"El dinero es lo más miedoso que hay"

GEOGRAFÍA HUMANA

José Carlos Pérez de Algaba, director de la Agencia Tressis · El director de Tressis sostiene que la Bolsa es "lo más rentable que hay", aunque afirma que ahora la única seguridad se la ofrece el Tesoro Público · Confía en una bonanza de su sector para final de año

"El dinero es lo más miedoso que hay"
Rafael Ruiz

01 de febrero 2009 - 01:00

José Carlos Pérez de Algaba, socio director de la agencia Tressis en Córdoba, se dedica a aconsejar a los demás sobre donde invertir su dinero. Licenciado en Derecho y máster del Instituto de Empresa, fue de los primeros profesionales en divulgar que los mercados financieros eran una posibilidad para la gestión de patrimonios. Su sector ha pasado épocas de enorme bonanza, seguida por una crisis que ha puesto a la vista las debilidades de los tótem del capitalismo.

–Imagine por un momento que tengo ahora mismo dinero fruto de una herencia. ¿Dónde me recomienda que lo coloque?

–¿Qué idea tiene para ese dinero, qué quiere hacer con él?

–Lo que usted me diga, pero tenga en cuenta que tengo mucho miedo.

–Como todos. Yo no soy nadie para modificar su nivel de miedo. A mí, ahora mismo, la única seguridad me la ofrece el Tesoro Público. No hay otra cosa. Si no se quiere asumir ningún riesgo, la única alternativa es invertir en el Tesoro, olvídese de otra cosa. Cuestión distinta es que se quiera olvidar de la herencia durante unos años. Entonces, podemos hacer una buena diversificación, pero sin mirarla más allá de una vez cada tres meses.

–¿Las empresas que cotizan no son alternativa?

–Con riesgo, con riesgo. Si la alternativa es a largo plazo, las alternativas de inversión en la Bolsa son excelentes. Vamos a tener una volatilidad importante durante los primeros seis o nueve meses del año, pero si la inversión es a largo plazo ahora mismo hay unas oportunidades muy importantes. Precios que yo no recuerdo. En el sector financiero, se puede comprar acciones del Santander por debajo de seis euros. Eso no significa que ese valor vaya a subir ya porque nos lo podemos encontrar en poco tiempo a cuatro o a cinco y pico. Pero de aquí a cinco años, el Santander estará muy por encima de sus precios actuales.

–¿Qué sectores se han llevado el mayor palo?

–Principalmente, el sector financiero. Ya se ha llevado todo el palo que se tenía que llevar el inmobiliario y se está empezando a llevar el palo el sector de consumo. Están aguantando bien las telecos.

–El consumo de la clase media, que es la que está sufriendo la crisis con mayor intensidad.

–Efectivamente. Las empresas que cotizan en Bolsa tanto en Estados Unidos como en Europa dentro de esta actividad ya empezaron a notarlo el año pasado y han seguido bajando durante 2009.

–¿Las cotizaciones son un espejo o un adelanto de la economía real?

–En Bolsa cotizan las expectativas, el futuro. Lo que va a pasar más adelante. El golpe de los mercados en 2008 y 2009 nos da una idea de que la crisis de la economía real va a ser profunda, dura. No sé cuándo vamos a salir. Pero sí estoy seguro de que cuando nos recuperemos, la Bolsa lo habrá descontando. Cuando bajan los tipos de interés, está bajando la bolsa. La razón es que el mercado lo ha descontado ya.

–¿Y cómo influye la política ahora que hay nueva administración en EEUU?

–No influye. Distintas son cuestiones como las guerras. Eso no es sólo política porque influye en las expectativas de subida del petróleo y eso sí tiene una gran relevancia en los mercados. Los cambios de presidente no tienen nada que ver. Otra cosa son las medidas que se adopten.

–¿Ha pasado lo peor en su sector?

–Confío en que sí. Nos queda una pequeña travesía en el desierto si Dios quiere y no nos encontramos con nuevas sorpresas, tipo Madoff (el fraude piramidal de la firma de inversión). Lo peor casi ha pasado porque estamos viendo la luz a final del túnel. En mi sector, ojo, soy relativamente optimista para finales de 2009.

–Y eso significa que la bolsa ha empezado a subir y que la gente que ha comprado ahora tendrá un mayor patrimonio.

–Efectivamente. El tercer o cuarto trimestre de 2009, adelantando una posible salida de la crisis entre 2010 y 2011, servirá para que los mercados remonten el vuelo.

–Al final, esto consiste en algo tan simple como comprar barato y vender caro.

–Sí. Pero quién sabe eso. Ahora mismo hay bancos muy sólidos que en cuatro años, a la cotización actual, se recupera toda la inversión efectuada. Y, encima, dividendos. Santander paga un 12% mientras el tipo de interés está al 2,5%. Eso es para entrar a saco. Pero existe el riesgo de que la cotización actual no sea la mínima. Los bancos han bajado, lo que lleva de año, en torno a un 20%.

