Los desahucios por impagos crecen un 78% en dos años debido a la crisis
La falta de liquidez para pagar la hipoteca o el alquiler deja en la calle a 369 familias de la capital a lo largo de 2011 · El periodo comprendido entre abril y junio fue el más problemático, con 108 casos
Deudas, despidos, gastos inesperados, hipotecas imposibles... La crisis económica golpea con contundencia a las familias, como prueba que el número de desahucios registrados en 2011 supone un aumento del 78% respecto a 2009 y, sólo en el último año, ha habido un 24% más, según la estadística del Servicio Común de Notificaciones y Embargos (SECO). Entre enero y diciembre, este órgano centralizó un total de 369 lanzamientos judiciales -así se denominan técnicamente a los desahucios-, frente a los 297 de todo 2010.
El desahucio es uno de los efectos más crueles de la crisis económica y, si se echa la vista hacia atrás, la estadística es demoledora. En 2009, se registraron 207 casos, lo que muestra que el problema es creciente y no tiene visos de cesar a corto plazo. El año pasado, el récord de desahucios se registró entre abril y junio, con 108 casos, el mayor número de este tipo de procedimientos desde que arrancó la crisis. En el cuarto trimestre del año, hubo 91, según los datos facilitados por el SECO. El desahucio es el punto y final a un complejo proceso que arranca cuando un propietario o una entidad bancaria denuncian a un inquilino o a un particular que ha incumplido la obligación de pagar. Si la resolución judicial declara que es preceptivo el desahucio, el denunciado está obligado a desalojar la vivienda en el plazo que marca la propia sentencia.
Según informó el secretario de este servicio, José Antonio Guerra, los lanzamientos por impagos de hipotecas repuntaron el año pasado frente a los alquileres, referidos en su mayoría a hipotecas que se cancelaron en 2008 y 2009. El año pasado se puso el punto y final a estos procedimientos, después de que se resolvieran las subastas de viviendas, un procedimiento que puede tardar varios años. Antes de la crisis económica la gran mayoría de lanzamientos, sin embargo, se refería a problemas con el alquiler.
Llegado el momento de la expulsión de la vivienda, el Servicio Común de Notificaciones y Embargos, con todos los datos recibidos, señala un día para desalojar la vivienda y se lo comunica a los ocupantes. Aunque estos no recojan la citación, el lanzamiento se lleva a cabo el día señalado. En esa fecha, los funcionarios comparecen en el inmueble y proceden al desalojo. Si el inquilino opone resistencia, se solicita el auxilio de la policía. También está presente en el acto el propietario de la casa en el caso de alquileres, que normalmente acude acompañado de un cerrajero. La manera de expulsar a un inquilino de una casa se encuentra sujeta a un protocolo reglado con el que se intenta garantizar de manera estricta sus derechos, por lo que es habitual que haya suspensiones si se produce alguna incidencia.
También es habitual que el auxilio de la fuerza pública sólo sea acordado por la autoridad judicial después de una primera suspensión de la diligencia y cuando ya se ha comprobado que los ocupantes muestran una resistencia de hierro. En los últimos años, han surgido plataformas ciudadanas que luchan contra los lanzamientos, aunque en Córdoba todavía no han actuado, según Guerra. En ciudades como Madrid y Barcelona sí se han suspendido casos por su acción.
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