La dama cordobesa del canto

Carmen Blanco Prieto. La soprano rambleña es una de las artistas más importantes de la lírica de la provincia y siempre ha destacado por su profesionalidad y la versatilidad de su voz

La dama cordobesa del canto
La dama cordobesa del canto
Pilar Bartolomé

22 de julio 2018 - 02:31

Carmen Blanco nació en 1929 en La Rambla, siendo la segunda de una familia de ocho hermanos. Su padre era ingeniero agrónomo y su madre ama de casa que tenía voz como de mezzo. Se crió con la austeridad de la época y tenía cinco años cuando estalló la guerra: sin televisión ni radio y aprendiendo las canciones de Conchita Piquer y Machín gracias al rudimentario sistema del boca a boca.

Con 12 años se trasladó a Córdoba para recibir formación con las madres escolapias de Santa Victoria y se integró en el coro de la escuela, hasta que tres años más tarde ingresó en el Conservatorio. Pronto, su profesor, don Rafael Serrano, comprendió que estaba ante una voz portentosa y quiso hablar con sus padres para hacerles ver que su hija poseía unas extraordinarias cualidades innatas y una inusual capacidad de emoción.

Sus padres veían su afición a la música como una distracción y cuando se decidió a dar clases de solfeo, pensaron que tenía otras cosas que hacer. De joven aprendió mecanografía. Con 17 años empezó la carrera de canto en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba con el profesor Carlos Hacar y obtuvo el premio fin de carrera. Poco después se benefició de una beca para estudiar en Santiago de Compostela, donde recibió instrucción de los mejores músicos del momento: Andrés Segovia, Alicia de la Rocha y Rosa Sabater, entre otros.

Más tarde, en 1970, se trasladó a Madrid, donde estudió en la Escuela Superior de Canto y se diplomó con las máximas calificaciones. Blanco realizó cursos de perfeccionamiento en la escuela de canto de Lola Rodríguez Aragón, donde se formó profesionalmente durante siete años, también con Blanca María Seoane. Perteneció al Coro Nacional de España y empezó a dar conciertos por numerosos puntos de la geografía española, hasta que regresó a Córdoba para dar clases de canto en el Conservatorio.

Su búsqueda de la perfección vocal la llevo siempre junto a su más fiel admirador, su esposo Fernando, con quien se casó muy jovencita y compartía su pasión por la música. Asistió a los Cursos Intencionales de Música en Compostela, diplomándose en Canción Española con Conchita Badia y Oratorio con Pura Gómez. Igualmente participó en otro de interpretación de ópera italiana con la soprano Gina Cigna, y al de interpretación de ópera en la Internationale Sommerakademie Mozarteum de Salzburgo, bajo la dirección del profesor Paul Muller. Obtuvo el diploma en la especialidad de Lied y Ópera Alemana con el profesor del Mozarteum Paul Schilhawsky.

En dos ocasiones asistió a las lecciones magistrales en Madrid y Sevilla de Alfredo Kraus, cantó un aria de Puccini, de Turandot, y cuando terminó todos le aplaudieron, no siendo esa la norma hasta conocer la opinión del maestro, quien entonces se le acercó y le dijo: "Esta es una soprano y no otras cosas que se oyen por ahí".

Ha recibido numerosos galardones, entre ellos el Premio López Chávarri y ha realizado numerosas giras con el ciclo Interpretes españoles en España y otros recitales patrocinados por entidades culturales. Como intérprete de música española ha dado recitales en México, Alemania, Italia y Suiza, además de grabaciones para Radio Nacional y para Canal Sur Televisión. Además, ha actuado en numerosos conciertos junto al tenor cordobés Pedro Lavirgen, de quien recibió la insignia de oro de la Coral Pedro Lavirgen de Bujalance. Ha interpretado primeros papeles en diversas óperas, Leonora en La forza del Destino, Inés en El trovador, Anna en Nabucco o La fille du regiment.

En la especialidad de Misas y Oratorios ha cantado la Misa de la Coronación en la Mezquita-Catedral y Réquiem de Mozart, Pequeña Misa Solemne y Stabat Mater de Rossini, Stabat Mater de Pergolesi, Te Deum de Charpentier, o Gloria de Vivaldi, etc.

Los compañeros la elogiaban, cuenta la soprano con naturalidad, porque sabían que no les iba a hacer sombra y que iba por libre. Tiene en su programa un extenso repertorio de música clásica y española. Acompañada por el catedrático de Guitarra Flamenca Manuel Cano ha realizado giras de conciertos por Andalucía con la obra de García Lorca. Ha estrenado en primera audición composiciones de los autores Joaquín Reyes, Ramón Medina y Sebastián Valero, Juan de Dios García Aguilera y Alfonso Romero, entre otros. Desde su fundación pertenece al Coro de Ópera Cajasur y ha actudao en numerosas ocasiones como solista. Asimismo, colabora con el Coro Ziryab bajo la dirección de Javier Sáenz-López, y con la Asociación Lírica Cordobesa en las Galas y Zarzuelas que anualmente organiza dicha Asociación. Ha recibido el homenaje de su pueblo natal, La Rambla, al concedérsele el Escudo de Oro. Con unas condiciones vocales extraordinarias, fruto de su constancia en el cultivo de la voz, ha sido profesora de canto en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba y maestra de generaciones de cantantes.

Una artista versátil como pocas voces: abierta a todo tipo estilos y repertorios, pretéritos y contemporáneos, con acompañamiento de piano, guitarra, agrupaciones corales, cuartetos, orquestas, etc. Carmen Blanco conserva pasada ya la frontera de los 80 años una voz fresca y sabiamente administrada, y unas ganas locas de seguir cantando hasta que el cuerpo aguante. La soprano menos diva que se conoce. Ha cantado siempre porque le gustaba y era su vocación.

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