El Corpus Christi, un mensaje de paz por las calles de Córdoba
Tradiciones
La custodia de Arfe ha estado acompañada de nuevo por el paso de la Sagrada Cena
Las mejores imágenes de la procesión del Corpus Christi de Córdoba

Celebrar la solemnidad del Corpus Christi es “un signo profético de que la esperanza tiene la última palabra, porque mientras haya personas que aman, que ayudan, que comparten con generosidad, que se conmueven con el dolor y el sufrimiento de los demás, la esperanza es imposible que se pierda”. Este es el sentido que este año ha adquirido el día de la caridad, que se celebra coincidiendo con el Corpus.
“Mientras haya personas, hay esperanza”, resumen los obispos de la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social, que advierten de que “vivimos rodeados de violencia, en un tiempo en el que la desesperanza nos asalta y necesitamos reavivar la confianza en el futuro”. La guerra, el acceso a una vivienda digna, las diferencias en las oportunidades laborales y la migración provocan un panorama que “genera angustia y un clima de desesperanza social”. Es el contexto en el que "el cuerpo de Cristo se nos ofrece como el único alimento capaz de traer paz ante tanta violencia y se ofrece como alimento de nuestro compromiso activo”.
Con este sentido, la custodia de Arfe, una obra maestra de la orfebrería, de 2,63 metros de altura y más de 200 kilos, ha recorrido en el atardecer de este domingo las calles de Córdoba acercando un mensaje de paz y esperanza para estos tiempos difíciles. En una jornada especialmente calurosa de un junio que está siendo tórrido, los alrededores de la Catedral han rebosado olor a juncia y romero, el aroma de los días del Corpus.
Con el misterio de la Sagrada Cena
Así, tras el triduo eucarístico celebrado en la Santa Iglesia Catedral desde el pasado jueves y hasta este sábado, el Cabildo Catedralicio ha oficiado la eucaristía de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, un acto que ha sido presidido por primera vez por el nuevo obispo de la ciudad, Jesús Fernández. A la conclusión de esta liturgia, ha tenido lugar la procesión, a la que por tercer año consecutivo se ha sumado el misterio de la hermandad de la Sagrada Cena. El cortejo se ha abierto con la banda de cornetas y tambores de la Salud.
El Señor de la Fe, acompañado de todo el apostolado, ha recorrido las calles de la ciudad en el paso del Corpus Christi de la cofradía de Poniente, ya que el suyo propio, el de cada Jueves Santo, es de mayores dimensiones y no pasa por las estrecheces de la Judería. La banda Tubamirum de Cañete de las Torres, que acompaña en sus estaciones de penitencia a la Virgen de la Esperanza del Valle, ha puesto de nuevo sus sones musicales al titular de esta corporación con sede en la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba.
Tras el Señor de la Sagrada Cena, ha desfilado el Corpus Christi. La custodia de Arfe representa el paso del gótico al renacimiento en la orfebrería del siglo XVI. Con ella, el orfebre Enrique de Arfe introdujo en Córdoba la novedad que supone la creación de una custodia de fuerte componente arquitectónico, concebida como una torre diáfana dotada de un complejo programa iconográfico con sentido catequético que es materializado a través de la presencia de multitud de esculturas.
A lo largo del recorrido previsto por el Cabildo Catedralicio y la Agrupación de Cofradías para esta salida procesional, además, ha habido la posibilidad visitar hasta 11 altares que han sido organizados por las hermandades cordobesas (Pasión, Remedio de Ánimas, Amor, Penas de Santiago, Huerto, Misericordia, Carmen de Puerta Nueva, Carmen de San Cayetano, Soledad, Vía Crucis-Santa Faz-Perdón y Presentación al Pueblo) para el paso de Jesús Sacramentado.
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