El día en el que la historia devolvió la Alcaldía al PSOE

Isabel Ambrosio se convierte en la primera alcaldesa socialista de la era democrática y sucede a Manuel Sánchez-Badajoz 79 años después

Los alcaldes de la era democrática: Andrés Ocaña, Rafael Merino, Rosa Aguilar, Isabel Ambrosio, José Antonio Nieto, Herminio Trigo, Julio Anguita y Manuel Pérez.
Los alcaldes de la era democrática: Andrés Ocaña, Rafael Merino, Rosa Aguilar, Isabel Ambrosio, José Antonio Nieto, Herminio Trigo, Julio Anguita y Manuel Pérez.
F. J. Cantador

14 de junio 2015 - 01:00

Isabel Ambrosio sabía ayer que estaba haciendo historia. Seguramente, por su mente pasó durante la mañana prácticamente toda su vida, sobre todo aquellos momentos en los que su padre le inculcó el socialismo. Emocionada, tras ser investida alcaldesa se acordó de él. Y también de Manuel Sánchez-Badajoz, el hasta ayer último alcalde socialista de Córdoba, fusilado en 1936. "Nunca olvidaremos tu sacrificio y ejemplo", insistió. Como tampoco nunca olvidarán las muchísimas personas que ayer la acompañaron en su investidura el momento en el que se convirtió en la primera alcaldesa del PSOE de la era democrática. Porque en el Ayuntamiento -donde parecía desde primera hora que ella era la anfitriona, porque todo el mundo la buscaba para saludarla-, ya no cabía un alfiler cuando momentos antes del Pleno el secretario provincial del PSOE, Juan Pablo Durán, intentaba recordar ante los medios el tiempo exacto que hacía que Córdoba no tenía un regidor socialista. "Estoy orgulloso; hoy se está haciendo historia en este Ayuntamiento. Hacía ochenta y tantos años que no ha habido posibilidad de que esto ocurriera", destacó, para insistir en que "hacía falta un cambio de progreso y las tareas que va a tener que realizar son urgentes, pero ella tiene capacidad de diálogo y de liderar un proyecto colectivo; además, el acuerdo programático firmado con IU garantiza que eso sea así".

Media hora antes se había producido la firma de ese pacto del que también quedarán para la historia las rúbricas estampadas por Isabel Ambrosio, Pedro García (IU) y Rafael Blázquez (Ganemos Córdoba), una especie de sintonía de gobierno que suena a una mezcla del Imagine -imagina- de John Lennon con el Changes de David Bowie. Precisamente, cambio fue uno de los términos que más se escuchó en los prolegómenos, unos instantes previos en los que no cejaban los saludos y en los que se echaba de menos a alguna que otra personalidad, como al obispo de la ciudad, Demetrio Fernández. "[A Isabel Ambrosio] le deseo el mayor de los éxitos, porque éxitos es lo que a esta ciudad le hacen falta, y que sea capaz de recabar la colaboración de todos los grupos, lo que redundará en eficacia", relató a los medios el presidente de la Cámara de Comercio, Ignacio Fernández de Mesa, en un momento en el que empezaron a aparecer por el lugar los exalcaldes de la ciudad. De los primeros, como si por orden de mandato se tratara, Julio Anguita y Herminio Trigo. "Espero que [Isabel Ambrosio] cumpla el programa, que manifieste realmente la virtud que tiene de poder negociar y no alterarse, algo que va a tener que poner a prueba durante todo el mandato; confío en que lo va a hacer bien", relató el segundo de ellos.

El hasta el momento alcalde, José Antonio Nieto, apareció con sus concejales electos con el semblante sonriente en tonos serios y abrazó a su antecesor, Andrés Ocaña, mientras se oía de fondo a algunos populares comentar el desencuentro que los negociadores del PSOE e IU habían tenido tan sólo unas horas antes mientras negociaban las delegaciones municipales. Ocaña se mostró esperanzado con el pacto. "Había unas fuertes aspiraciones de cambio en las maneras de hacer política y en los objetivos y prioridades, y quienes hemos apoyado este cambio esperamos que, con la alcaldesa al frente, responda a las expectativas", relató justo en el momento en el que apareció por el lugar la excaldesa Rosa Aguilar, casi con la hora pegada al inicio del pleno de investidura y abordada por los medios. "Sin lugar a dudas, es un momento clave y crucial para el PSOE en esta ciudad y hoy empieza un nuevo tiempo, un cambio tranquilo, sensato y necesario para la ciudadanía. Es el punto y final a una etapa en la que la mayoría absoluta ha dado la espalda a la ciudadanía", insistió a los periodistas.

