El drama de vivir con Covid persistente: "Tuve que aprender a hablar y a sumar de nuevo"

Sanidad

Se estima que al menos 10 de cada 100 personas que han pasado el coronavirus sufren esta enfermedad crónica que está relacionada a más de 200 síntomas

Cinco años del primer caso de Covid en Córdoba: "La sociedad no puede relajarse"

Sandra González, junto a otras afectadas por el covid persistente, en el stand de Reicop del congreso de medicina de Granada en 2023.
Sandra González, junto a otras afectadas por el Covid persistente, en el estand de Reicop del congreso de medicina de Granada en 2023. / El Día

Córdoba/Cinco años después de que el SAS registrara el primer caso de coronavirus en la provincia de Córdoba, esta enfermedad ha pasado a un segundo plano en la sociedad. Pese a su poca incidencia en las enfermedades respiratorias, hay todavía muchas personas que no han podido superar los estragos de la pandemia. En ellas, el Covid no fue solo una patología pasajera, se convirtió en una condición médica crónica que, un lustro más tarde, sigue impidiéndoles hacer una vida normal.

Sufren fatiga, dificultad para respirar, falta de memoria, incapacidad para concentrarse, para dormir, caminar, tienen tos persistente, taquicardias, dolor en el pecho, en la cabeza, en los músculos e incluso pierden sensibilidad en los cinco sentidos. Son algunos de los más de 200 síntomas diferentes que atraviesan aquellos que padecen Covid persistente. La Red Española de Investigación de Covid Persistente (Reicop) estima que de cada 100 casos de Covid en España, al menos entre 10 y 15 personas sufren o han sufrido Covid persistente.

"Esta enfermedad te impide seguir tu vida diaria, pues nunca sabes cómo te vas a levantar por la mañana. Igual tienes un dolor fuerte de cabeza, te están pitando los oídos o no te funciona alguna articulación. Yo, por ejemplo, tengo 52 años y mi madre cerca de 80, pues ella tiene más vida social, le funciona mejor cabeza y hace mejores movimientos físicos que yo". Es el duro testimonio de Sandra González, paciente de esta patología y vicepresidenta de la Asociación Covid Persistente Andalucía, una entidad que nació en mayo de 2020 después de que varios afectados compartieran síntomas y entendieran que "algo les pasaba relacionado con el Covid".

Desde entonces, las asociaciones de personas con Covid persistente se han convertido en el principal apoyo de los afectados. La andaluza tiene actualmente casi dos centenares de personas asociadas y, en menos de un lustro, ya ha tendido la mano a más de 1.700 afectados. "Muchos han descubierto que tienen Covid persistente gracias a nuestra labor. Les facilitamos avances sobre la investigación de la enfermedad, compartimos experiencias y prestamos apoyo psicológico y legal, ya que muchos tienen problemas laborales al reducir su rendimiento por motivos de salud", lamenta Sandra, quien explica que el Covid persistente produce inflamación endotelial, por lo que afecta a todo el cuerpo.

La propia vicepresidenta de la asociación asegura que ha experimentado más 40 síntomas. El 16 de octubre de 2020 cogió el Covid por primera vez. Estuvo más de un mes con los síntomas y, tres días después de recibir el alta médica, se empezó a encontrar muy mal sin saber el por qué. "Una noche me acosté cuando me dolían mucho las piernas y, al despertarme, no podía moverlas. Pasé miedo y me puse a llorar porque solo podía mover la cabeza. El motivo fue una reacción inflamatoria bestial", recuerda Sandra. Un día que fue muy importante para ella, pues, a partir de ahí, se le reconoció que tiene Covid persistente.

Cristina, de 47 años y residente en Córdoba, es otra de las afectadas por el Covid persistente y miembro de la asociación. Se infectó en la primera ola de coronavirus en marzo de 2020. Apenas tuvo fiebre y pérdida de olfato y gusto. Lo peor vino dos semanas después con el trágico fallecimiento de su padre por Covid. Destrozada por la pérdida, fue un médico quien le recomendó ir a Urgencias por su delicada condición de asmática. Eso le salvó la vida, ya que le descubrieron en las pruebas una neumonía bilateral cuando ya era negativa. Todo parecía ir bien con la rehabilitación un mes después, sin embargo, su entorno le advirtió que estaba empezando a hablar raro.

Asociación Covid Persistente Andalucía haciendo una reclamación a la Delegación de la Junta en Granada.
Asociación Covid Persistente Andalucía haciendo una reclamación a la Delegación de la Junta en Granada. / El Día

"Tenía encefalitis, se me había inflado el cerebro. Entonces tuve que aprender a hablar y a sumar de nuevo y eso que soy bióloga y trabajo en un laboratorio. Encendía el ordenador y no sabía seguir, mi cerebro colapsó. Me decían que no era del Covid porque me hacían pruebas y daba negativo, pero con los años se ha descubierto que el virus afecta al cerebro", explica Cristina. Y es que, aunque a cada uno le afecta de una manera, todos los pacientes tienen en común problemas neurológicos y cansancio en casi el 90%.

A Cristina, el Covid persistente le ha cambiado la vida. Tuvo que dejar las oposiciones que estaba preparándose en 2020 porque ha perdido la capacidad de concentrarse, no puede conducir porque no tiene visión tridimensional, perdió pelo y 30 kilogramos, debe ir a todos sitios con la libreta porque apenas tiene memoria y en ocasiones se hace un lío con el lenguaje. "Mi cerebro va un poco más lento de lo normal. He mejorado a base de muchos neuropsicólogos, antes me hartaba de llorar cuando no era capaz de hacer una suma. Tras cinco años sigo sin ser yo, pero me puedo dar con un canto en los dientes porque hay gente con 30 años que sigue necesitando andador", lamenta Cristina.

Víctima de esta enfermedad muy desconocida todavía, a Cristina le ha dado la vida toparse con la Asociación Covid Persistente Andalucía. "De mi entorno, nadie está como yo afortunadamente y me sentía sola. En la asociación empecé a ver a cientos de personas que compartían lo que me pasaba y eso significaba que no me lo estaba inventando", agradece Cristina, quien todavía exige mucho apoyo social e institucional con respecto al Covid persistente, pues está cansada de "gastar días de vacaciones" para ir a los diferentes médicos o de "no contar lo que pasa por miedo a perder una oportunidad laboral". "Solo queremos que a nivel de atención hospitalaria no todo sea una lucha y que tengamos apoyo porque la administración nos está olvidando", reivindica Cristina.

Una reivindicación a la que se suma la Asociación Covid Persistente Andalucía (covidpersistenteandalucia@gmail.com), pues lamenta que en Andalucía estén tratando a los enfermos de Covid persistente en "infecciosos" y que no existan las unidades específicas que sí estuvieron durante la pandemia. Exigen al SAS su instalación de manera multidisciplinar, pues abarca muchos síntomas distintos y, como explica la vicepresidenta, "cada paciente debe ir por su cuenta ahora mismo a muchos especialistas por separado y eso es dinero y tiempo".

"La lentitud te mata día a día y no sabes lo que va a pasar mañana. Vivimos con la incógnita de sí mañana habrá algo que nos solucione un poco la vida", insiste Sandra González, quien pide "que se hagan más estudios" sobre la enfermedad y que "las bajas laborales se adecúen a las capacidades de cada persona, pues muchas se dan con un tiempo determinado sin que la persona llegue a mejorar". "No queremos la paguita como nos dicen algunos, queremos que nos den tiempo para mejorar", reivindica la asociación.

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