–¿Cuánta gente huye cuando llega el pánico?

–En época de bonanza, todo el mundo es enormemente arriesgado y en las vacas flacas, absolutamente conservador. Y el profesional de este sector debe tener la conciencia tranquila de no haber engañado, de que el inversor sepa el riesgo que está asumiendo. Tengo muchísimos clientes que han comprado un determinado valor a 10 euros, muy atractivo dado el valor, y ahora está por debajo. Estas personas saben el riesgo que corren.

–En las películas, cuando baja la bolsa el broker siempre grita “vende, vende”. Imagino que mucha gente no lo hace, que se queda.

–O que invierten en empresas sólidas, con una actividad solvente. Hay está mi labor de asesoramiento. Cuando se ve que las cosas no van a ir bien, nuestra obligación es informar a los clientes y que ellos decidan. A largo plazo, la Bolsa es lo más rentable que hay.

–Cuando la gente entra en su despacho, ¿sabe exactamente lo que quiere?

–No. Ese es mi trabajo. Yo tengo que ser confesor, conocer el patrimonio. Eso se llama family-office. Mucha gente tiene patrimonio en tierras y a la hora de analizar la situación de un cliente hay que incluir todos sus activos, incluidos esos, porque son seguros. A lo mejor, una persona puede arriesgar más en cuestiones mobiliarias porque en conjunto es un 2%.

–¿Dónde está el dinero ahora?

–El 95% está en el Tesoro.

-¿Y metido en casa?

–Mis clientes tienen una cultura financiera, y ahora nadie asume riesgos. El dinero tiene mucho miedo y, además, tener miedo es libre. Basta con que haya un sector pasando un bache para que el dinero huya de él, por eso entiendo que el Gobierno tarde tres meses en informar qué entidades están recibiendo ayuda del fondo estatal.

–Ahora la banca es por internet, mucha gente no tiene referencias de quien le maneja la nómina. ¿Influye en la desconfianza?

–Es un tema de cultura financiera. Cada vez más gente utiliza las nuevas tecnología y sigue en tiempo real su patrimonio. No. Mientras más cultura financiera, mejor. El sector no tiene nada que ocultar y ponerle puertas al campo es absurdo.

–La gente también se mete en inversiones más raras y arriesgadas, como los futuros de materias primas, gracias a esa facilidad.

–Yo me sorprendo cómo te llaman de un sitio, nombres ingleses la mayoría y casi siempre radicados en Barcelona, ofreciendo un producto que duplica el dinero de la inversión. Para probar, piden 100.000 euros en una cuenta. No te puedes hacer una idea de la gente que pica. Parece mentira. Aquí está todo inventado. ¿Duplicar en dos años? Imposible. Me sorprendo de que la gente siga cayendo en eso.

–Le pregunto por la complejidad porque me da que mucha gente no sabe lo que compra.

–El 95% de las veces la gente no sabe el riesgo que asume. En estos casos, responsabilidad legal no hay ninguna porque en los contratos se firma que fueron hasta quienes mataron a Manolete. En muchos casos, se informa al cliente que puede perder hasta el 100% de su inversión. ¿Responsabilidad moral? En determinados casos, en determinadas personas con determinados productos, es grandísima.

–El caso es que ni Madoff ni Lehman eran chiringuitos.

–Tenían muchísimo prestigio. Pero hay una clave. Hay que huir de grandes rentabilidades seguras. Si se quiere seguridad, se renuncia a la rentabilidad. Si se quiere rentabilidad, hay que analizar el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir. Quien prometa las dos cosas, está engañando. Es lo que pasó con los sellos.

–El caso Forum Afinsa quizá sea el más doloroso porque afectó a muchas familias trabajadoras.

–Cogió a muchos pequeños inversores. Mucha gente perdió los dos millones que había reunido trabajando toda una vida tras invertir en los sellos. Eso es sangrante. Era gente humilde que cayó en manos de unos tipos indocumentados que se quedaron con el dinero de las familias. De juzgado de guardia.

–Se habla mucho de regular más el sector aunque quizá haga falta que se cumpla la regulación actual.

–Efectivamente. Nosotros tenemos una directiva comunitaria donde nuestra actividad se encuentra perfectamente regulada. Nuestra obligación es que los clientes sepan el riesgo que asuman. Pero cumpliendo la normativa y no en manos de la llamada que se hace desde Madrid o Londres en la que se asegura que una oficina, por narices, tiene que vender no sé cuántos millones de euros de un producto financiero determinado. Entonces, no se es independiente y no hay más remedio que tirar de listado y ver si se cumplen los objetivos. Hasta que pasa lo que pasa.

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