El cuero: artesanía y tradición
Toñi Cabrera abre las puertas de su taller, un rincón creativo donde se pueden encontrar trabajos de piel de lo más variado, desde arte decorativo a mobiliario
Si vamos caminando por Puerta del Rincón, descubriremos una ventana abierta de par en par que muestra, en su interior, una amplia variedad de piezas artísticas elaboradas con cuero, una técnica que, pese a su tradicionalidad, no pasa de moda. Grabado, repujado, pilograbado, tintado ó incisado, todas las técnicas posibles que se puedan utilizar para trabajar la piel se pueden encontrar en este rincón creativo, el taller de la artesana Toñi Cabrera.
A la hora de aplicar la técnica al cuero, Toñi tiene siempre dos aspectos en cuenta: el diseño de cada trabajo y, sobre todo, el tipo de piel. "Hay técnicas que se utilizan mejor en pieles blandas, como la badana (piel de oveja) y otras en pieles más fuertes y duras, como la piel de vaca o de cabra", explica la artesana. La badana es, además, la piel de iniciación que utiliza Toñi en las clases que imparte a personas interesadas en aprender el arte del cuero.
Ya hace más de 20 años que Toñi aprendió este método en la Escuela de Arte de Córdoba, en la que se matriculó para realizar un grado de encuadernación. Así fue como, por casualidad, descubrió su vocación. Desde ese momento, Toñi comenzó a dar clases a personas interesadas y a trabajar para el Ayuntamiento. "Creo que me he recorrido todos los centros cívicos de la ciudad", explicó la artesana, que ha realizado cursos en barrios como la Fuensanta. Parque Cruz Conde, Las Margaritas ó Carlos III.
En estas clases, aptas para todo tipo de público y sin límite de edad, los alumnos realizan de septiembre a mayo un programa en el que pueden aprender las técnicas generales del cuero y, dependiendo del nivel que tenga cada alumno, se le realiza un seguimiento a nivel individual. "Existe una gama tan amplísima de elaboración dentro de este arte, que todo el mundo que sea creativo tiene que disfrutar de estos cursos", explicó Toñi. Además de los cursos que realiza, ya sea en centros cívicos ó en su propio taller, la artesana recibe multitud de encargos, tanto de organizaciones (asociaciones de escritores, asociaciones solidarias, etc.) como para particulares. Los trabajos personales son los más solicitados, pero también recibe pedidos de obras en serie. "Lo más típico que me suelen encargar son cordobanes, escudos heráldicos y guadamecíes, es decir, imágenes tradicionales que se han trabajado desde siempre en Córdoba", aseguró Toñi, cuyo último encargo ha sido un guadamecí que la Asociación Colegial de Escritores andaluces entregó al escritor Antonio Gala.
La artesana, que se declara influenciada por el estilo pictórico y técnico de los retratos de Modigliani, es consciente de las ventajas y desventajas de su trabajo: "Poder dedicarme a lo que a mi me gusta lo considero un privilegio, es muy gratificante. Sólo hay una pega, no deja de ser una artesanía". Pero el hecho de tener un oficio que no es de primera necesidad y, por tanto, tener menos público del que deseara es, para Toñi, "un mal menor".
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