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Más de un millar de personas mayores de la provincia de Córdoba han recibido a lo largo de los dos últimos años la compañía y el apoyo emocional del voluntariado de Cruz Roja para tratar de mitigar, al menos, su situación de soledad.
Esa es la cifra global de atenciones que ha podido llevar a cabo la institución humanitaria desde que en enero de 2022 pusiera en marcha -con financiación de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad y fondos propios-, su proyecto para combatir la Soledad no deseada, una realidad que no se ve, estigmatiza a las personas que la sufren, puede afectar a cualquiera, y se prevé que aumente exponencialmente en las próximas décadas.
“Se trata de una pandemia invisible, y desde Cruz Roja tratamos de apoyar a las personas que la sufren, en especial a las personas mayores, que es, con diferencia, el grupo de población en el que esta situación de soledad tiene más incidencia”, explica María Torralbo, responsable provincial del programa de Mayores de la organización humanitaria.
Una de cada tres personas mayores reconoce haberse sentido sola durante los meses de la pandemia, según una encuesta realizada por Cruz Roja entre más de 10.500 de estas personas que participan en los proyectos de la institución en Andalucía. Un porcentaje similar (un 32%) afirma, además, haberse sentido insegura a la hora de salir a la calle por encontrarse con escaleras y barreras arquitectónicas.
La crisis sanitaria derivada del Covid-19, el confinamiento y la posterior recuperación de normalidad han incrementado los casos de soledad no deseada. Quienes ya la vivían, la ven agravada; y personas que no estaban en una situación severa, ven empeorada también su calidad de vida.
“Si todos nos paramos a pensar un poco, conocemos a personas que viven en esta situación de aislamiento. Y también nosotros mismos sentimos en ocasiones esa soledad. Por eso es tan importante visibilizar este problema”, advierte Torralbo.
Frente a la soledad, las nuevas tecnologías pueden convertirse en aliadas, pero también son el centro de un problema que se ha hecho aún más visible con la crisis del Covid-19: la llamada brecha digital se ha incrementado conforme aumentaba la digitalización de gestiones y actividades de nuestro día a día.
Un 45% de las personas mayores encuestadas por Cruz Roja no dispone de teléfono, tablet u ordenador con acceso a internet. En este sentido, Cruz Roja trabaja por reducir las desigualdades que provoca la brecha digital en la población vulnerable, con proyectos como Click_A Vuela, con el que se ayuda a estas personas a mejorar sus competencias digitales.
Además, Cruz Roja ha desarrollado iniciativas para aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías ante problemas como la soledad. Por ejemplo, la skill de Cruz Roja para Alexa, puesta en marcha junto a la Fundación Accentur, Amazon Alexa y la Fundación de Tecnologías Sociales de Cruz Roja (Tecsos), y que permite con sencillos comandos de voz acceder a la información y ayuda de la aplicación de Cruz Roja en los dispositivos Alexa.
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