Entre más saludos y más saludos comenzó el pleno de investidura como mandan los cánones de un ceremonial de ese tipo. José Luis Vilches (Ciudadanos), como el concejal de mayor edad, y Carmen González (PSOE) -como la de menor- compusieron la mesa de edad y los ediles electos comenzaron a jurar -con la mano sobre la Biblia- o prometer -con la mano sobre la Constitución- sus cargos. La excepción, la popular María Jesús Botella, quien puso ambas manos en ambos libros para acabar jurándolo. También protagonizaron excepciones Rafael del Castillo y Alba Doblas (ambos de IU). El primero, porque se salió del guión de su formación y, en vez de prometer, juró su cargo. La segunda, porque tomó posesión de su acta de concejal con una frase que quedará para algunos para la historia y para otros para la histeria: "en mi condición de republicana y por imperativo legal, prometo".

Sorprendió para bien el sensato discurso de Rafael Carlos Serrano (el único edil de Unión Cordobesa) y en una sala de prensa en la que faltaba el sonido del plasma y la imagen se fue por unos momentos a acompañarlo se escuchaban los fortísimos aplausos que acompañaron a cada una de las tomas de posesión de los cuatro concejales de Ganemos Córdoba. No faltaron además los cierres de discurso con frases prestadas de personajes famosos de la historia. Isabel Ambrosio y José Luis Vilches echaron mano de Séneca; y Pedro García (IU), de Eduardo Galeno, mientras que Rafael Blázquez recordó a los presentes como punto y final a su intervención el patentado lema del "sí se puede".

A la toma de investidura le quedaba ya poco para finalizar cuando el secretario de organización de IU mandó desde una de las puertas un mensaje puño en alto a su coordinador provincial. Ese mímico mensaje al que Pedro García le respondió con una sonrisa era algo así como "enhorabuena, lo hemos conseguido".

Todo prácticamente según el guión. Nada que ver con la investidura de hace cuatro años, cuando aparecieron por el lugar integrantes del movimiento 15-M. No obstante, ayer también hubo pancartas, las de la Acampada Dignidad, cuyos integrantes permanecían a las puertas del Consistorio en unos momentos en los que Isabel Ambrosio no dejaba de recibir felicitaciones ya como alcaldesa. "Espero que lo que ha dicho que va a caracterizar su mandato -diálogo, acuerdos y colaboración- se pueda llevar a efecto", insistía el presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba, Luis Carreto. En parecidos términos se pronunció el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, quien mostró su colaboración a la nueva alcaldesa para "seguir trabajando en el desarrollo de Córdoba; va a tener la mano siempre tendida desde la Universidad para ello", dijo.

Mientras, el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, se mostraba ante los medios algo escéptico. "Le deseo buena suerte; es una etapa difícil en la que el partido que sostiene a la alcaldesa tiene sólo siete concejales. Es algo ilógico, pero me sumo al llamamiento que ha hecho al diálogo", sostuvo, a la par que el presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Francisco Gómez Sanmiguel, apelaba al consenso teniendo en cuenta a todas las asociaciones cordobesas, "entre las que nos encontramos", apostillo, en un momento en el que las dos hijas y el marido de Isabel Ambrosio pasaban muy cerca de ellos y antes de que las pequeñas comenzaran a hacerse fotos con mamá, a inmortalizar ese momento histórico del que todavía aún quizás no sean muy conscientes. "Espero que los discursos que se han pronunciado en un tono conciliador y los propósitos de consenso se cumplan. Si todos trabajan en el mismo sentido será beneficioso para la ciudad; con diálogo llega el consenso", destacó no muy lejos de ese lugar donde las pequeñas se fotografiaban el expresidente del Consejo Social Antonio de la Cruz.

Tampoco no muy lejos de allí, la delegada del Gobierno, Rafaela Crespín defendió que "los cordobeses pueden estar tranquilos, porque tienen una buena alcaldesa que, desde la entrega, el compromiso, el diálogo y el consenso, virtudes que ya ha demostrado, va a sacar adelante buenos proyectos para la ciudad y a trabajar por las personas que peor lo pasan.

Poco a poco el Ayuntamiento se fue quedando solo mientras en la puerta esperaban los miembros de la Acampada Dignidad, quienes abuchearon en su salida al ya exconcejal popular Ricardo Rojas y recibieron a los ediles de Ganemos Córdoba al grito de "sí se puede, sí se puede" y al ya primer teniente de alcalde de IU puño en alto. La última en salir del Consistorio, Isabel Ambrosio, quien con un ramo de flores fue al cementerio de la Salud a encontrarse con la historia honrando al hasta ayer último alcalde socialista. Como dijo en su investidura, "quiero tener un recuerdo emotivo para todos los cordobeses y cordobesas que han sido concejales de este Ayuntamiento en momentos muy difíciles, y siempre al servicio de la democracia y de los intereses de nuestra ciudad, pero muy especialmente para Manuel Sánchez-Badajoz y Cano, cordobés de adopción, militante socialista y alcalde de Córdoba en 1936, porque nunca olvidaremos tu sacrificio y ejemplo".

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