Hasta 14 días de demora para una cita con el médico de familia en Córdoba

Sanidad

Los centros de salud están al borde del caos ante la falta de profesionales sanitarios y el aumento de trabajo que soportan por el seguimiento de los casos de covid-19

Los facultativos llegan a tener agendas de hasta 60 pacientes diarios entre consultas, urgencias y salidas domiciliarias

Un hombre entra en el centro de salud Carlos Castilla del Pino. / Juan Ayala

Los centros de salud de Córdoba están al borde del caos porque a la situación "complicada" de la que partían antes de la pandemia, ahora se ha sumado el aumento de los casos de covid-19, que se controlan desde Atención Primaria.

El trabajo de los médicos de familia "ya era duro antes", y ahora lo es mucho más debido a las competencias que Salud les ha otorgado, por lo que a las consultas (telefónicas y presenciales), urgencias y los avisos domiciliarios se suman las labores de rastreo y seguimiento de contagiados. A esto hay que añadir la excesiva "burocratización en la consulta", es decir, todo el papeleo que tienen que realizar cada día.

La especialista en Atención Primaria y delegada del Sindicato Médico de Córdoba (Simec) Inmaculada Romero explica que una de las medidas que la administración sanitaria ofreció fueron "las continuidades asistenciales para trabajar por la tarde y descargar un poco las mañanas, pero no se está dando".

En la capital los centros más colapsados son el Lucano y el Castilla del Pino

Esto está provocando que los facultativos sufran jornadas maratonianas de trabajo y, a su vez, la insatisfacción de los pacientes. "La media de las citas es de entre siete y diez días, pero hay centros que tienen una demora de hasta 14", señala Romero. Lucano y el Carlos Castilla del Pino son los que mayor retraso acumulan en Córdoba capital.

Eso solo para recibir una llamada del médico de familia porque los pacientes no pueden acudir directamente a la consulta, como ocurría antes de la pandemia, cuando la atención era directa. Una vez que se produce esa llamada, el facultativo determina si es necesaria una cita presencial, lo que conlleva una nueva espera. Algunas veces, sobre todo en los municipios más pequeños, se atiende ese mismo día.

"En este momento no hay agenda disponible para su centro de salud en los próximos 14 días. Inténtelo por favor más adelante o contacte con su centro de salud" es el mensaje que da la aplicación de Salud Responde al intentar pedir cita en ambulatorios como el Carlos Castilla del Pino.

Al no haber agenda disponible, desde el teléfono de Salud Responde (955 54 50 60) tampoco pueden dar respuesta a las demandas de los ciudadanos. Por otro lado, cuando se intenta contactar con los centros de salud, en muchos casos las líneas están ocupadas o simplemente nadie coge el teléfono.

Mensaje de la aplicación de Salud Responde por el colapso de las agendas en Primaria.

En todo caso, "incluso siete días es mucho tiempo para un médico de cabecera" porque, "aparte del covid, hay muchas otras enfermedades y ya hemos visto casos graves que se han pasado por alto porque son demoras que no todas las patologías pueden soportar", apunta Romero.

El principal problema es que "llueve sobre mojado" porque la Primaria tiene "un déficit estructural de años, una financiación muy deficitaria y un modelo de organización manifiestamente mejorable". "Si a eso se añade la crisis sanitaria, hacemos aguas", manifiesta el vicepresidente del Colegio de Médicos, Luis Palenzuela, que ejerce en esta especialidad desde hace casi 40 años.

La situación es "preocupante", incide la doctora Romero, porque a esto hay que añadir que, aunque ahora hay equipos de protección, "nosotros nos estamos contagiando también", por lo que "se prevén bajas e incluso hay compañeros que están teletrabajando porque están con PCR positivo, pero asintomáticos".

