contemporáneos, y la adaptación para personas con movilidad reducida. Asimismo, se realizarán tareas para la consolidación del claustro del convento, la conservación de sus columnas y la restauración de la fuente.
Tras esta primera fase, la Gerencia Municipal de Urbanismo ejecutará una segunda fase en la que se recuperará completamente el claustro y se construirá "una parte administrativa con una oficina para la gestión del edificio", además de dotar al inmueble de una nueva escalera y un ascensor", ha explicado el arquitecto de la GMU Rafael García Castejón. Esta segunda fase tendrá un presupuesto aproximado de 2,5 millones de euros y se desarrollará durante unos 15 meses.
La rehabilitación del antiguo convento de Regina Coeli se ha convertido en uno de los proyectos que más se han eternizado en Córdoba, "en un proyecto maldito", tal como lo llegó a calificar el propio alcalde. En 2022, el Ayuntamiento ya decidió que tendrá que efectuar esa rehabilitación con fondos propios después de que expirara el objetivo de llevar a cabo a través del Plan Turístico de Grandes Ciudades la reforma de un enclave en ruinas en el que había proyectado un Museo de las Cofradías o un Museo de las Cuatro Culturas.
Edificio histórico del siglo XV
Regina es uno de los conventos femeninos que se crearon en la ciudad de Córdoba a partir del siglo XV. El cenobio fue constituido el 17 de julio de 1499, cuando Luis Venegas otorgó su testamento en el que mandaba que lo enterrasen allí, pues había decidido, junto con su mujer, Mencía de los Ríos, fundarlo y edificarlo. El mismo día hizo testamento su mujer, en el cual otorgaba poder para crear el convento en la casa donde vivía. Teodoro Ramírez de Arellano afirma que el convento fue dotado con unas casas que poseía la fundadora en la calle Marmolejos (actual Rodríguez Marín). A pesar de todo, hay constancia documental de que la iglesia se estaba levantando el 23 de marzo de 1564.
El convento sufrió varias vicisitudes a lo largo de su historia. Según Teodoro Ramírez de Arellano, en 1804, a causa de la muerte de 14 monjas por la fiebre amarilla, las religiosas abandonaron el lugar y se marcharon al de Scala Coeli, hasta que la epidemia se extinguió.
De cenobio a cuartel
Cuando regresaron, no sería por mucho tiempo, pues en 1837 el convento fue suprimido y expropiado durante la desamortización de Mendizábal, adjudicándose al Ayuntamiento de Córdoba. En 1847 se creó en él la Escuela de Veterinaria en una parte y otra fue ocupada por el cuartel de la Guardia Civil. La iglesia seguiría abierta al culto durante unos años más, aunque finalmente, también fue vendida. A partir de este momento, se empleó para fines tan diversos como teatro de comedias para aficionados, fábrica de paños, almacén de tocino, cuartel o o fábrica de moneda falsificada. Sin duda, este último el más curioso, sobre todo porque el responsable de dicha fábrica resultó ser un niño. Por último, en los años 80 del siglo XX se empleó como almacén y finalmente, quedó abandonado, lo que contribuyó a que se deteriorara rápidamente.
El 6 de julio de 1979, la iglesia del convento de Regina Coeli fue declarada BIC. El muro del hastial trasero de la iglesia fue reconstruido en 1981, mientras que en 1993 se demolió uno de los cuerpos del convento colindante a viviendas. En mayo de 2006 se consolidó la fachada y en 2008 se ejecutó la limpieza del complejo. No obstante, el edificio sigue presentando un avanzado estado de abandono y por ellos se incluyó en el Plan de Grandes Ciudades para su recuperación. Del antiguo convento solo se conservan la iglesia conventual y algunas ruinas anexas entre las cuales se encuentran dos patios, uno de ellos con galerías con arcos de medio punto y columnas.
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