La crisis ralentiza el flujo de cordobeses que se van fuera para poder trabajar

La caída de la contratación frena los desplazamientos de los empleados · El perfil es el de un hombre de unos 34 años

Unos viajeros salen del tren en la estación de la capital.
A. Calero

03 de noviembre 2010 - 01:00

La posibilidad de salir fuera para trabajar ya no es tan factible como antes. La crisis económica ha ralentizado la fuga de cordobeses a otras provincias, una tendencia que se observa desde 2007 y que va unida a la caída del número de contratos que se ha experimentado en estos últimos años. Así se desprende al menos del Informe de Movilidad de los Trabajadores elaborada por el Servicio de Empleo Púbico Estatal (Sepes), el antiguo INEM. En el documento, que analiza el ejercicio 2009, se refleja que durante el año pasado un total de 52.651 cordobeses encontraron trabajo en otra provincia, lo que deja la tasa de movilidad en el 12,4%. Esto quiere decir que uno de cada diez contratos que se firman en Córdoba salen fuera de la provincia, un porcentaje que prácticamente se ha mantenido desde que estalló la crisis. Atendiendo a los datos del Ministerio de Trabajo, en 2007 fueron 58.993 cordobeses, lo que supone un descenso del 10% con respecto a 2009. Esta bajada va en consonancia con la caída que han sufrido los contratos en general.

En el primer año de crisis económica no se redujo la intensidad de la movilidad geográfica. De hecho, si en 2007 fueron 58.993 cordobeses los que emigraron, en 2008 se contabilizaron 57.134. En cambio, en 2009 sí que se ha producido una considerable disminución al registrarse 52.651 contratos en el exterior, lo que se debe al importante descenso de la oferta laboral que sufre, no sólo Córdoba, sino en el conjunto del país. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la situación de la provincia cordobesa es más delicada pues, sin ir más lejos, la última Encuesta de Población Activa (EPA) cifra el porcentaje de parados en el 32,1%, la tasa más alta de todo el país. Si las posibilidades laborales están debilitadas en los límites provinciales, las opciones fuera también se están frenando. Córdoba, evidentemente, no puede ofrecer mucho al mercado, algo que se refleja en la estadística, pues los contratos que han entrado (es decir, los que han sido firmados por trabajadores que no tienen su residencia en Córdoba) también han caído un 13% al pasar de 48.114 en 2007 a los 41.732 registrados el año pasado.

El perfil de los cordobeses que se desplazan no ha cambiado con respecto a años anteriores. Casi dos de cada tres contratos que implican desplazamiento son firmados por hombres y su edad media ronda los 34 años para ellos y 31 para las mujeres. La mitad de estos contratados tiene formación secundaria obligatoria y, por lo general, es mayor el nivel de formación en las mujeres. Además, uno de cada tres vinculaciones laborales es de baja cualificación; se trata de empleos temporales para empresas agrícolas, de construcción o de hostelería para trabajar en puestos relacionados con actividades administrativas y auxiliares. En cuanto a los destinos, el informe refleja que la mayoría de los cordobeses que trabajan fuera se concentran en Málaga, Sevilla, Jaén o Madrid, lo que significa que se tiene en cuenta sobre todo la cercanía.

Los cordobeses siempre han sido reacios a un cambio de domicilio. De hecho, según un estudio del Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo (Imdeec), la crisis ha incrementado la flexibilidad de los trabajadores en aspectos como una cambio de puesto de trabajo o disminución de sueldo, pues la mayoría estaría dispuesto. Sin embargo, la respuesta es ampliamente negativa si se pide un desplazamiento.

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