Deportes Márquez: lucha continua por la afición de unos pocos

Comercios con historia

Este negocio lleva desde los años 60 introduciendo la pasión por la pesca en las calles de Córdoba

Taberna Casa Bravo: platos de cuchara entre tradición y modernidad

This browser does not support the video element.

Rafael Márquez y la pesca

Córdoba/La historia de Deportes Márquez comienza en la década de los 60, casi por casualidad. Rafael Márquez, su fundador, tenía por entonces una pequeña tienda donde vendía desde vajillas a artículos de ferretería, pero un buen día, un distribuidor de la época que traía diferentes catálogos de productos, le dejó ver algunas páginas que ilustraban artículos de pesca que llevaba en su cartera. Algo hizo entonces click en la cabeza de Márquez, que desde siempre había sentido una fuerte atracción por esta actividad; sus ganas por introducir aquellos productos en su negocio empezaron a crecer, como recuerda su hijo Rafael, por lo que poco a poco fue tomando forma lo que es el establecimiento actual.

Porque este comercio no se construyó de la noche a la mañana. De forma paulatina se fueron introduciendo artículos para la pesca, "dos tipos de cañas, carretes, luego salieron los agarres" -muestra uno que tiene "cerca de 60 años"-, aunque también había sitio para otros deportes. "Al principio, mi padre trabajaba un poco de todo, tenía balones de fútbol, algunas camisetas, porque no había tanta afición para mantener una tienda en exclusiva vendiendo pesca, pero poco a poco fue metiendo más cosas", señala Rafael Márquez hijo, que recuerda que en el catálogo general de material deportivo su padre no podía competir con las grandes superficies.

Rafael Marquez en su establecimiento / Juan Ayala

Deportes Márquez fue así especializándose en la pesca, aprovechando el boom entre los ciudadanos, que empezaron a aficionarse a este mundo. Hasta el punto de que muchos se desplazaban a pantanos fuera de la provincia, especialmente a Extremadura, donde "hay zonas muy buenas". El aumento de la afición coincidió con una mejora de los materiales, que "empezaron a entrar de Francia" y el establecimiento acabó por asentarse ya entrada la década de los 70 donde está hoy, en la calle Redel, dejando atrás su primigenia sede en la calle Reja de Don Gome esquina Zarco.

En la ubicación actual fue donde empezó a estrenarse tras el mostrador Rafael Márquez, que ya echaba una mano a su padre en los ratos libres cuando era estudiante, aprendiendo de él. "Solía ir los sábados o los viernes por la tarde, pero siempre he estado conectado de alguna forma a esto", recuerda, añadiendo que cuando acabó la carrera probó "algún que otro trabajo" antes de tomar las riendas del negocio: "Ya mi padre, con cierta edad, me decía que iba a traspasarlo, y a mí me daba pena porque era el negocio de la familia; además, iba bien y me dije dónde voy a estar mejor que aquí". Así que en los años 80, Márquez cogió el relevo de su padre, que mientras que se hacía este reportaje seguía en la puerta del local en el que tantos años levantó la persiana.

Fachada de deportes Marquez / Juan Ayala

El actual gerente de Deportes Márquez comenta que ahora los tiempos que corren son muy difíciles para el comercio local y cada día es una lucha por sobrevivir, algo que se acrecentó con la gran crisis de 2008, que obligó a muchos a echar el cierre. "Todos los sectores fueron bajando y luego el remate fue la llegada de internet; de hecho, yo tengo tienda online", detalla el comerciante, que incluye un nuevo enemigo: las páginas de productos low cost extranjeras: "Si quieres competir con ellos tienes que vender al costo, y yo no estoy ocho horas al día trabajando para vender al costo. Estamos sufriendo la crisis del comercio tradicional, que tenemos los días contados; vayas por donde vayas, no ves nada más que locales cerrados".

Rafael Márquez se detiene en el cambio que han dado calles tradicionalmente comerciales, como Cruz Conde y otras del Centro de la capital cordobesa, para explicar que "el comercio de toda la vida, de zapatos, de ropa, lo están pasando canutas". "En los años 80 o 90 no tenías la competencia de internet, tenías la competencia de la otra tienda, pero cada una trabajábamos nuestros artículos y nunca hemos tenido problemas, no hemos entrado nunca en guerra de precios", argumenta.

Sobre la clientela que se deja ver por su establecimiento, Márquez explica que "la afición ha ido un poco a menos, porque no ha habido un relevo generacional. Los chavales jóvenes ahora tienen otras cosas en la cabeza y los que mantienen la afición por la pesca son un poco porque los padres han sido pescadores y les han introducido en la actividad, pero como no tengas a alguien que te anime un poco, prácticamente no hay relevo generacional". Así, no es de extrañar ver por la tienda a algunos clientes de la edad de su padre, fieles de toda la vida.

"Los que no sois aficionados a la pesca, no sois conscientes de la complejidad y los miles de artículos que hay, porque depende también del tipo de pesca que practiques. Hay muchos tipos de señuelos o anzuelos, aparte de cartas, carretes... Esto es un universo", indica Rafael, que añade que "en España hay mucha afición, también por el clima que tenemos". Sin embargo, el futuro no es muy esperanzador y cuadrar las cuentas del comercio exigen de mucho trabajo: "Cuando meto la llave aquí todas las mañanas, entro a la tienda perdiendo 60 o 70 euros que los tengo que ganar durante el día".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último