Los galenos de Primaria tienen habilitado un programa que les permite trabajar desde casa cuando las citas son telefónicas. De hecho, durante los primeros meses de la pandemia ya hicieron turnos "para no arriesgar que todo el equipo pudiera coger el covid". Si el profesional cree que el paciente debe ser visto, avisa al centro para que sea atendido de forma presencial.

Todos estos problemas se reflejan en la crispación de algunos enfermos o familiares, de forma que los profesionales sanitarios están en alerta ante posibles agresiones verbales o físicas. "Miedo siempre se tiene y hay veces que por teléfono se mantienen conversaciones que no siempre son agradables", indica Romero, que es consciente de que "no se pueden permitir esas demoras, pero nosotros no damos más de sí, no nos da tiempo".

Agendas de hasta 60 pacientes

En teoría, los especialistas de Atención Primaria deberían prestar asistencia diariamente a una treintena de pacientes, de forma que en las agendas deberían aparecer como máximo unos 35 enfermos; el 30% de ellos presenciales y el 70% vía telefónica. Sin embargo, pueden llegar a atender hasta a 60 personas al día, y además con bises, lo que significa que aparecen varias citas a la misma hora.

La Junta de Andalucía anunció el pasado mes de junio que iba a contratar a 335 profesionales en Córdoba para mantener los circuitos de atención sanitaria establecidos por el covid-19 y que durarían hasta el 31 de octubre. Estos contratos, al menos en el colectivo médico, se están haciendo, pero, según la delegada del Simec, "han sido pocos y, en realidad, son lo mismo que se hacía antes del covid". Es decir, cubren cupos de facultativos que estén de baja o de jubilados cuya plaza no se haya cubierto; pero no de todos.

En este sentido, Luis Palenzuela destaca que "el abordaje telefónico ha aumentado las agendas" y que "es complicado abordar, haciéndolo bien, las actividades asistenciales habituales con la gestión epidemiológica" porque "las personas siguen enfermando y siguen falleciendo" al margen del coronavirus, apunta.

El vicepresidente del Colegio de Médicos incide en que la Atención Primaria tiene un "papel trascendental" en la actualidad y la pandemia "se tenía que haber aprovechado para hacer una red potente de prevención y contención" en esta segunda fase para evitar el colapso de los hospitales, sin embargo esa oportunidad se está dejando escapar.

"A los profesionales se nos pide un esfuerzo; pero nosotros siempre hemos estado ahí, no sabemos hacer otra cosa", asevera este doctor, que tiene su plaza en Almodóvar del Río. Según su experiencia, cuenta que "todo no cabe en las siete horas" de su jornada laboral, por lo que es necesario ampliar la plantilla. "Si no hay médicos en bolsa en un momento determinado, habrá que encontrarlos y ofrecerles contratos adecuados", apostilla.

Palenzuela reconoce que los facultativos están "sufrimiento malestar físico, estrés emocional y agotamiento, pero lo que más nos fastidia es saber que las cosas no se están haciendo bien desde el punto de vista de la organización".

Por su parte, la delegada del Simec explica que otro de los efectos de la situación actual es que "se están eliminando y atrasando algunas actividades que hacíamos los médicos de familia", como citologías, retinografías, Telederma o cirugía menor. "Se han quitado servicios que eran muy buenos para nosotros y para el paciente", confirma. Hay otras que se tienen que hacer de forma irremediable, como control del embarazo o de Sintróm.

La representante del Simec augura que este panorama "va a ir a peor" porque la propia población no está siguiendo las medidas de prevención del covid. "Si ya estamos bajo mínimos, si los casos se multiplican no sabemos cómo vamos a poder tirar", manifiesta. Por eso, desde el sindicato llaman a los ciudadanos a cumplir con el uso de mascarilla, la higiene de manos y la distancia de seguridad, además de reducir al máximo las reuniones tanto familiares como de amigos. "La administración tiene que hacer todo lo que esté en su mano, pero necesitamos que la población tome conciencia", concluye Romero.

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